MÉXICO -- Con 20 años y en su segunda temporada en la NBA, Devin Booker ofreció un espectáculo emocionante: saliendo de pantallas, tirando dobles, triples, colando y poniéndose a los Phoenix Suns en la espalda para ganar 108-105 contra San Antonio Spurs.
Los fundamentos de este joven se mostraron a plenitud durante los dos partidos pero sin duda, su mejor momento fue contra San Antonio Spurs cuando demostró que no le importa quién lo esté marcando y llevando a su equipo a su décimo segunda victoria en la campaña.
Por dos faltas temprano en el primer cuarto, Earl Watson tuvo que sentarlo e ingresó Leandro Barbosa. El brasileño solamente vio actividad en ese momento por la gran noche que tuvo Booker.
Esa intensidad que demuestra en la duela parecía que la perdía cuando estuvo esos minutos en el banquillo hasta que PJ Tucker le dio un mal pase en el contragolpe a Eric Bledsoe y se perdieron dos puntos que parecían seguros.
En ese momento, Devin se levantó de la silla y arrojó la toalla que tenía en sus manos completamente furioso, pero ese coraje lo usó positivamente.
De ahí en fuera fue otra historia. Booker, marcado por Kawhi Leonard, recorrió la línea de base sorprendiendo al jugador de los Spurs quien gritó más de dos veces avisando que estaba desmarcado Devin, pero fue inútil porque disparó de la esquina de tres y comenzó la escalada de los Suns.
Booker se dedicó a tirar, salir de las pantallas con esa marca pegajosa, a veces de Leonard, otras de Danny Green; disparó de todos lados e incluso se dio el lujo de clavar el balón dos veces.
Devin Booker, joven de 20 años, se llevó las palmas tras anotar 39 puntos, mismos que el pasado jueves encestó ante Dallas Mavericks, aunque en esta ocasión, los Suns se llevaron la victoria. Inesperada, cabe decir.