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Serie Mundial 2023: ¿Cómo se convirtió Adolis García en el último héroe de postemporada?

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Esta versión de los Rangers tiene el pitcheo a su favor (3:38)

Guillermo Celis y Carlos Nava analizan lo que podría suceder en la Serie Mundial entre Texas y Arizona. (3:38)

García ha pasado el otoño hilvanando una de las actuaciones de postemporada más impresionantes en la historia del beisbol, deslumbrando con su bat


ARLINGTON, TEXAS -- Salieron disparados del dugout de primera base en un instante, congregándose alrededor del plato tan pronto como el jardinero de los Texas Rangers, Evan Carter, dijo que podrían haber llegado allí incluso antes de que Adolis García llegara al primer cojín.

Era casi como si hubieran anticipado otro momento como éste.

Después de irrumpir en escena en el verano de 2021, García ha pasado el otoño de 2023 hilvanando una de las actuaciones de postemporada más impresionantes en la historia del beisbol, deslumbrando con su guante y sus piernas y, sobre todo, con su bat. Cuando se instaló en la caja de bateo en la undécima entrada del juego inaugural de este Clásico de Otoño, el viernes por la noche, sus compañeros de equipo (en realidad, todo el Globe Life Field) parecían a la espera de algo. Lo que siguió fue el primer jonrón walk off en el Juego 1 de la Serie Mundial desde que el legendario Kirk Gibson lo hiciera en 1988.

Éste es el tipo de legado que García está construyendo.

"Creo que nunca imaginé que me estarían pasando este tipo de cosas", dijo García, hablando en español, momentos después de sellar la victoria de los Rangers por 6-5 sobre los Arizona Diamondbacks. "Estoy muy agradecido y feliz, y seguiré dando lo mejor de mí para ayudarnos a ganarlo todo".

García, de 30 años, ha pegado jonrones en cinco juegos consecutivos de playoffs, lo que lo coloca a uno del récord de Grandes Ligas. Su total para la postemporada es ahora de ocho, solo dos menos que la producción de 2020 de Randy Arozarena, su compañero de habitación en Ligas Menores y su mejor amigo. Ese jonrón fue su carrera impulsada número 22 en esta postemporada, rompiendo el récord de todos los tiempos establecido por David Freese, el ex tercera base de los St. Louis Cardinals durante una contienda en 2011 que dejó devastados a los fanáticos de los Rangers.

"Cuando está encendido, está realmente encendido", dijo el segunda base de los Rangers, Marcus Semien, sobre García. "Ahora todo el mundo lo ve".

García terminó casi solo la temporada de los Houston Astros en la Serie de Campeonato de la Liga Americana, luego procedió a embasarse en cuatro de sus primeras cinco apariciones en el plato para comenzar la Serie Mundial. Conectó sencillo en el primero, recibió base por bolas en el tercero, agregó otro sencillo en el octavo y una recta de 92 millas por hora impactó su mano izquierda tras el lanzamiento del cerrador de los D-backs, Paul Sewald, en el noveno, momentos después de que Corey Seager empató la pizarra con un jonrón de dos carreras de 418 pies.

García se sobrepuso al golpe, rápidamente se robó la segunda base y volvió a batear dos entradas después, sin outs y la pizarra aún empatada. El relevista derecho Miguel Castro lo alimentó con una dieta constante de cambios, el único lanzamiento que le dio problemas esta temporada, pero que lo dejó atrás en la cuenta 3-1. Siguió con un sinker de 97 millas por hora ligeramente bajo, que García condujo hacia la banda contraria y que se elevó por encima de la cerca del jardín derecho, provocando un frenesí en una multitud agotada en el Globe Life Field.

El primera base de los Rangers, Nathaniel Lowe, roció a García con una hielera de agua helada mientras se acercaba al plato. En el túnel camino al clubhouse, sus compañeros coreaban repetidamente su apodo: "Bombi", originalmente dado a García por un amigo de la infancia que pensaba que su cabeza tenía forma de bombilla.

