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Maren Angus 6y

Conoce a la última dueña del histórico número 42 en UCLA: Jelly Félix

Antes de cursar la secundaria, Jelly Félix y su familia se mudaron al vecindario de El Sereno en Los Ángeles, tras haber ido de barrio en barrio. Entre tanta inestabilidad, Félix encontró la inspiración en el cercano Dodger Stadium.

Al empezar a jugar sóftbol siendo muy joven, Félix recibió el número 42, el mismo utilizado por el legendario Jackie Robinson. Puede ser ironía o una jugada del destino, pero Félix decidió asumir la responsabilidad que conllevaba ese número. Leyó libros, vio documentales y películas sobre el hombre que rompió la barrera del color dentro del Béisbol de Grandes Ligas, jugando con los Dodgers de Brooklyn en 1947. Donde quiera que ella iba, sufría las consecuencias de las violentas reacciones sociales y raciales. La niña de raíces mexicanas comenzó a identificarse con la historia de Robinson.

“Usar ese número me ayudó a madurar y convertirme en una mujer fuerte”, expresó Félix.

Jugando durante cuatro años en la Secundaria Lincoln en Los Ángeles, Félix bateó para .649 con 49 carreras impulsadas en su año senior. Sin embargo, el número que más llamaba la atención era el de 5 pies, 2 pulgadas de estatura; no precisamente la altura deseable para una jugadora con aspiraciones de jugar en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), 12 veces campeona en la NCAA.

“La gente no creía que podía ingresar a la UCLA, o siquiera ser reclutada”, expresó Félix. “Creo que sorprendí a muchas personas en todo el estado cuando lo conseguí”.

Llegó al campus de los Bruins en el otoño de 2013 sin una beca de por medio. No dudó en escoger el número 42, usado por Robinson con los Dodgers, más no durante sus años en UCLA, su alma mater.

Tras haberse concentrado durante años en su educación y el sóftbol en vez de dejarse llevar por la negatividad en su vecindario, la carrera de la utility en la UCLA comenzó el 7 de marzo de 2014. Conectó jonrón en su segundo turno al bate en el primer encuentro como titular contra Loyola Chicago. Ese mismo año, fue designada con una mención honorífica de novato All-Pac-12, terminando con promedio de bateo de .318.

“Jackie Robinson hizo una gran labor desafiando todas las probabilidades en su contra”, expresó Kelly Inouye-Pérez, entrenadora de la UCLA. “Hizo una gran labor al poder romper todas esas barreras y dar oportunidades a otros. Creo que Jelly es muy similar. Rompió con ese estereotipo que le decía ‘Nunca vas a poder hacerlo’, y ha sido pionera en ese ámbito”.

En noviembre de 2014, el director atlético de la UCLA Dan Guerrero anunció el retiro del número 42 en todos los deportes en los cuales interviene la universidad, afirmando que los tres atletas que usaban dicho número serían los últimos en tenerlo. Félix es la única dueña del número 42 que permanece activa.

No obstante, la inspiración de Robinson no pudo evitar que Félix sufriera tropiezos. Sufrió una fractura en su brazo al final de su segundo año y requirió someterse a una cirugía en el siguiente. El proceso de recuperación hizo que Félix quedase en suspenso durante 2017 y las reglas de la NCAA le confirieron un año extra de elegibilidad.

La forma en la cual ha hecho frente a estos retos ha inspirado a quienes la rodean, incluyendo a Rodney Davis, entrenador asistente voluntario en su primer año.

“Llegué en el verano (de 2017) para asistir con un campamento y ella estaba tomando el autobús desde casa todos los días a fin de asegurarse que su rehabilitación estuviera en marcha”, dijo Davis. “Su compromiso me impresionó desde el principio. Pude ver su determinación. Ella quería ser parte importante del éxito del equipo; y la forma en la cual asume su entrenamiento es reflejo de ello. Es un diamante forjado por los retos, y estoy confiado que Jackie Robinson estaría orgulloso de ver su número representado de forma tan especial por una joven de esta comunidad”.

El compromiso de Félix va mucho más allá del sóftbol. Félix invierte su tiempo como voluntaria con la Fundación Natasha Watley. La organización sin fines de lucro fundada por la ex jugadora de los Bruins provee oportunidades dentro del sóftbol a niñas de escasos recursos que, de no ser por este apoyo, no tendrían acceso a la práctica de este deporte.

“Cuando era más joven, siempre deseaba que alguien acudiera a mi área, a pesar de que fuera una zona pobre o no fuera la más agradable”, indicó Félix. “Quería que alguien, especialmente una atleta universitaria de la UCLA hubiese ido hacia mí y dijera algo tan simple como: ‘Puedes hacerlo. No te rindas’”.

Esta liga, ubicada en Los Ángeles, junta a las jugadoras con mentoras y entrenadoras que pueden aportar mucho más que las bases del sóftbol.

“Ella se identifica con estas niñas, en mayor medida, porque proviene de un ambiente similar”, expresó Watley. “Se parece a ellas, habla como ellas, puede conectar con ellas y se identifica con ellas”.

“Hay un impacto sumamente positivo cuando las llevamos a presenciar partidos de la UCLA y ven a Jelly u otra de sus mentoras vistiendo el uniforme porque finalmente pueden unir los puntos y ver que sí es posible jugar al sóftbol en una universidad de la talla de la UCLA”.

El 9 de febrero, Félix hizo su tan esperado regreso al diamante en el Estadio Easton en pleno día inaugural contra la Middle Tennessee State University. En el quinto inning, ingresó como sustitución defensiva en la tercera base, posición que no había jugado en sus partidos con la UCLA. Fue un momento que no solo marcó el inicio de su último año en la casa de estudios, sino que se convirtió en una demostración palpable de su perseverancia.

“Quería asistir a la UCLA. Quería retarme a mí misma, superar mis límites”, dijo Félix. “Llegué aquí y trabajé sumamente duro. Esto muestra que toda mi labor y dedicación, toda la lucha y esfuerzos que he hecho en esta escuela y este programa están dando sus frutos”.

Cuando los asistentes al Easton Stadium vieron al número 42 saltar al terreno por primera ocasión esta temporada, presenciaron el principio del fin de una era. Será la última oportunidad en la cual un atleta en la casa de estudios con una rica historia deportiva podrá vestir ese número lleno de trascendencia.

“El número 42 es el más importante aquí en la UCLA”, expresó Félix. “Es una experiencia asombrosa, especialmente tratándose de mi último año”.

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