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Holly Holm obtuvo su recompensa al ser fiel a su estilo ante Ronda Rousey

MÉXICO -- El firmamento del UFC tiene una nueva estrella, inesperada quizás, pero con merecimientos para estar ahí.

Holly Holm necesitó de poco más de un round para terminar con una de las más grandes leyendas de las artes marciales mixtas, la responsable de ver mujeres encabezando carteleras de UFC en pago por evento alrededor del mundo: Ronda Rousey.

Como se dice comúnmente, Rousey "encontró la horma de su zapato" en Holm, una ex boxeadora con experiencia en Kickboxing.

Desde su última pelea, ante Bethe Correia en Brasil, Rousey trató de ser algo que no es, una golpeadora, y si bien le dio resultado ante una rival que se vio abrumada por el cambio de estrategia de la entonces campeona, su postura en Melbourne no presentó nada que no haya visto Holm en el cuadrilatero.

De hecho, el además de sus 38 victorias como boxeadora profesional, Holm tuvo dos triunfos en su carrera en el kickboxing.

Era poco probable que Rousey fuera a ganar con sus puños, Holm lo sabía y trabajo en ello, su postura durante la pelea fue esperar y contragolpear, frustrar a Rousey, que cada vez se lanzaba con más ímpetu hacia un fantasma que se desvanecía frente a ella, en su único intento de derribo consiguió el objetivo pero no logró someter a Holm, quien se defendió bien.

Rousey no volvió a intentar otro derribo y de hecho fue enviada a la lona por Holm en el primer round, para asegurar las tarjetas a su favor, 10-9, nadie lo creía, después de cinco minutos, Rousey estaba remando contra la corriente.

Rousey volvió a equivocarse en el segundo asalto y esta vez, Holm no la perdonó.

En su insistencia por conectarla con los puños, con una técnica inferior, Rousey se lanzó hacia adelante, errando sus golpes una y otra vez, hasta que pasó de largo a Holm, quien se dio la vuelta y conectó una perfecta patada a la cabeza que acabó con un reinado.

Ante una Rousey indefensa en la lona, Holm no perdonó, se lanzó a concluir el trabajo y el réferi Herb Dean tuvo que intervenir para detener el combate. Ese mismo Dean que también fue testigo de cómo acabó el reinado de Anderson Silva años atrás en los puños de Chris Weidman.

Holm fue fiel a su estilo, ese que la mantiene invicta con récord 10-0 y un campeonato bajo el brazo en este momento.

"Tengo que decirlo, todo lo que trabajamos se presentó en la pelea", declaró Holm en el octágono al final del combate. "No había pasado tanto tiempo en el gimnasio antes de cualquier otra pelea en mi vida".

Por su parte, Rousey intentó cambiar, intentó ser algo que no es, una golpeadora. El estilo de Rousey es el judo y la lucha, su marca patentada no son los nocauts, es la palanca al brazo, esa que pareció quedarse en el vestidor en esta ocasión.

Rousey deberá aprender de sus errores, su equipo debe replantear el camino y trabajar para recuperar lo que tanto trabajo les costó ganar.

Las distracciones también deberán dejarlas de lado. Rousey ha dejado en claro que buscará una carrera en la actuación pero todo tiene su lugar y su momento; sería muy triste verla partir al igual que Gina Carano, tras la única derrota de su carrera.

La única conclusión después de esta vorágine es que nadie es indestructible en las artes marciales mixtas y Holly Holm hoy lo dejó muy en claro.