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El draft de Shaquille O'Neal: cómo el Magic temió perderlo

Mucho antes de que Shaquille O’Neal estuviera en el Salón de la Fama, era un joven de 20 años de LSU cuyo impacto en el juego de la NBA estaba tan anticipado que cada uno de los 11 equipos en el draft de 1992 tenía impreso su logo en el jersey – y el nombre de O’Neal – escondido bajo el asiento.

“Eso fue”, dice Pat Williams, vicepresidente de los Orlando Magic. “El draft de Shaq”.

Luego de que el equipo del entrenador de los Charlotte Hornets, Allan Bristow, ganó la lotería una temporada antes (eligiendo a Larry Johnson), así que se puso el mismo traje y corbata, se hospedó en el mismo hotel durante la lotería de 1992. También trajo con él a una persona de confianza.

Después, el propietario de los Dallas Mavericks, Donald Carter, por su parte, optó por un sombrero de 10 galones con el borde punteado con dientes de coyote. Obsesivamente llevaba su piedra de la “suerte” para los resultados de la lotería, incitando a Williams, quien no llevaba un amuleto de la suerte, para preguntar al respecto.

Williams frotó la piedra y notó que tenía unas marcas. Carter explicó que se trataba del nombre de “Shaquille” escrito en braile.

La piedra de Carter no le trajo la suerte que estaba buscando: Los Mavericks se quedaron con la cuarta elección (Jimmy Jackson). Luego de que los Minnesota Timberwolves ganaran la tercera elección, las dos últimas selecciones fueron para Charlotte y Orlando.

“Mientras la lotería se desarrollaba, y cada equipo ocupaba su lugar, se escuchaban las jerseys de Shaq volviendo a las bolsas de papel”, recuerda Williams. “Era el sonido de ‘no sucederá para nosotros’”.

Los Magic sólo tenían una oportunidad en 11 de ganar, pero eso fue suficiente ya que se llevaron a casa a la elección número 1. Esa debió ser la causa para una gran celebración en Orlando, pero Williams supo que había un problema.

El agente de Shaq en aquel tiempo, Leonar Armato, al reconocer que estuvo bien que los Magic ganar el número 1, no estaba de acuerdo con que su cliente jugara para Orlando.

“Estuvo muy distante”, comentó Williams. “No pudimos visitar a Shaq”.

A Armato le gustaba la idea de que O’Neal jugara para Los Angeles Lakers, pero Williams dejó en claro que no haría trato con su jugador.

Dos días antes del draft, O’Neal acordó visitar Orlando. Los Magic consiguieron un avión privado para O’Neal, su padre Phili Harrison, y su hermano menor, Jamal.

“Jamal tenía 12 o 13 años”, dice Williams. “Teniamos muchas actividades planeadas para Shaq, así que llevaremos a Jamal a mi casa. Mis hijos están ahí, teníamos una piscina y una cancha de básquetbol”.

“Todo iba bien hasta que Jamal dijo que no le gustaba la comida. Insistió en que necesitaba pepinillos. Así que tuvimos que hacer una visita de emergencia al supermercado”.

Más tarde, los Magic dieron una cena elegante y exclusiva con los miembros de la familia DeVos, quienes aún son propietarios del equipo, junto con algunos patrocinadores clave y el entrenador Matt Goukas, quien se sentó al final de la mesa junto a Williams, Shaq y Jamal.

“Ahí estabamos en esa cena tan imporante, cuando Shaq y Jamal comenzaron a robar comida uno del otro”, dice Williams. “Se picaban con los tenedores. Entonces comenzaron a lanzarse comida. Se trataba de una guerra de comida”.

“Más tarde le pregunté a Matty al respecto. Dijo que ‘no sabía qué hacer'. Sentí ganas de enviarlos a sus recámaras’”.

Los malos modales en la mesa no disuadieron a los Magic. La noche del draft de la NBA en 1992, que se llevó a cabo en Portland porque USA Basketball realizaba el Tournament of Americas ahí, más de 10,000 admiradores de los Magic entraron a la Orlando Arena para ser testigos de la elección de Shaquille O’Neal como su salvador.

El comisionado David Stern tomó el micrófono para decir: “Orlando Magic está contra tiempo. Tienen cinco minutos para elegir”.

Todo lo que Williams necesitó hacer fue llamar al representante de los Magic en Portland, quien le diría al comisionado la selección del equipo. Fue cuestión de segundos.

Un problema técnico impidió que se realizara la llamada. Pasó un minuto, luego dos, tres. Los ingenieros trataron de identificar el problema, pero los del Magic no tenían manera de transmitir la elección a los funcionarios de la liga en Portland.

