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Bienvenidos a la realidad

Argentina venció a Canadá, en tiempo suplementario, con un Facundo Campazzo intratable, autor de un triple, con un giro en espacio reducido de por medio, que quedará en el recuerdo de los fanáticos bahienses . Pero la noticia del día, increíblemente, no tiene que ver con héroes ni lanzamientos milagrosos: Luis Scola, figura del equipo de Sergio Hernández, regresaba de un desgarro en la pantorrilla izquierda, pero sólo duró 1.30 minutos en cancha. Un resbalón contra el fondo de cancha del Osvaldo Casanova enmudeció a todos: según un tweet de la Confederación Argentina de básquetbol, Luifa habría sufrido un desgarro en la pierna derecha, es decir, en la que estaba sana antes de empezar este partido. Aún el parte no es oficial, pero...

La diferencia entre la tragedia y la comedia, no es otra cosa que el enfoque con el que se miran las cosas. Sin dudas perder a Scola puede ser dramático para Argentina pensando en el Final Four de Córdoba, pero también puede ser visto como una oportunidad: cuando el mar se pone bravo, hay que ver qué marineros son capaces de enfrentarlo hasta las últimas consecuencias.

La reconstrucción, que siempre se intenta que sea paulatina para no padecer consecuencias lógicas, puede haberse acelerado de manera dramática. En los dos juegos que Argentina jugó sin Scola, quedó claro que hay un combo formado por Campazzo, Patricio Garino, Gabriel Deck, Javier Sáiz y Lucio Redivo que promete dejar la piel sobre el parquet. Es cierto, hay errores, hay pecados de inmadurez, pero también es verdad que hay coraje para enfrentar lo que se ponga enfrente.

Vale recordar un pequeño detalle: de un torneo a otro, Argentina perdió a dos, y posiblemente a tres de los mejores jugadores de su rica historia: Manu Ginóbili, Andrés Nocioni y, quizás, Scola. Pase lo que pase, hay que mantener la calma y comprender que los procesos llevan su tiempo.

La sangre fresca de Argentina tiene en Campazzo a su máximo exponente, pero necesita recuperar el mejor nivel de Nico Laprovíttola y distribuir mejor el balón, sin tanto dribbling, para poder aprovechar las mejores opciones disponibles. Sin Scola, el seleccionado pierde la referencia en el poste y la llave para abrir los huecos de la defensa, tanto por su juego de uno contra uno como por su capacidad para pasar el balón hacia lado fuerte y débil. Ni Sáiz, ni Marcos Delía ni Tayavek Gallizzi pueden aspirar a algo semejante; sólo Deck puede hacer las veces de falso interno, pero sin dudas veremos de aquí en más mucho movimiento de fichas y alineaciones bajas con rotación sistemática de puestos para maquillar los problemas en la pintura. En este recorrido, el aporte de Garino es descomunal, por lo que aporta adelante pero principalmente por lo que da atrás.

Está claro que Argentina deberá centrarse en defender multiplicando esfuerzo por falta de centímetros, y esto ocurrirá tanto si cuenta con Scola como si finalmente queda fuera de competición como se espera. Si el equipo de Hernández logra hacer un buen trabajo sin la pelota, podrá correr, y cuando imprime velocidad puede hacer diferencia. El ritmo en el básquetbol moderno es todo y Campazzo es un especialista en este apartado. "Lo resumiré de esta manera: actualmente es el mejor jugador del mundo de los que no están en la NBA", dijo Carlos Morales, analista de ESPN presente en la AmeriCup, al ser consultado sobre el nivel que muestra en la actualidad el base de Real Madrid. "Sin dudas Campazzo podría jugar en la NBA, tiene todo para hacerlo", agregó.

Cuando la adversidad se presenta, hay dos caminos posibles: escapar o enfrentarla. Argentina demostró en los juegos ante Venezuela y Canadá que tiene el carácter necesario para poder sacar adelante partidos complicados aún con una baja significativa como la de Luifa. El fuego sagrado de Campazzo, que incendia el corazón de sus compañeros y del público, debe ser motivo de contagio, pero no debe ser lo único: compartir la pelota, tomar buenos lanzamientos, defender y rotar con velocidad, correr cuando se pueda. Los argumentos que llevaron al básquetbol albiceleste a lo más alto con la Generación Dorada también deben ser premisas para ser respetadas y seguidas de cerca. Olvidarse del todos para uno y centrarse en el todos para todos.

Frente a Islas Vírgenes, Argentina buscará cerrar invicto el grupo en Bahía Blanca para viajar a Córdoba a jugar el Final Four con esperanza, energía y actitud. Bienvenidos, entonces, a la cruda realidad.

Sin Scola en las filas, la renovación completa ya es un hecho inobjetable.