WASHINGTON -- David Ortiz está muy agradecido por la grandiosa oportunidad de dirigir al equipo del Mundo en el Juego de Futuras Estrellas del 2018 en Washington, pero eso no significa que 'Big Papi' esté ni remotamente interesado en ser un manager a tiempo completo.
“No, para nada, ya tengo suficientes preocupaciones en mi vida”, dijo Ortiz antes de estallar en una gran risotada durante una conversación con ESPN Digital, el domingo en el Nationals Park, en la capital de Estados Unidos.
“Eso de ser manager se toma mucho tiempo. Es un trabajo arduo. Ahora entiendo porque todos esos amigos míos se ponen viejos en dos días ¡No es fácil!”, dijo Ortiz. “Uno no descarta esa opción para el futuro, pero ahora mismo tengo tantas cosas en la mesa, que no tengo tiempo para eso”, agregó.
Ortiz, quien se retiró en el 2016 como el bateador designado más importante de la historia de las ligas mayores, fue nombrado manager del equipo del Mundo para la vigésima edición del Juego de Futuras Estrellas, donde compiten los mejores prospectos de las 30 organizaciones del béisbol. El ex jardinero Torii Hunter, quien fue compañero de Ortiz con los Mellizos de Minnesota, se hizo cargo del equipo de Estados Unidos.
El Juego de Futuras Estrellas, que fue creado en 1999, se realiza cada domingo del inicio de las festividades del Juego de Estrellas de las ligas mayores, en la misma sede del clásico de mitad de temporada.
“Todo bien. Fue una gran experiencia con estos muchachos. Soy de las personas que les gusta compartir su experiencia, especialmente con los más jóvenes. Espero que prosperen y se lleven de los consejos y tengan largas y prósperas carreras”, dijo Ortiz, quien bateó .286 con 541 jonrones, 632 dobles y 1,786 carreras impulsadas durante una carrera de 20 años, mayormente con los Medias Rojas de Boston.
“Big Papi”, quien fue convocado a 10 Juegos de Estrellas, ganó el Derby de Jonrones del 2010 en Angel Stadium de Anaheim y fue parte de tres equipos de los Medias Rojas que conquistaron la Serie Mundial, se desempeña actualmente como asistente especial de la directiva de Boston, comentarista de televisión y jefe de varias empresas.
Desde que jugó su último partido oficial, durante los playoffs de hace tres años, Ortiz, de 42 años, no había vestido un uniforme de béisbol.
“Tengo dos días lidiando con esto y tuve que enfocarme en los números, las posiciones, los roles, los pitchers. Gracias a Dios que tengo la ayuda de (los coches) Juan Samuel y Jerry Manuel, quienes tienen mucho tiempo bregando con eso”, dijo Ortiz sobre su primera experiencia como manager.
Ortiz dijo que el manager de los Medias Rojas, el puertorriqueño Alex Cora, lo llamó bien temprano el domingo para darle algunos consejos del cargo.
“Después de llamarme la atención porque no pasé por su oficina cuando visité el Fenway Park recientemente, Alex me dijo ´buena suerte como manager´. Pienso que trató de decirme muchas cosas con la frase”, dijo Ortiz antes de volver a reír.
Ortiz, quien será elegible para entrar a la boleta del Salón de la Fama por primera vez en el 2022, tuvo en su cuerpo de entrenadores asistentes a su amigo y compadre Vladimir Guerrero, quien entrará oficialmente a Cooperstown en dos semanas. Guerrero, el tercer dominicano que alcanza el Salón de la Fama, se desempeñó como entrenador de bateo del Mundo el domingo.
“Me falta tiempo para pensar en eso”, dijo Ortiz sobre su propia candidatura al Salón de la Fama.
“Tienen que ir a apoyar a Vladdy. No hay muchos jugadores en el Salón de la Fama, no hay muchos dominicanos en el Salón de la Fama. Entiendo que cuando uno de nosotros entra, es digno de admirar y apoyar”, dijo Ortiz en un llamado a los aficionados dominicanos y latinoamericanos.
“Vayan como hicieron cuando mi compadre Pedro Martínez entró. Vayan con sus tamboras y sus güiras y vamos a disfrutar el momento”, agregó Ortiz.