MEMPHIS, Tennessee – Lo primero que uno nota al salir a comprar alimentos con Marc Gasol es la facilidad con la cual se adapta al sitio en el que se encuentra. Claro, hay varias segundas miradas que se producen mientras el afable hombre de 7 pies de estatura pasea por los pasillos del supermercado Whole Foods de su zona. Sin embargo, en mayor medida hay sonrisas y asentimientos.
“¿Qué hay de nuevo, Marc?”, le pregunta el amistoso empleado del Whole Foods ubicado detrás de la estantería de pescados. Trata a Gasol, no como una súper estrella de la NBA. Parece otro vecino comprando salmón para cenar.
“Me conocen como Marc”, afirma Gasol, nativo de España, pero quien ha pasado parte de su niñez y la mayor parte de su vida profesional en Memphis. “No me conocen como Marc Gasol”.
Los compradores habituales y trabajadores del supermercado además lo conocen porque Gasol pasa tiempo allí. Mucho tiempo.
“Una o dos veces a la semana, por lo menos”, afirma Gasol, mientras escoge batatas y otros vegetales. Disfruta la serenidad que genera el comprar sus propios alimentos, su capacidad de crear y poder seguir la lista de víveres a comprar de ese día y la concentración y disciplina requeridas para mantener el estilo de vida saludable que ha transformado su vida y carrera.
Luego que Pau, su hermano mayor, fuera adquirido por los Grizzlies en el draft de 2002, el menor de los Gasol lo siguió hasta Memphis. En su época estudiando en la Lausanne Collegiate School, se ganó los honores del Mr. Baloncesto en Tennessee, pero también se ganó ciertos apodos poco halagadores por su contextura. Gasol, quien alcanzó a pesar 359 libras en sus días de secundaria, denomina a esa versión de sí mismo como “El Tanque”.
“Había un McDonald’s al cual siempre iba y que estaba muy cercano a la secundaria”, afirma Gasol entre risas. “Ahora, es el McDonald’s en mejor aspecto que puedes conseguir. Creo que gasté tanto dinero allí que pudieron costear luces LED. Todo lo que consigues ahí es lo más nuevo”.
Gasol sabía que debía cambiar sus hábitos alimenticios si quería tener la clase de carrera que ha conseguido: 10 temporadas en la NBA, incluyendo tres apariciones en el Juego de Estrellas. Gasol le atribuye al director de desempeño de los Grizzlies, Eric Oetter, su ayuda en crear un mejor plan para él, incluyendo ayunar durante horas en la mañana de la mayor parte de sus días.
Luego de intentar asumir un estilo de vida vegano y luego el pescetariano, Gasol se decantó por una dieta paleo que eliminó el consumo de pan, el cual era anteriormente una fija en su ingesta nutricional. Sin embargo, le permite probar una mayor variedad de productos y explorar en la cocina.
“Esa curiosidad me ha hecho ser quien soy... Y la ambición, para convertirme en mejor jugador, mejor atleta y, a final de cuentas, ser más saludable para así poder vivir por más tiempo”, dice Gasol, quien ahora muestra una contextura delgada y 252 libras. “¿Quién no desea vivir por más tiempo?”.
Gasol prepara la cena en su hogar. Lo vemos picando batatas que luego introducirá en el horno. Su esposa Cristina y los dos niños de ambos están sentados a su lado. Su familia le ha ayudado, siendo una fuente importante de inspiración en la consecución de su objetivo de transformación corporal.
“Creo que, una vez que tuve mis hijos, me hizo pensar: ‘Mira, tienes que ser lo mejor que puedas ser a fin de que ellos cuenten con un buen ejemplo en casa’”, expresa Gasol. “Quieres proveerles los mejores alimentos, lo mejor para ellos. Y para mí, eso era más importante que mí mismo. Obviamente, terminó siendo algo bueno para mí”.
Gasol continúa su preparación culinaria y muestra una fotografía de su pasado que ha sobrevivido a través de los años en Internet: una imagen de él como “El Tanque”. Una sonrisa divertida se esboza en su rostro, mientras conversa sobre los cambios tanto en su vida en el baloncesto como en la personal, o sea, el punto de quiebre entre su pasado y su presente. Si bien Gasol no declina hablar sobre su pasado con sobrepeso, ahora prefiere concentrarse mucho más en su presente más saludable.
“Hay fotos peores que esa”, afirma Gasol. “Mucho peores que esa, porque cuando me tomaron esa imagen yo estaba jugando. Hay otra que ustedes nunca van a ver porque no se encuentra en Internet. Peores que cuando me dieron el trofeo de Mr. Baloncesto… Las hay mucho peores”.
Gasol agradece a su esposa Cristina por ayudarle en los momentos difíciles en su época como “Tanque” y después de adelgazar. Gasol admite que su hija de 3 años sabe el aspecto que debe lucir su plato cuando la familia se sienta a cenar.
