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Céspedes: José era el mejor pitcher derecho en Grandes Ligas

NUEVA YORK -- Yoenis Céspedes fue exitoso las pocas veces que enfrentó a José Fernández, conectándole tres hits en ocho turnos a pesar de que el lanzador cubano lo había ponchado tres veces. Sin embargo, siempre fue un turno al bate que el estelar de los Mets de Nueva York le gustaría haber evitado.

El jardinero de los Mets estuvo junto al venezolano, Asdrúbal Cabrera, recibiendo tratamiento de los preparadores físicos del equipo cuando el consejero delegado, Jeff Wilpon, aparecía con la camiseta clásica que ha sido parte del uniforme alterno utilizado para todos los partidos locales celebrados los domingos en Citi Field esta temporada.

Como una forma de celebrar la vida de la fallecida estrella de los Marlins de Miami, Wilpon entonces les presentó la idea de hacer un jersey con el apellido y el número del chico de 24 años y nativo de Santa Clara, Cuba.

Céspedes tomó la idea más allá de lo planeado y colocó la camiseta contra la pared del dugout de los Mets en honor del joven que falleció con dos amigos en una accidente de bote la madrugada del domingo.

''José Fernández era el mejor pitcher derecho de las Grandes Ligas'', indicó Céspedes, que junto al chico de la escuadra miamense, fue nombrado al Juego de Estrellas de 2016 aunque no pudo jugar por una lesión.

''Creo que el tipo de pitcher que era Fernández, por lo menos... para mí era muy difícil. Si me dieran escoger, nunca quisiera enfrentarme a un pitcher como José Fernández''.

Fernández estaba pautado lanzar el domingo por la tarde contra los Bravos de Atlanta, una apertura considerada como su última aparición de la campaña, la primera completa en las Mayores tras haberse sometido a la cirugía Tommy John en mayo de 2014. Pero los Marlins entonces decidieron nombrar a Adam Conley, quien regresaba de una asignación a la lista de lesionados, como el pitcher abridor para el cierre de la serie ante los Bravos. Fernández pues recibiría un día adicional de descanso mientras acercaba su límite de una estimación de 180 entradas lanzadas.

''Él demostraba que amaba el béisbol, que disfrutaba muchísimo lo que hacía'', enfatizó Céspedes. ''No importa si le estuviera yendo bien o le estuviera yendo mal, cuando él salía del juego, él seguía disfrutando el juego desde el dugout''.