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LeBron James arrancó el 2017 arrasando contra sus críticos

LeBron James acaba de terminar un mes para el olvido con su equipo ganando menos partidos (7) de los que perdió (8) por primera vez desde febrero del 2006, cuando él contaba con 5000 puntos anotados en su carrera. Esos son 15 mil menos de los que tiene ahora tras convertirse en el primer Cavalier con 20 mil puntos en el medio siglo de historia de la franquicia, y a esta altura del partido él no tiene tiempo para que le atropellen su dignidad.

Lo más notable de LeBron en enero no fue su triple-doble contra los Sacramento Kings ni sus 36 puntos contra los Brooklyn Nets, sino que él fue más vocal que nunca durante 31 días repletos de frustración tanto dentro como fuera de la cancha. Sino pregúntenle a Charles Barkley, quien lo llamó un “llorón” que “no quiere competir” en “Inside the NBA” la semana pasada. LeBron respondió con la ferocidad de un boxeador poseído más que la de un basquetbolista tras sufrir una derrota humillante contra los Dallas Mavericks por 104-97 el lunes.

“(Barkley) es un resentido. Yo no voy a permitir que él le falte el respeto a mi legado de esa manera”, dijo James.

¡Pum! Jab a los riñones.

“Yo no fui el que tiró a alguien por la ventana. Yo nunca le escupí a un niño. Nunca dejé deudas sin pagar en Las Vegas, ni dije que yo no soy un ejemplo a seguir. Yo nunca llegué a un fin de semana del Juego de las Estrellas el domingo porque me pasé todo el fin de semana de fiesta en Las Vegas”.

¡Durísimo golpe que deja tambaleando a Charles!

“Todo lo que yo he hecho durante mi carrera es representar a la NBA correctamente. 14 años, y nunca me metí en problemas. Imprime eso”.

¡Gancho al mentón y Barkley cae a la lona! ¡Se acabó el pleito! ¡LeBron James gana por nocaut técnico!

¿De dónde salió esa ira? En realidad no es nada inesperado, simplemente la erupción de un volcán que venía amenazando con hacer erupción desde que arrancó el 2017, o como diría el mismo LeBron: “Me cansé de morderme la lengua. Hay un nuevo sheriff en la ciudad”.

Su legado son tres anillos, cuatro veces MVP de la NBA, tres galardones como Jugador Más Valioso de las Finales y dos del Juego de las Estrellas, dos medallas de oro y el título de mejor jugador del planeta en la actualidad, y él simplemente está cansado de hacerle oídos sordos a ciertos temas.

Repasemos sus mejores hits del mes y verán porque digo eso.

LEBRON JAMES UNPLUGGED

15 de enero, antes de enfrentar a los Golden State Warriors: “Yo no creo que tengamos un rival clásico hoy en día”. Supongo que tras la paliza a manos de los Warriors por 126-91 habrá reconsiderado eso, pero que él no considere al oponente que ha enfrentado dos veces seguidas en las Finales te ofrece una ventana a su mentalidad, la cual va más allá de la camiseta que vista el rival.

20 de enero, elogia a Gregg Popovich y especula que su llegada como entrenador de la selección lo podría llegar a motivar a disputar los Juegos Olímpicos del 2020: “(Popovich) es un gran factor en mi decisión. Yo pienso que él es el mejor entrenador de todos los tiempos”.

24 de enero, tras perder por quinta vez en siete partidos: “Necesitamos a un p--- jugador desequilibrante…Solo espero que no estemos satisfechos como organización”.

Si hay una lección que LeBron aprendió de Pat Riley en Miami, es que si te duermes en los laureles entonces vas derecho por la senda de la mediocridad, y eso es algo que alguien que ha disputado cada final de la mejor liga de básquetbol del planeta desde el 2011 no está por aceptar.

Eso sí, lo del “jugador desequilibrante” fue medio ridículo. Él es el jugador desequilibrante, y la llegada de Mario Chalmers o Jameer Nelson no cambiaría eso.

27 de enero, sobre la polémica por los votos de los jugadores para el Juego de las Estrellas: “Siempre hay votos ridículos. Donald Trump es nuestro presidente”.

30 de enero, sobre cuando Phil Jackson no le habló hace dos años: “Yo fui al (Madison Square) Garden a ver a (Carmelo Anthony) cuando estábamos en Nueva York. Ellos jugaban contra Portland, y cuando yo entré al palco en el entretiempo, y Phil Jackson ni me dirigió la palabra. Yo estoy aquí para ganar partidos, cuidar a mis compañeros y de… ¿Cuál era esa palabra? Ah, sí, de mi pandilla”.

Como podrán ver, LeBron ha encontrado una especie de libertad zen en este nuevo año y no se va a callar ni va a pensar solamente en básquetbol. Él va a ofrecer su opinión cuando le hagan una pregunta, y aquel que quiera escuchar puede prestarle sus oídos.

No se trata de arrodillarse ante el trono del Rey o pensar que él tiene razón en todo, ya que LeBron no está diciendo que tiene las respuestas para todo. Simplemente no esperes que la granada que tires hacia su vestuario no te regrese cargada con el doble de potencia cuando menos lo esperes.