“Sabe la diferencia entre lo bueno y lo malo”, afirma. “Sabrá bien cuando necesite proteína o más vegetales. Ella sabe muy bien como deben servirse sus platos”.
La forma como se juega al baloncesto en la actualidad en la NBA ha hecho de la transformación de Gasol crítica para la supervivencia de su carrera. El juego de sus primeros años en la liga, que se movía más cercano a la cesta, ha desaparecido para darle paso a los encestes de largo rango desde todas las posiciones, dándole una relevancia sin precedentes. Gasol ha percibido los beneficios que le ha aportado su nueva dieta y estilo de vida a su calidad de juego y está dispuesto a dar consejos para cambiar de vida cuando se le requiera. Aunque, si bien se encuentra convencido que no es el único jugador en la NBA con suficientes conocimientos para comprar y preparar alimentos para su familia, admite que no hay muchos compañeros que le hayan pedido sus consejos nutricionales.
“Podría decirse que muchos jugadores son inseguros y en ocasiones, tenemos un escudo a nuestro alrededor que nos hace evitar el aceptar que a veces tenemos problemas o que no sabemos como hacer ciertas cosas, porque somos vistos como súper héroes”, dice Gasol. “Normalmente, los jovencitos son tímidos con respecto a hacer esta clase de preguntas. Entonces, uno debe romper el hielo, poner el brazo en sus hombros y ayudarles un poquito”.
Gasol sigue confiado en su plan y en que los efectos que éste puede surtir en la salud de una persona serán positivos, independientemente de si es o no jugador de la NBA. Además, está convencido en que su historia puede servir de inspiración para cualquier persona que esté preparado para crear un nuevo camino de salud.
“No hay secretos”, dice. “Tuve los peores hábitos que te puedas imaginar. Pizza, hamburguesas, algo de dulce. Mucha gente tiene hábitos similares. Solo se trata de hacer las cosas y mantenerse firme en sus nuevos hábitos. Creo que, a final de cuentas, lo más importante es mantenerlos. Obviamente, habrá días en los cuales será más sencillo de hacer que en otros. Hay días en los cuales pensarás: ‘Al diablo con todo’. Pero, después de un tiempo, comienzas a ver los resultados y te sientes motivado y piensas: ‘Quiero conseguir un poco más’”.
Gasol se muestra feliz a la hora de comprar ingredientes para su próxima comida. No obstante, el orgulloso español admite que, por estos días, es difícil caminar por su terruño adoptivo con la cabeza en alto, con los Grizzlies hundidos en una temporada decepcionante que terminará con su primera aparición en el draft de lotería desde 2010.
“A veces, es difícil salir a la calle porque uno está tan concentrado y, para serte honesto, me siento un poco avergonzado por esta situación”, indica Gasol sobre el desempeño de su equipo, que le pondrá fin a la tercera racha en activo más larga en la NBA de apariciones de un quinteto en postemporada. “No quieres estar exponiendo tu rostro, solo quieres entender la situación y cambiarla. Sin embargo, (los aficionados) han mostrado mucho apoyo. Cada vez que interactúan con nosotros, nos apoyan”.
Gasol lo sabe bien. Su familia ha adquirido los mismos asientos en el FedEx Forum desde que la arena abrió sus puertas hace 17 años.
“Fui aficionado antes de ser jugador de la NBA”, indica Gasol. “Porque era aficionado del equipo y Pau estaba jugando aquí entonces solía ir a la Pirámide a ver partidos. Por eso, entiendo que lo que me ha ocurrido es muy bonito, ¿sabes? He podido cumplir el máximo sueño del aficionado: jugar para el equipo al cual he ido a alentar (a través de los años)”.
Sin embargo, Gasol nunca soñó el verse ligado al despido del entrenador David Fizdale en noviembre, un mes de febrero sin triunfos en medio de una racha de 19 derrotas consecutivas y un total de 54 reveses, la mayor cifra sufrida por el equipo desde 2008-09, la temporada de novato del ibérico.
“Es algo frustrante”, afirma Gasol con respecto a una temporada que sufrió una caída cuesta abajo luego de haber arrancado con marca de 5-1, incluyendo par de triunfos sobre los Rockets, líderes de la Conferencia del Oeste. “Retador. Sin embargo, uno trata de mantener la mentalidad y buscar el lado positivo en todo lo que uno hace. Y tratar de entender el aprendizaje. Obviamente, hay mucho que aprender. Siempre pensé que, sin importar la clase de equipo que uno tenía, en el que uno estaba, siempre íbamos a ser competitivo. Siempre íbamos a clasificar a los playoffs. Pero no ha sido el caso”.
