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El jugador más importante de los Celtics no es quien crees

Muchas cosas tienen que salirle bien a un equipo como los Boston Celtics para que le vaya así de bien. Tras perder a Gordon Hayward por una lesión en el primer partido de la campaña y luego tener marca de 0-2, los Celtics se han desatado con 15 triunfos al hilo, incluyendo una victoria el jueves sobre los campeones defensores Golden State Warriors, con la fortaleza de una defensiva sofocante y contribuciones sorprendentes por parte de jóvenes jugadores como Jaylen Brown y Jayson Tatum. Mientras el éxito defensivo de Boston ha sido un esfuerzo colectivo, el otro aspecto del juego en Boston ha sido responsabilidad en gran medida de un solo jugador. Pero no se trata de quien ustedes pueden creer.

Kyrie Irving enciende la ofensiva de Boston. Es el líder del equipo en anotaciones, asistencias y porcentaje de uso. Maneja el balón, dispara y encesta haciendo que los Celtics se metan en encuentros que deberían estar perdiendo, y provee la bujía de una ofensiva que tiene muchos encestadores, pero pocos creadores. Cuando la ofensiva de los Celtics se ve bien, usualmente Irving está al volante. Pero, si bien Irving ha sido brillante, no es el miembro de los Celtics con mayor impacto en su ofensiva. Ese jugador es Al Horford.

Los números individuales de Horford no parecen ser los de una súper estrella. Promedia 14.9 puntos, 8.8 rebotes y 4.5 asistencias por partido. Sus porcentajes de encestes han subido de forma dramática esta temporada (44.4 por ciento desde la línea de 3 con un 68.1 por ciento de encestes real, ambos con mucha posibilidad de disminuir a cierto punto) pero eso no resume completamente su efecto mayúsculo dentro del equipo. La ofensiva de los Celtics tiene 12.7 puntos por cada 100 posesiones menos cuando Horford deja la cancha, seis veces más que la diferencia mostrada cuando Irving descansa. Esto no se trata de simple ruido de principios de temporada: Horford afecta el juego de formas sutiles pero importantes, mejorando jugadas en las cuales quizás ni siquiera toque el balón.

Más allá de lo que muestra la hoja de anotaciones, en el pasado estas destrezas quedarían resumidas bajo el remoquete de "hacer mejor a sus compañeros". Hoy, sin embargo, podemos rastrear lo bien que actúan sus colegas cuando Horford se involucra.

Por ejemplo, Irving es, de lejos, el mejor manejador de balón en pick-and-roll dentro del roster, generando 98.8 puntos por cada 100 oportunidades, de acuerdo a la data suministrada por Second Spectrum, cifras mucho mejores que las de Marcus Smart (79.2) y Terry Rozier (83.2). Si le damos la vuelta y revisamos lo efectivo que han sido los pick-and-rolls dependiendo de quién prepara la cortina, percibimos bien el efecto de Horford: Cuando éste prepara el pick, Boston anota 107.3 puntos por cada 100 oportunidades; con cualquier otro, la cifra llega a 81.1. Los números de Horford con Irving son impresionantes, como es de esperarse, pero también elevan los de Smart, Rozier y cualquier otro que pueda engañar a la defensiva rival junto a él.

Esto se mantiene incluso sin el balón en la mano. Si bien la ofensiva creada por Brad Stevens es conocida por su movimiento sin balón, Boston anota apenas 91.7 puntos por cada 100 oportunidades creadas por cortinas sin balón, de acuerdo a Second Spectrum, un buen número, pero no excepcional. Cuando es Horford quien prepara la cortina, la cifra se dispara a 106.6 puntos por cada 100 oportunidades. Comparen eso con las cifras de Aron Baynes o Daniel Theis, los dos jugadores de los Celtics que crean mayor cantidad de cortinas después de Horford, y no hay discusión. Las cortinas de Baynes resultan con 79.1 puntos por cada 100 chances para los Celtics. Los de Theis no son mucho mejores, con 88.8. En otras palabras, no se trata del sistema: Horford produce este efecto.

Si algo distingue a las cortinas de Horford es cuánto duran. Simplemente no está frente al defensor y sale corriendo a su puesto en la cancha. Mantiene contacto el mayor tiempo posible, girándose, volteándose y tratando de mantenerse en medio del camino del defensor, comenzando su huida al aro cuando el defensor está aún marcándole, a veces haciendo que éste último arrastre un paso o dos. No son precisamente cortinas en movimiento (al menos no todas), pero Horford se mete en medio y permanece ahí. Sumando eso a la atención que su capacidad anotadora exige esta temporada, y los armadores de Boston tienen un camino despejado hacia el aro o pueden pasar el balón a uno de los mejores creadores de espacios del baloncesto.

Lo anterior tiene un efecto cascada. Irving y Smart han creado situaciones de encestes de alto valor para sus compañeros esta temporada. Sin embargo, ambos han sido beneficiados por defensivas tratando de llevarles el paso o los neutralizados por la cortina. Aun así, cuando Horford hace el pase, sus compañeros tienen un porcentaje de encestes efectivo de 51.3 por ciento, menor de lo esperado. Su efecto en los encestes de sus compañeros no es tan fuerte como el de Irving o Smart, aunque sus números disminuyen ya que obviamente no puede pasarse a sí mismo y por pasarle a Smart, quien es, según muchas estadísticas, el peor encestador hoy en día en la NBA (Irving ha pasado el balón a Smart para intentar encestar apenas cuatro veces esta temporada). Irving tiene un eFG de 65.5 en pases hechos por Horford, un incremento con respecto al 48.5 por ciento; Brown y Tatum permanecen más o menos iguales, y el ridículo 37.5 eFG de Smart cuando Horford lo involucra es una mejora de su horrible marca general de 32.4.

Por supuesto, a esta etapa tan temprana de la temporada es difícil poder decir cuánto podrá durar. Tatum e Irving convierten tiros difíciles a un ritmo que cuesta imaginar se pueda mantener; Horford está encestando como Kyle Korver por primera vez en su carrera; e incluso la defensiva tiene un poquito más de suerte de lo que estarán dispuestos a admitir.

(La defensiva de Boston apenas permite 97.2 puntos por cada 100 posesiones, colocándolo al nivel de los San Antonio Spurs y Detroit Pistons de 2003-04, las mejores defensivas en la era moderna. Su porcentaje efectivo de encestes permitidos como defensiva es de 47.7 por ciento. De acuerdo a la métrica de cualidad de tiros cuantificada de Second Spectrum, la cual toma en cuenta la ubicación de tiros y distancia, la proximidad de los defensores y otras variables, los Celtics les permiten a sus oponentes la menor cantidad de tiros de valor de cualquier equipo en la liga. Sin embargo, los encestes de los oponentes de Boston decaen aún más, siendo la segunda mayor cifra en la liga. Eso podría ser gracias a los retos agresivos que hace Boston cerca del perímetro, pero podría tratarse simplemente de una carrera afortunada a comienzos de temporada).

A sus 31 años, Horford es el miembro de mayor edad en un roster de Boston armado para el futuro. No existen garantías que seguirá siendo así de efectivo para los Celtics cuando Brown, Tatum y el resto de este equipo joven llegue a la cúspide de sus carreras. Sin embargo, los periodos en los cuales un equipo llega a ser contendor pueden adelantarse si las noveles figuras pueden cumplir sus roles y unos veteranos clave hagan el resto. Hasta ahora, Horford ha cumplido con la tarea.

Kyle Wagner es editor senior de FiveThirtyEight