Fue hace seis años que García dejó a sus amigos y familiares en Cuba y se fue a Japón como trampolín para venir a Estados Unidos y cumplir su sueño de llegar a las Mayores. Firmó por una cantidad relativamente pequeña y fue ignorado dos veces, incluso por los Rangers. No consiguió trabajo de tiempo completo en las Grandes Ligas hasta que se acercó al final de sus 20 años. Pero siempre creyó que momentos como éste eran posibles.

"Creo que todo ha valido la pena", dijo García. "Si tuviera que hacerlo todo de nuevo, lo haría, porque me siento muy agradecido por todo lo que ha pasado".

EL DÍA DE NATHANIEL LOWE había terminado. Era el 24 de marzo de 2021, ocho días antes del inicio de la temporada regular de los Rangers. Lowe había completado sus tres turnos al bat en un juego de la Liga Cactus y oficialmente estaba fuera de tiempo.

Pero Adolis García siguió llamando su atención.

Lowe había llegado a la organización de los Rangers, procedente de los Tampa Bay Rays esa temporada baja, y pasó las semanas del entrenamiento de primavera familiarizándose con sus nuevos compañeros de equipo. García inmediatamente llamó su atención y lo desconcertó. García, que entonces tenía 28 años y se dirigía al club Triple-A, robaba bases, realizaba jugadas destacadas y hacía contacto con las pelotas de beisbol con más fuerza que nadie. Lowe no podía entender por qué no estaba en el roster.

Ese día, Lowe había terminado de cambiarse en el clubhouse visitante y se preparaba para irse cuando escuchó el nombre de García anunciado como una sustitución al final del juego, se detuvo y observó por una mirilla que daba al campo. García estaba reemplazando a uno de los titulares con los Rangers que perdían en la novena entrada de un juego sin sentido, como suele ser el caso para aquellos que tienen pocas probabilidades de llegar a las Ligas Mayores, y anotó un doble de dos carreras para asegurar la victoria. Lowe sólo agitó la cabeza. García volvió a lucir como el mejor jugador del campo.

"Se sentía como si cada pelota que golpeaba, simplemente la golpeara por encima de la barda, una y otra y otra vez", recordó Lowe.

Lo que Lowe vio en tan solo unas semanas fue algo que a varias franquicias de Grandes Ligas les llevó años comprender.

Cuando García desertó de Cuba en agosto de 2016, tras una temporada de Jugador Más Valioso de la Serie Nacional, la liga profesional del país, y un breve paso por los Yomiuri Giants de la Liga Oriental de Japón, ya tenía 23 años, una edad relativamente mayor para un prospecto internacional. Los St. Louis Cardinals lo firmaron por $2.5 millones de dólars en febrero de 2017, haciéndolo ir y venir entre Doble-A y Triple-A, más una taza de café en las Mayores, antes de colocarlo en asignación en diciembre de 2019. Los Rangers lo eligieron inmediatamente. Luego lo colocaron en asignación en febrero de 2021 luego de contratar a un lanzador abridor llamado Mike Foltynewicz. García pasó por waivers sin ser reclamado y fue eliminado del roster de 40 hombres.

En ese momento tenía casi 28 años y venía de una temporada acortada por COVID que cerró las ligas menores y que lo limitó principalmente a entrenamientos en las instalaciones alternas de los Rangers. Su carrera en las Grandes Ligas consistió en 23 turnos al bat y dos hits.

Un optimismo desenfrenado lo invadió.

"Sabía lo que podía hacer, en qué nivel de beisbol podía jugar", dijo García. "Siempre tuve confianza en eso. Seguí trabajando porque sabía que este equipo me iba a dar la oportunidad. Sólo necesitaba aprovecharla".

García brilló durante los entrenamientos de primavera de 2021, con slugging de .781 en 22 juegos, pero los Rangers lo dejaron fuera de su roster del Día Inaugural. No fue hasta que Ronald Guzmán sufrió un desgarro de menisco en la rodilla derecha, el 12 de abril, que finalmente García tuvo su oportunidad.

