México confirmó en el 2016 su condición de potencia en la pelota regional, al coronarse en la Serie del caribe que se disputó en Santo Domingo, República Dominicana, en la primera semana de febrero.
México estuvo esta vez representado por los Venados de Mazatlán, que ganaron de manera invicta la corona caribeña, cuarta para el país en las últimas seis ediciones de la llamada Pequeña Serie Mundial Latinoamericana.
La manera en que se ha venido trabajando en la pelota azteca en los últimos años sigue dando frutos, que al decir del señor Omar Canizales, presidente de la Liga Mexicana de Béisbol del Pacífico, consiste en comprometer desde el principio a todos los equipos en el aporte que puedan hacer a la selección que defenderá los colores nacionales en la Serie del Caribe.
Mazatlán arrancó su andar hacia la corona con triunfo sobre el anfitrión, Leones del Escogido, con estrecha pizarra de 3-2 y un día después los Venados dieron cuenta del campeón defensor, Cuba, con marcador de 9-3.
En la tercera fecha dispusieron por 6-4 de los Tigres de Aragua, representantes de Venezuela y tras un día de descanso, concluyeron invictos la ronda clasificatoria al derrotar a los puertorriqueños Cangrejeros de Santurce 8-4.
Detrás a México terminaron Venezuela (3-1), Puerto Rico (2-2) y Cuba (1-3), para avanzar a los playoffs, mientras que los Leones fueron la gran decepción del certamen, al no conseguir ni un triunfo ante su afición quisqueyana.
Por primera vez en la historia de los clásicos caribeños se disputó una competencia de jonrones, una iniciativa de los organizadores dominicanos que invitaron al legendario pelotero Vladimir Guerrero entre los participantes y a David Ortiz, Robinson Cano y Miguel Cabrera,, entre otras estrellas activas.
Sin embargo, las Grandes Ligas no autorizaron la participación del Big Papi, Canó y Cabrera, por razones relacionadas con seguros de riesgo y al final el cubano Félix Pérez, de los Tigres de Aragua, se llevó el derby, al vencer en la ronda final a Neftalí Soto, primera base de los Cangrejeros.
En las semifinales cruzadas, Mazatlán enfrentó a Ciego de Avila y Aragua a Santurce.
Esta vez no hubo casualidad, como en el 2015, cuando la novena cubana de Pinar del Río, tras avanzar con un solo triunfo a los playoffs, terminó coronándose al ganar los dos encuentros de muerte súbita.
En el estadio Quisqueya Juan Marichal ganaron los mejores de todo el torneo, pues los mexicanos dispusieron de los cubanos 7-2 y los venezolanos de los boricuas 13-3.
La finalísima no pudo ser mejor. Por Aragua abrió el estelarísimo Freddy García, en el que sería el último juego de su carrera profesional, que incluyó 15 campañas en las Mayores.
Por Mazatlán escaló la loma el nudillista californiano Eddie Gamboa, quien meses después, en septiembre, debutaría en Grandes Ligas con los Tampa Bay Rays.
García y Gamboa se enfrascaron en un duelo que llegó al séptimo episodio con abrazo a dos carreras, cuando los venezolanos tomaron el mando 4-2 e hicieron saltar del box al abridor mexicano.
Los Venados se recuperaron en la baja de la séptima y empataron 4-4 y con ese marcador llegó el juego al cierre de la novena entrada.
El bateador designado Jorge Vázquez, primer bateador del inning, le botó la pelota de jonrón al relevista Reneé Cortez para dejar al campo a los Tigres y poner fin de la manera más espectacular posible a la Serie del Caribe.