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Rob Manfred -- El béisbol está cambiando más rápido que nunca antes

El comisionado de MLB habla sobre el estado del béisbol en su segunda columna anual para ESPN. Lorenzo Bevilaqua / ESPN Images

El béisbol es el mejor deporte del mundo. Si necesitan prueba de ello, no tienen más que mirar el hecho de que el béisbol, contrario a otros deportes, tiene una capacidad asombrosa de generar debates genuinos, e incluso candentes. Los fanáticos del béisbol y la prensa suelen hablar de lo que es bueno y malo acerca del deporte. El bateador designado ha estado con nosotros desde 1973. Cuarenta y tres años más tarde, con regularidad y con pasión los fanáticos siguen opinando sobre si la regla es buena: ¿Se debe expandir o se debe eliminar? Tengo cientos de cartas de parte de los fanáticos que defienden ambos puntos, y yo siempre cuento con que va a llegar una pregunta sobre el bateador designado para energizar una conferencia de prensa.

Recientemente Buster Olney estuvo de co anfitrión en el programa de ESPN Mike & Mike con Mike Greenberg, y dedicaron la mayor parte de dos programas a la discusión de lo que debe ser cambiado en el béisbol. Cuando me pidieron que participara, acepté con gusto. Aquellos de ustedes que escucharon el programa saben que no estuve de acuerdo con algunas de las sugerencias que se hicieron, pero sí me agradaron otras, tales como los ajustes de reglas en torno a los relevistas y las alteraciones al Juego de Estrellas. Yo espero haber dejado la impresión de que tengo mi mente abierta a la posibilidad de hacerle cambios al pasatiempo nacional.

Yo creo que hay una clara distinción entre darle seria consideración a una idea y decidir seguir adelante con la misma. Es bueno tener una sana conversación sobre el béisbol y la forma en que se juega hoy en día. Pero esa conversación debe llevarse a cabo en el contexto de tres puntos fundamentales.

Primero, una gran parte del atractivo del béisbol es su historia y su tradición. Aunque se pueden hacer ajustes para proteger y mejorar el juego, nosotros siempre le damos el debido respeto a la historia y la tradición. En cada mes de julio, yo voy a Cooperstown al Fin de Semana de Exaltación al Salón de la Fama. Una visita al gran Museo del Salón de la Fama y la oportunidad de pasar tiempo con algunas de las más grandes leyendas vivientes de nuestro deporte sirve como recordatorio anual de la importancia de la historia y la tradición de nuestro juego.

Segundo, el béisbol es un deporte saludable. Cada año más de 73 millones de personas asisten a juegos de Grandes Ligas, y otros 41 millones van a estadios de liga menor. La experiencia en los estadios de las Mayores sigue siendo de las mejores en los deportes profesionales. El portal digital MLB.com es ampliamente elogiado como el mejor en oferta digital en los deportes. Y mientras seguimos mejorando nuestros esfuerzos para incrementar la participación de los jóvenes, más chicos de 12 años o menos juegan al béisbol y el sóftbol más que cualquier otro deporte, y del estimado de 58.1 millones de chicos en EEUU entre las edades de 5 y 17 años, 45 millones (78 por ciento) han jugado al béisbol/sóftbol en alguna forma en algún punto de sus vidas. Aunque el béisbol puede mejorarse, ciertamente no necesita "arreglarse".

Tercero, algunos tradicionalistas hablan de cambiar el juego como si la alternativa fuera mantener alguna forma pura o estática de juego. El hecho es que el juego ha cambiado y va a seguir cambiando - según mi estimado, a un ritmo acelerado. Los juegos ahora son más largos. En 1975, la duración promedio de un juego era de 2 horas y 30 minutos. Ahora la duración promedio es de tres horas. En 1988, se hacían 272 pitcheos en un juego promedio. Hoy en día, la estrategia de trabajar conteos y dejar pasar pitcheos significa que se necesitan en promedio 22 lanzamientos adicionales para completar el mismo partido. Allá en 1988, el equipo promedio de Grandes Ligas utilizaba 17 lanzadores en el transcurso de una temporada. En 2015, ese promedio aumentó a 27 lanzadores. Estamos viendo menos de nuestros abridores estelares, más demoras por cambios de lanzadores, y menos acción en puntos emocionantes en la parte final de los partidos.

Hoy en día, los jugadores de Grandes Ligas están bateando cuadrangulares a un ritmo record, pero el número de pelotas puestas en juego está en un mínimo histórico. Ha habido más ponches en esta temporada que en cualquier otra temporada en la historia del béisbol desde 1871. Las estrategias ofensivas como bateo situacional y el robo de bases, que a menudo crean momentos emocionantes para los fanáticos, son menos frecuentes hoy en día que en cualquier otro momento desde el Año del Lanzador en 1968. Estos cambios han ocurrido no debido a nuevas reglas sino casi exclusívamente debido a decisiones hechas por gerentes creativos y managers que se esfuerzan por ganar tantos partidos como sea posible.

Así que la pregunta no es si debe haber cambios - el juego va a seguir cambiando y evolucionando sin importar lo que nosotros hagamos. La pregunta es si debemos dejar que los cambios ocurran o, en cambio, debemos manejar los cambios. Para mí, la respuesta a eso es sencilla: Aquellos de nosotros que tenemos la enorme responsabilidad de proteger el gran juego de béisbol tenemos la obligación de manejar los cambios para que la belleza de nuestro deporte quede preservada de manera que las futuras generaciones puedan seguir abrazando el deporte. Vamos a enfrentar decisiones difíciles en el desempeño de nuestra responsabilidad, y vamos a tomar las decisiones que creamos correctas porque nuestro principio rector siempre será el mejor interés de los aficionados.