Cuatro días después, ganó un juego en entradas extra con el primer jonrón de su carrera. En mayo, fue nombrado Novato del Mes de la Liga Americana. En julio, fue un All-Star. A finales de año, se había convertido en un elemento fijo de unos Rangers en reconstrucción, el club que perdió 102 juegos estaba buscando jugadores centrales alrededor de los cuales construir.

"Todavía era un jugador en desarrollo y creo que la pregunta que teníamos era si era lo suficientemente consistente como para ser un buen jugador de Grandes Ligas en ese momento", dijo el gerente general de los Rangers, Chris Young. "Y creo que, honestamente, donde estábamos como organización, teníamos la capacidad de darle las pistaspara resolver esas situaciones. Y a medida que tuvo oportunidades, vimos a un jugador con aptitud extrema, un jugador con una ética de trabajo increíble. Una energía, una pasión por la excelencia y la mejora continua. Se ha convertido en el jugador que es ahora".

EL FINAL DE la temporada 2022 provocó una reunión entre García y los expertos en bateo de los Rangers, un grupo formado por el coordinador ofensivo Donnie Ecker, el coach de bateo Tim Hyers y el coach asistente de bateo Seth Conner. La reunión giró en torno a dos cuestiones clave:

¿Qué piensa la gente de Adolis García?

¿Qué quieres que piensen de Adolis García?

En ese momento, García había logrado sólidas temporadas consecutivas en las Grandes Ligas, acumulando 58 jonrones y 41 bases robadas con un OPS de .749 en un lapso de 305 juegos. Pero continuó teniendo una reputación de bateador de todo o nada, el tipo de etiqueta que había agriado a los equipos de las Grandes Ligas en primer lugar.

De 2017 a 2019, García había acumulado 366 ponches en 368 juegos de Ligas Menores, tramo en el que obtuvo menos del 5 por ciento de bases por bolas. Los Rangers pasaron una parte considerable de 2020 rehaciendo el swing de García, incorporando un ligero golpe con el dedo del pie para mantene su posición lateral y eliminar el exceso de movimiento para ayudar a acortar la trayectoria de su swing. En sus dos primeras temporadas en las Grandes Ligas terminó en el puesto 260 entre 297 jugadores calificados en porcentaje de negociar bases por bolas. García necesitaba aprender a trabajar el conteo, evitar las bolas rompientes y obligar a los lanzadores contrarios a lanzar a su zona preferida.

Entonces, después de esa conversación con Ecker y el equipo de los Rangers, casi tan pronto como concluyó la temporada 2022, García se fue a Tampa, Florida, para trabajar con su coach de bateo personal, Osvaldo Díaz, un ex jugador de Ligas Menores de Cuba.

Juntos decidieron cambiar la respuesta a la primera pregunta de Ecker.

"Fue muy personal para él: 'los lanzadores me temerán y me respetarán'", dijo Ecker. "Hay que darles crédito. Ellos hicieron el trabajo en eso, y luego él entró al terreno y lo ejecutó. Adolis es un ser humano especial y no hay nada que quiera hacer que sea normal".

En la temporada regular 2023, García estableció récords personales en jonrones (39), carreras impulsadas (107) y OPS (.836) mientras formaba parte de su segundo equipo All-Star. Aún así, acumuló una buena cantidad de ponches (175 veces en 148 juegos), pero también recibió 65 bases por bolas, solo siete menos que su total combinado de 2021 y 2022. De un año a otro, su tasa fue del 37 por ciento al 29.4 por ciento, una mejora poco común para un bateador que ya tiene 30 años.

En el camino, García aprendió a analizar mejor los videos de los lanzadores contrarios, una habilidad que se ha combinado muy bien con una habilidad innata para hacer ajustes en el juego.

"Es muy bueno", dijo Ecker. "Para su edad, realmente está en el año tres. Está descubriendo el juego, está descubriendo las Grandes Ligas de Beisbol, y es muy especial que en el tercer año esté logrando este tipo de avances. Da un poco de miedo lo que podría ser posible para este hombre".

