Los Ferrari y McKlaren del polo son hoy estos conjuntos de Ellerstina, La Dolfina e Indios Chapaleufú, que cuentan con las mejores máquinas, con los mecánicos más destacados y con pilotos capaces de conducir a una velocidad distinta y llegar a la meta. En la traducción esas máquinas son los caballos, la mayoría de ellos Sangre Pura de Carrera, pero adaptados a un ritmo que exige pechar, frenar y dar vuelta.

La puesta a punto es compartida; los veterinarios dan el OK para salir a pista y el jugador, esos pilotos que además de manejar deben controlar la bocha y se encargan de hacer goles. Dentro de ese panorama que El Paraíso o Sol de Agosto consiguieran un triunfo en esta etapa, era similar a que Minardi logrará ganar un Gran Premio de F1 contra las grandes escuderías.

EL BALANCE DE LOS CHICOS:

En el resumen de sus dos presentaciones El Paraíso se fue mejor parado que cuando llegó. Arrancó la temporada sin Francisco Bensadón. Este primo hermano de los Heguy, es dueño de una gran pegada y una creatividad que lo transformaron desde 1998 a la fecha en el armador de sus equipos.

El reemplazo quedó a cargo de Silvestre Donovan, que pagó el derecho de piso que siempre se cobra Palermo a los debutantes. Con este cambio a cuestas, El Paraíso pasó por Tortugas sin sobre saltos, pero cuando llegó a Hurlingham, se quedó sin su hombre más experimentado, Benjamín Araya. Araya, fue campeón del Abierto Argentino en tres ocasiones 1980, 81 y 83, y aunque ya pasaron casi dos décadas nunca abandonó el césped de Palermo.

Surgió entonces Ernesto Trotz, que a pesar de sus 45 años y que no aportaba por Palermo desde 1997, reunía dos condiciones esenciales para este equipo: igual o mayor experiencia que Araya y sus 8 goles de handicap, que le permitían al equipo jugar la clasificación para entrar al Abierto Argentino.

Con Trotz en el puesto de back, comenzó una nueva etapa. Alejandro Agote, después de casi cinco años volvió a jugar de delantero; Javier Tanoira se retraso al lugar de No. 2, y Donovan, fue el único que se mantuvo quieto.

En medio de tanta revolución ganaron la clasificación y ya en Palermo cayeron ante Indios Chapaleufú por ocho goles, los mismo que los separaban en el handicap 38 contra 30. El último domingo era el momento de cerrar este 2001 y enfrente estaba La Dolfina, campeón en el Hurlingham Club, que no contaba con los hermanos Sebastían y Juan Ignacio Merlos, suspendidos después de la final de aquel torneo.

Era una ocasión ideal para mostrarse un poco y lo hicieron en gran forma. Hasta el cuarto chukker jugaron de igual a igual y se fueron al descanso más largo apenas dos goles abajo. Después aparecieron Cambiaso y especialmente Bartolomé Castagnola, y la diferencia fue más amplia, aunque en el juego ambos equipos siguieron respondiendo ataque por ataque.

Para El Paraíso el año terminó, pero al menos se despidió de manera convincente como para volver en el 2002.

SIN PENA NI GLORIA:

Por el lado de Sol de Agosto, muy distinta fue la impresión que uno pudo traerse. En toda la etapa previa fue de los conjuntos chicos el que mejor impresión dejó, aunque después de sus dos actuaciones en Palermo no quedó mucho para destacar. Entre lo positivo estuvo Santiago Chavanne, que desde su puesto de No. 2, demostró que tiene condiciones para ir más alto.

Después quedó un mano a mano de Marcos di Paola, que en el 2000 fue convocado por Ellerstina, pero una vez en Palermo jugó un solo encuentro y fue desplazado por el norteamericano Mike Azzaro. Ante su exequipo, Di Paola perdió en el resultado general, pero ganó en su duelo ante Gonzalo Pieres (h.), a quien no lo dejó anotar en toda la tarde.

A diferencia de El Paraíso, Sol de Agosto mostró muy poco en Palermo, pero aún puede cerrar el año con festejos, ya que le resta disputar dos finales por las copas subcidiarias en el country de Tortugas y en el Hurlingham Club.

Por Palermo ya pasaron los chicos, se presentaron los candidatos y como si fuera un corte clasificatorio de un torneo de golf continua la competencia con quienes demostraron tener las mejores armas.