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Lecciones del Thunder tras dejar escapar a Kevin Durant‏

A muchos les costó hacerse a la idea de que Kevin Durant dejó de formar parte de Oklahoma City Thunder después de ocho años en los que trató por todos los medios de llevar a la franquicia a lo más alto de la NBA. Su decisión en la agencia libre supuso un golpe a la organización, la cual de la noche a la mañana perdió a la media naranja de Russell Westbrook. Desde el día siguiente en que Durant anunció que formaría parte de Golden State Warriors, el gerente general, Sam Presti, se puso manos a la obra en la configuración de un equipo competitivo. No hubo tiempo para las lamentaciones queda la duda de si profundizó en por qué perdió a su activo más jugoso sin conseguir nada a cambio, en la razón por la que su jugador más importante decidió que ya no congeniaba más con la filosofía, las aspiraciones y las maneras del Thunder.

El Jugador Más Valioso de la NBA en 2014 se marchó porque se sintió atraído por la cultura de los californianos, por su visión, por la manera en la que trabajan para ejecutar esa visión, por el buen ambiente reinante, el compañerismo y cómo no, porque con él, los Warriors son más candidatos si cabe para lograr el anillo de campeones, al menos sobre el papel. El Thunder, como cualquier otro equipo grande de la NBA, cuenta con la misma visión de futuro: alcanzar uno o varios campeonatos. Es en la ejecución donde está la diferencia.

Lo que más sorprendió a Durant cuando acudió a la reunión con los Warriors fue la camaradería y la buena sintonía que reinó en los Stephen Curry, Draymond Green, Andre Iguodala, Klay Thompson y Steven Kerr. Scott Brooks siempre trató de ser cercano a sus jugadores, pero quedó a años luz de su homólogo de Golden State. Billy Donovan está recién llegado al equipo y aunque también se le conoce por forjar buenas relaciones cuando dirigía a nivel universitario, la realidad es que los jugadores de la NBA son diferentes, los egos son distintos y la indiferencia entre compañeros es notoria más allá del de la duela.

Si hay algo que la liga nos ha enseñado es que en muchos casos (obviemos a Los Angeles Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal en sus tiempos de mayor fricción) el ingrediente secreto para lograr el éxito es la cultura de equipo. Gregg Popovich es un artista en ese sentido, con unos San Antonio Spurs donde las relaciones son más personales que accidentales. Kerr es el discípulo más aventajado de ‘Pop’ en éste y otros aspectos. Lo que no consigan unos buenos asados en familia, o reuniones de desconexión laboral en los que Tim Duncan juega con los hijos de Manu Ginóbili o Tony Parker con los del propio Duncan… Esa unión hace la fuerza.

ATRAÍDO POR LA CULTURA DE LOS WARRIORS

Más allá del deseo de formar parte de un equipo competitivo, Durant notó una carencia en esa camaradería y sintió envidia cuando presenció la buena vibra reinante en los Warriors. El Thunder debería tomar nota, debería poner algo de melodía a las prácticas del equipo, se capaces de redirigir la ejecución de esa visión compartida, fomentar una cultura basada en la fraternidad donde en el futuro no suceda lo que pasó con la marcha en la agencia libre de una pieza, más que clave, imprescindible... quién sabe si en esa transformación se convierten por el camino en aspirantes a ganar unas Finales.

Desde la salida de Durant se produjeron varios cambios en el plantel. Otro de los más significativos fue el de Serge Ibaka, quien fue canjeado a Orlando Magic en el mejor momento que Presti encontró para conseguir algo a cambio. Ersan Ilyasova y Victor Oladipo recalaron en Oklahoma por el español. El draft también dejó una grata sorpresa con Domantas Sabonis, hijo del mítico Arvidas Sabonis. Oladipo, quien aún tiene mucho que aprender apunta a compartir duela con Westbrook. Ambos jugadores son compatibles en cuanto al dinamismo y la energía que imprimen. Defensivamente, Oladipo es agresivo, sin embargo le hace falta dar un salto de calidad.

¿Será suficiente con lo que ya había (Steve Adams por ejemplo) para contentar a un Westbrook que queda como el único líder de la franquicia? El armador extendió su contrato en agosto durante dos años (un tercero como opción de equipo) y 85.7 millones de dólares, y lo que necesita es que su potencial esté bien acompañado. En este periodo de tiempo, el Thunder debe convencerle de que podrá optar al anillo que nunca tuvo.

Visión, ejecución de la misma y cultura. Esos son los conceptos que deben aprender bien en la gerencia para que el talento que presumiblemente están agrupando gane enteros. Lo contrario podría significar que la historia se repita, entonces estaremos hablando del final de una era insípida.