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'Queríamos cambiar la narrativa de que el juego de estrellas era una broma', Kevin Durant

LOS ANGELES - Joel Embiid anotó un triple de casi 30 pies, se va al lado defensivo, se vira y ve a Russell Westbrook que viene como un bólido a buscar una canasta fácil. Si hubiese sido en 2017, Westbrook, del equipo de la Conferencia Oeste hubiese pasado para anotar una canasta fácil con una clavada mientras Embiid se echaba a un lado.

Pero es 2018. Embiid se paró frente a Westbrook y le plantó una de las ocho tapas que se produjeron en el partido.

El deseo de ganar regresó al Juego de Estrellas. Bloqueos y tiros defendidos, robos de balón y desvíos de tiros por más manos arriba, más triples, menos clavadas y un final con más atmósfera de playoffs que de clásico de febrero le devolvieron el esplendor a un espectáculo que lucía año tras año más como una tomadura de pelo al público.

Al final, un minuto mágico protagonizado por LeBron James le dio la victoria 148-145 a su equipo.

El mayor ganador de la noche, no obstante, fue la propia liga, que luego del ridículo resultado de 192-182 del año anterior, creó un nuevo formato que le devolvió las ganas de jugar por algo a los capitanes, que le fue bien transmitido a los jugadores.

"Fue bueno para los jugadores, fue bueno para los fans, fue bueno para la liga, para todos", dijo James sobre el partido que concluyó un fin de semana de celebración de básquetbol en Los Angeles. "Fue un gran fin de semana y lo culminamos de la mejor manera".

James, el jugador de mayor edad en los dos equipos, fue quien se encargó de ponerle el signo de admiración a la jornada dominical. Empató el juego a 144 con un triple a 27 pies restando 1:30, luego produjo los puntos de la ventaja con una bandeja servida por una asistencia de Kyrie Irving, regaló una larga asistencia a Russell Westbrook para ampliar la delantera y estuvo presente en la intensa defensiva que evitó un triple del empate en el último segundo.

Pero de principio a fin, lo que se percibió fueron dos equipos con deseos de ganar. El primer cuarto dio una idea de la tendencia que marcarían los equipos. La primera falta se cometió a los 33 segundos de comenzado el partido. Cinco robos de balón, un bloqueo y varios cambios de tiros en los primeros cinco minutos. El Este cometió seis faltas en los primeros 12 minutos. En la primera mitad, los equipos se combinaron para 14 robos y ya habían sumado cuatro bloqueos, igualando la cantidad de los últimos dos partidos completos.

Aún así, hubo tiempo para que los jugadores tuvieran la oportunidad de demostrar sus talentos en ambos lados de la duela. Diecisiete de los 23 jugadores que estuvieron en el partido -Jimmy Butler fue el único que no jugó- anotaron en doble dígito.

"Fue un juego bien competitivo", dijo Stephen Curry, el capitán del llamado 'Team Curry'. "Pienso que se hizo de la manera correcta; mostramos nuestro talento y nuestras habilidades y a la vez dimos un buen espectáculo, por lo que fue divertido. Pienso que establecimos el tono desde temprano jugando defensa, creando el ambiente competitivo que fue un gran cambio para los fans en el estadio y en la televisión".

Tras la victoria del Oeste 192-182 en 2017, la NBA eliminó el formato de equipos de conferencia y en lugar de Este contra Oeste, los jugadores que más votos recibieron, en este caso LeBron James y Stephen Curry, hacían una selección de los jugadores independiente de la conferencia. Además, la NBA aumentó el premio de los jugadores y anunció unas donaciones a unas organizaciones caritativas seleccionadas por los capitanes.

James seleccionó After-School All-Stars, y Curry escogió Brotherhood Crusade, ambas con base en Los Angeles. La NBA anunció que la tajada a la organización del equipo ganador sería de de $350,000, la del perdedor de $150,000. El domingo, los jóvenes de ambas organizaciones fueron invitados de honor en primera fila.

"Queríamos cambiar la narrativa de que el juego de estrellas era una broma", comentó Kevin Durant, quien finalizó con 19 puntos y 6 rebotes. "Hoy queríamos hacer un verdadero juego de básquetbol. Los entrenadores (Duane Casey y Mike D'Antoni) hicieron un gran trabajo al enviarnos un mensaje en la práctica de cómo queríamos jugar".

Quedan temas por resolver y por mejorar. El sistema de selección todavía tiene lagunas y de ahora a enero quedará la pregunta de si el sorteo de los capitanes debe ser televisado o una conversación privada como fue este año. Pero el nuevo formato arrancó con éxito y al parecer los jugadores lo disfrutaron tanto como los fans.

"El juego parecía irse de las manos, pero lo tomamos con un asunto personal pues queríamos que fuera un juego competitivo y de alto nivel", resumió Kyrie Irving quien produjo 16 puntos, nueve asistencias y siete rebotes. "Los fans en todo el mundo querían ver los mejores jugadores del mundo mostrar sus talentos. Por eso, los últimos minutos fueron extremadamente divertidos. Es bueno jugar con los chicos de tu conferencia, Este-Oeste. Pero cuando uno tiene una oportunidad de tener a Paul George, Russell Westbrook, que ya son compañeros y los reúnes conmigo, y Kemba (Walker) y LeBron, uno ve que funciona".

"La mezcla de jugadores fue genial", agregó Durant. "Siempre nos vamos Este-Oeste, pero cuando tienes un equipo con Kemba, LeBron, Bradley (Beal) los llegas a conocer a otro nivel. Y cuando llegas a jugar contra ellos, el nivel de respeto aumenta".