Una vez que los playoffs estaban definitivamente fuera del alcance de los Grizzlies, el equipo asumió la mentalidad de “reconstrucción” o de “perder a propósito”, dependiendo a quién se le pregunte. Gasol ha formado parte de la lista de jugadores inactivos en múltiples ocasiones en el mes de marzo y, cuando ha estado activo, lo ha hecho como miembro de 23 alineaciones titulares distintas en la presente campaña. Sin embargo, cuando se le pregunta a Gasol si existe una forma en la cual la NBA pueda evitar que los equipos pierdan a propósito, Gasol no tiene respuestas que emanen rápidamente de su mente.
“No sé realmente que podría hacer Adam Silver”, indica Gasol, refiriéndose al comisionado de la NBA. “Realmente no lo sé. Nunca me he puesto en sus zapatos… No sé que haría de ser él. Porque uno quisiera mantener el deporte lo más competitivo posible y quiere asegurarse de que se coloca un buen producto en la cancha. Sin embargo, cada equipo tiene sus responsabilidades y no creo que el comisionado pueda hacer mucho acerca de la responsabilidad individual de cada club y cuando las cosas salen mal, no es producto de un solo error o una mala decisión que producen los malos resultados”.
Gasol ríe al mencionarle la posibilidad de una sesión de estrategias con el comisionado de la NBA.
“Quizás, ¿por qué no? Pero necesitaremos un poquito de vino”, dice Gasol, quien es ávido consumidor del vino rojo, mientras sirve un plato con salmón empanizado, espinacas y batatas horneadas. “Para esa conversación creo que necesitaremos un par de copas. Quizás tenga que comprar la botella de mayor tamaño, una magnum”.
A Gasol le quedan dos años en un contrato máximo por cinco años y $110 millones que firmó en 2015, en el cual la segunda temporada representa una opción a ser ejercida por el jugador por $25.6 millones. Al momento del despido de Fizdale, Gasol expresó que no pediría ser cambiado. Sin embargo, comprende, al igual que e resto de la organización, la importancia que tendrá para sus destinos el próximo verano. Si los Grizzlies consiguen que Mike Conley regrese de su lesión a su mejor nivel y se agrega a un cotizado escogido del draft que juegue al lado de Gasol, la transición de vuelta a contendores en busca de un puesto en los playoffs podría ser muy rápida.
“Uno nunca sabe que podría ocurrir”, indica. “Eso hace que uno asuma bien cada segundo que tenemos aquí. Uno nunca sabe el momento en el cual podrían cambiar las cosas. Lo divertido es que uno no sabe con certeza cuánto tiempo pasará siendo miembro de los Grizzlies, pero uno sabe que, en mi corazón, siempre seré de Memphis”.
Gasol se enorgullece de representar a Memphis y a una afición que apoyó a la mentalidad de “Grit and Grind” que definió los siete años en los cuales los Grizzlies formaron parte de la postemporada.
“Obviamente no tenemos la misma tribuna con la que cuentan equipos en grandes ciudades”, dice Gasol. “No obstante, aquí se apoya lo nuestro y la gente se siente representada por nosotros y el éxito que tuvimos en el pasado ha ayudado a construir esa relación. Y la forma en la cual jugamos hizo que cada uno de los habitantes de Memphis se sienta orgulloso de su equipo”.
Gasol es líder histórico de la franquicia de los Grizzies en puntos y ha jugado más partidos vistiendo la camiseta de Memphis que cualquier otro jugador. Sin embargo, cortésmente declina hablar sobre la posibilidad de que un día haya una estatua de él frente al FedEx Forum luego que su carrera como jugador haya terminado, bien sea en Memphis o en otro lugar. Pero sí reconoce la felicidad que le representa que su historia se convierta en ejemplo para las próximas generaciones.
“Nadie pensaba, cuando iba a la secundaria en Lausanne, que iba a poder hacer esto. Ni siquiera yo mismo”, dice Gasol. “Con la gente apropiada a mi alrededor, los entrenadores correctos, el apoyo de mi familia que ha sido crucial, hemos podido conseguir cosas que en ese momento nadie siquiera pensaba eran posibles. Entonces, ¿por qué no? ¿Cierto?”.
Todos los reconocimientos que obtenga Gasol una vez que él decida colgar su camiseta (con una talla significativamente menor a la primera que le dieron los Grizzlies en 2009) serán el resultado de su dedicación a planificar sus pasos de manera detallada.
“El viejo adagio dice: ‘Uno planifica el trabajo y después trabaja lo planificado’”, dice Gasol, quien aplica la misma mentalidad para prepararse con miras a un encuentro o el seleccionar los ingredientes con los cuales cocinará, mientras va por los pasillos del Whole Foods. “Soy una persona que se traza objetivos, disfruta la preparación y planificación para lograr esas metas y luego, disfruta muchísimo el ejecutar ese plan con mucha disciplina y así, conseguir esos objetivos… Disfruto de todo el proceso. Si fracasas, puedes mirar hacia atrás y pensar: ‘Muy bien, eso no funcionó, intentemos otra cosa y vayamos por otro camino’”.