YOUNG NUNCA HABÍA visto a un jugador ser abucheado tan rotundamente. Antes de dirigir el departamento de operaciones de beisbol de los Rangers, Young pasó 14 años lanzando en las Ligas Mayores. Jugó dos temporadas en Nueva York, de 2011 a 2012, y llegó a la Serie Mundial con los Kansas City Royals en 2015. A pesar de todo, nunca había experimentado tanta animosidad hacia un jugador visitante como la que saludó a García en los Juegos 6 y 4 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana en el Minute Maid Park en Houston, a raíz del incidente en el que se vaciaron las bancas y que se centró en cómo lo golpeó una recta de Bryan Abreu.

García se ponchó en cada uno de sus primeros cuatro turnos al bat, y la animosidad aumentó aún más con cada uno de ellos. Se encontró demasiado ansioso.

"Quería hacer el gran contacto, eso es todo lo que quería hacer", dijo García. "Pero me dije a mí mismo: 'no, necesitas calmarte y hacer lo mejor que puedas'".

Lo que siguió fue uno de los mejores surgimientos sorpresivos de los últimos tiempos. En una serie de seis turnos al bat en los siguientes dos juegos, en un momento en que su equipo necesitaba victorias consecutivas como visitante para derrotar a los campeones defensores Astros y llegar a la Serie Mundial, García acumuló cinco hits, tres de los cuales fueron jonrones (habrían sido cuatro si su doble en la primera entrada del Juego 7 hubiera volado un par de pies más alto). Impulsó nueve carreras en ese tramo, solidificando los honores de Jugador Más Valioso de la ALCS y estableciendo un récord de carreras impulsadas en una sola serie de postemporada, con 15.

En un ambiente altamente polémico, con más de 40,000 personas apoyando abiertamente su fracaso, García encontró una manera de sacar lo mejor de sí mismo.

Capturó su esencia.

"Creo que algunos de los mejores jugadores tienen un poco de esa mentalidad de 'jód...'", dijo el zurdo de los Rangers, Andrew Heaney. "No les importa lo que piensen los demás; no toman en cuenta las opiniones de otras personas. Creo que él tiene esa habilidad. No sé cuánto bloquea el ruido contra su habilidad de absorberlo y dejar que lo alimente", pero creo que de cualquier manera, todavía estás diciendo: 'que se jod... esta gente. Les voy a mostrar'".

Más tarde, en el clubhouse empapado de champán, los compañeros de equipo hablaron efusivamente sobre el desempeño de García y cómo hablaba de sus rasgos distintivos. Uno elogió su talento supremo, pero mencionó la confianza inquebrantable que le permite manifestarse de manera tan rutinaria en momentos llenos de presión. Otro se rió de que ahora todo un país está aprendiendo sobre la grandeza que habían alcanzado hace mucho tiempo. Otros señalaron que MLB debería promocionar a García como una de sus estrellas trascendentes, a la altura de jugadores como Shohei Ohtani y Ronald Acuña Jr. Tiene las habilidades y también la arrogancia.

"Es muy bueno para los jugadores jóvenes verlo y ver cómo juega con tanta confianza para demostrarles cosas a todos los demás", dijo Semien. "Creo que muchos jóvenes pueden aprender de él".

García dijo que tomó la animosidad en Houston como "positiva: saber que había todo un estadio enfocado en mí". Lo vio como una oportunidad, no como una carga. En los últimos años, García ha aprendido a silenciar el ruido exterior y simplificar su concentración. El final de la Serie de Campeonato de la Liga Americana le demostró que podía hacerlo en los momentos más grandiosos.

Lo que, por supuesto, significaba que también podría hacerlo en el Juego 1 de la Serie Mundial.

"Sólo tengo tres años jugando en las Grandes Ligas, pero he tenido una larga carrera en el beisbol, en general, y he pasado por muchas cosas durante ese tiempo", dijo García. "Por eso momentos como ése no me estresan".