“Sólo falta un minuto y estoy pensando ‘este será el fraude más grande de la historia de nuestro deporte’”, recuerda Williams. “¿Y qué si no podemos hacer nuestra elección?”.

Alex Martins, quien es ahora el CEO del Magic, pero entonces era director de relaciones públicas, salió de la Orlando Arena hacia los corredores y vio una cabina de Nokia, una novedad en aquellos días. Llamó directamente a la oficina de la NBA en Nueva York y releyó la decisión de Shaquille O’Neal. La selección fue grabada con algunos segundos de diferencia.

“Se estaba acercando”, recuerda Martins. “Creo que faltaban 20 segundos. No sé qué habrían hecho si no hubiéramos elegido a tiempo”.

Stern, contactado por ESPN el martes, dice que no tiene recuerdo.

“Por supuesto, nos habríamos asegurado de que nada pasara, y hubiéramos buscado la manera de contactarlos”, dice Stern, “Pero no lo recuerdo. Ese fue problema de (excomisionado adjunto) Russ Granik. Fue una gran división de responsabilidades”.

Granik tampoco recuerda a detalle esa noche, pero dice que esa noche en Portland estuvo llena de obstáculos inusuales. ¿Qué habría pasado si los Magic no hubieran podido decir el nombre de Shaq?

“Lo hubiéramos asignado de cualquier manera”, dice Granik. “No estamos locos”.

Mientras que esos cinco minutos pusieron nerviosos al Magic, fueron terribles para O’Neal, un joven supersticioso que, aún teniendo claro que los Magic se lo llevarían, tuvo el presentimiento de que algo cambiaría en el último segundo.

“No podría creerlo hasta escucharlo”, dice Shaq. “Pudieron cambiar de parecer y elegir a Alonzo Mourning o Christian Laettner”.

La madre de Shaq, Lucille Harrison, dice que la familia no estaba enterada de las dificultades técnicas en torno a su elección, en parte porque estaban muy nerviosos.

“No estábamos familiarizados con el negocio”, explica Lucille. “Estábamos emocionados por la selección.

“Lo que más recuerdo es que el sueño de Shaq se estaba volviendo realidad. Él estaba haciendo realidad de su sueño”.

Aunque los recuerdos de Stern son borrosos respecto la presentación inicial de Shaquille en la liga, rápidamente recordó las incesantes correspondencias de Armato con respecto a ese gran hombre.

“Leonard comenzó a estar regularmente en mi escritorio”, dice Stern. “Me llamaba, enviaba cartas y vino a decirme como nuestros referís no solían marcar faltas a hombres de la talla de Shaq. Dijo que no marcan faltas que marcarían si Shaq fuera un ser humano normal, porque después de todo, Shaq era un súper humano.

“Escuchamos y le dijimos a Leonard: ‘Sentimos tu dolor. Punto. Fin de la oración’. Entendimos lo que estaba diciendo”.

Shaquille O’Neal jugó 20 temporadas con la NBA –aunque sólo cuatro de ellas con los Magic-. Llevó a los Magic a las Finales de la NBA en 1995, pero ganó campeonatos con Los Ángeles y Miami mientras mantenía su hogar en Orlando.

Diecinueve años después de que se separara de los Magic para jugar con los Lakers, regresó para formar parte del Salón de la Fama de los Orlando Magic. Esa noche admitió: “A veces me arrepiento de haberme ido. ¿Es aquí donde inicié y debí haberme quedado? Deberían hacer una ley para que te quedes toda tu carrera con el equipo que te elija".

Granik dice que un mes antes de que Shaquille O’Neal iniciara su viaje en la NBA, él y su padre –apodado “Sarge” debido a su rostro severo – pidieron una audiencia con el comisionado y su adjunto.

“Eso muy raro, pero en las pocas ocasiones que los jugadores hicieron eso nosotros los acomodamos”, dijo Granik. “Es algo así como ‘¿Qué debo saber sobre la liga? ¿Qué necesito hacer?’.

“Le hice una broma a Shaq durante nuestra reunión sobre cuánta publicidad había obtenido. Le dije: ‘Hemos escuchado mucho sobre ti. En verdad espero que puedas jugar’. La mirada de su padre es inolvidable. Tuve que decirle: ‘¡Estoy bromeando, estoy bromeando!'”.

Había otro prospecto en el draft quien requirió una audiencia similar antes del draft en 1992: Christian Laettner, la estrella de Duke.

“Laettner nos dijo: ‘Sé que soy mejor que Mourning, pero Shaq es mejor que todos nosotros’”, recordó Granik.

Y tenía razón.