Los Padres de San Diego están armados hasta los dientes y en salud, más que respeto, deberían inspirar miedo entre sus rivales
Los Angeles Dodgers son los favoritos para ganar la Serie Mundial de 2024 desde el día de Año Nuevo, los Philadelphia Phillies entran a la penúltima semana de la serie regular encabezando las Grandes Ligas en victorias y los Milwaukee Brewers han hecho un punta a punta en la División Central.
Pero ahora mismo, cuando estamos muy cerca del inicio de la postemporada, el equipo de la Liga Nacional que más que respeto, es miedo que inspira, es el de los San Diego Padres. Y por razones válidas.
San Diego (85-65) está a 3.5 juegos de los Dodgers en la lucha por el primer lugar de la División Oeste y tiene 1.5 juegos de ventaja sobre los Arizona Diamondbacks en el primer Comodín, que otorga el privilegio de jugar en casa para la primera ronda de los playoffs, y 3.5 por encima de los Atlanta Braves y los New York Mets.
Por primera vez desde 2010, San Diego exhibe 20 triunfos sobre la marca de .500.
Aunque todo parece definido, la próxima semana, que será la última del largo calendario de la vuelta regular, los frailes enfrentarán a los Dodgers y a los Diamondbacks, en Los Ángeles y Arizona, respectivamente, con una gran oportunidad de cambiar por completo el panorama de la liguilla de octubre.
Los dos ganadores de división con mejores marcas obtienen un pase directo a segunda ronda, mientras que el otro recibe al tercer Comodín en primera ronda.
San Diego dividió triunfos con los Dodgers en la serie inaugural de la temporada en Corea del Sur, entró a mayo con foja de 15-18, pero entonces comenzó a carburar lenta, pero consistentemente, para poner marca positiva en cada mes desde entonces y recuperar el respeto de sus rivales.
La tropa de Mike Shildt, que tuvo foja de 50-49 y terminó empatada con Arizona en el segundo lugar, a siete juegos de Los Ángeles, en la primera mitad, exhibe la mejor foja de Grandes Ligas desde la pausa del Juego de Estrellas (35-16), incluyendo un excepcional 21-9 en la carretera, para reverdecer sus aspiraciones de destronar a los Dodgers y atrapar su primer banderín divisional desde 2006.
Pero sin importar en cual puesto entre a la postemporada, el roster actual de los Padres es para tomar en cuenta. El 1B y BD venezolano Luis Arráez batea .455 en las últimas dos semanas, mientras se dirige a su tercer título de bateo consecutivo; el RF Fernando Tatis Jr. bateó .346 con cuatro jonrones la semana pasada y lo hace para .296 desde que regresó de la lista de lesionados, tras perderse 59 juegos; el 3B Manny Machado, quien comenzó con el codo derecho entre algodones por una operación en la temporada muerta, batea .297 con 10 jonrones desde el 1 de agosto; el utility curazoleño Jurickson Profar (22 H4, 82 CE y .837 de OPS) está en la mejor temporada de su carrera y el CF Jackson Merrill (.283/23H4/85 CE) pelea el Novato del Año.
El infielder arubeño Xander Bogaerts y el receptor Elías Díaz están muy por debajo de su producción acostumbrada, pero son veteranos que jugarán roles claves en lo sucesivo. El utility colombiano Donovan Solano se ha ganado estar de vez en cuando en la alineación.
Ahora mismo, la única ausencia notable es la del torpedero surcoreano Ha-Seong Kim (hombro derecho inflamado), quien está trabajando para tratar de regresar antes del final de la serie regular.
Mientras los números generales del pitcheo de San Diego no son espectaculares, el momento con que termina la temporada sí lo es.
Joe Musgrove permitió cuatro carreras en 21.2 entradas en agosto, tras perder dos meses de acción; el japonés Yu Darvish tiene dos salidas desde que regresó de una larga ausencia para resolver asuntos familiares; el venezolano Martín Pérez (2-0, 2.72 en 43.0 IL) ha sido maravilloso desde que llegó, vía cambio; Dylan Cease (3.58 de EFE y 215 K en 31 salidas) tiene efectividad de 2.98 en sus últimas 15 aperturas y Michael King (12-9, 3.06) está muy bien.
El bullpen (que tenía efectividad de 4.17 el 29 de julio) fue uno de los principales problemas que el club atendió durante la fecha límite de cambio, mejorando notablemente con las adquisiciones del zurdo Tanner Scott y el derecho Bryan Hoeing (desde los Miami Marlins) y el derecho Jason Adam (desde los Tampa Bay Rays).
Desde que llegó a San Diego, Adam tiene porcentaje de carreras limpias de 0.43 ERA (1 carrera en 21.0 IL), ha aumentado su tasa de ponches del 27.8 al 36 por ciento, mientras que redujo su tasa de bases por bolas del 8.9 por ciento con Tampa Bay a solo el 4 por ciento con los Padres. Hoeing (2 carreras en 14.0 IL) y Scott (2.21 en 20.1 IL) también han brillado.
Desde la fecha límite de cambios (30 de julio), el bullpen de los Padres ha registrado una efectividad de 2.89,la sexta mejor de Grandes Ligas, y su tasa de ponches del 29 por ciento desde entonces, encabeza el beisbol.
Con el venezolano Robert Suárez (9-3, 2.59, 32 salvamentos en 37 oportunidades y 54 ponches en 59.0 entradas) cerrando juegos, los Padres tienen marca de 69-3 cuando tienen ventaja en la octava entrada y 67-5 cuando van ganando de la séptima en adelante.
En fin, los Padres están armados hasta los dientes y en salud y más que respeto, deberían inspirar miedo entre sus rivales.