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Serie de Ideas Radicales: ¿Qué tal si todos los equipos de MLB llegan a los playoffs?

Equipos como los Medias Blancas y los Marlins no tenían oportunidad de jugar en octubre desde antes de comenzar la temporada. Nos imaginamos una forma para que la esperanza -- para los 30 equipos -- siga viva toda la temporada. Mahoney Studio

Bienvenidos a la Serie de Ideas Radicales, en las que "arreglaremos" el béisbol no meramente limitando las visitas al montículo o implementando relojes de pitcheo sino revolucionando la estructura competitiva del juego con cambios bastante improbables, pero vagamente posibles.

Les presentaremos tres ideas radicales esta semana, comenzando con la de hoy. Nuestra meta no es (necesariamente) que estas ideas terminen en el escritorio del comisionado de MLB Rob Manfred. En cambio, la intención de las mismas es provocar que se converse sobre el estado del deporte - y lo que pasaría si...


Durante las primeras décadas del siglo 20, hubo un gran debate sobre cuánto tiempo dura la esperanza en el pecho del béisbol.

"La esperanza en el pecho del béisbol existe hasta este momento en agosto", según se lee en una página deportiva de Tennessee en 1907 (nota: el énfasis es nuestro en esto y en las siguientes citas). "La esperanza es eterna en el pecho del béisbol, solo para fallecer alrededor de junio o julio", de acuerdo con una historia del Newport Daily News en 1952. Dos años después, la misma publicación citó a "alguien" que dijo que la esperanza es eterna (en el pecho del béisbol) "solo para fallecer antes de finales de junio". Oakland Tribune, 1930: "La esperanza es eterna en el pecho del béisbol hasta mediados de mayo o principios de junio".

Sin embargo, en 2018, podemos ver las probabilidades de llegar a los playoffs. Cada día, , Baseball Prospectus, FanGraphs y FiveThirtyEight corren miles de simulaciones de la temporada, cuentan la frecuencia con la que cada equipo llega a los playoffs en dichas simulaciones y nos dicen cuán esperanzados debemos estar - o, lo que es más angustiante, qué tan desesperados. Es difícil que la esperanza sea eterna cuando sabemos tanto como lo hacemos en estos días. Es difícil fingir para muchos equipos.

Esta temporada, en el Día Inaugural, los Medias Blancas tenían un 0.1 por ciento de probabilidad de llegar a los playoffs, de acuerdo a FanGraphs - casi una en 1,000. Los Marlins también estaban en 0.1, los Tigres en 0.7, los Reales en 0.9 y los Rojos en 2.0. Los cinco equipos cayeron más lejos en las primeras dos semanas de la temporada. Lo mismo le pasó a los Padres (de 2.6 por ciento a 0.5 el 12 de abril), los Rays (4.9 por ciento a 0.3), los Orioles (4.9 a 0.1), los Rangers (7.7 a 1.6) y los A's (9.2 a 5.1). Eso es un tercio de la liga con una oportunidad combinada de 1-en-12 de conseguir un simple puesto de playoffs, incluyendo un mero comodín. Eso fue a tres semanas de haber comenzado la temporada. Este es un problema si tu producto es un juego de béisbol vendido por barriles.

Nuestro plan para arreglar esto

Cada equipo llega a los playoffs. No puedes tener probabilidades bajas de llegar a los playoffs si hay una garantía de que vas a llegar a la postemporada.

Como funciona esto

El 1 de septiembre, comienzan los playoffs. El peor equipo en cada liga juega contra el segundo peor en un juego de vida o muerte. Un día de viaje más tarde, el equipo victorioso en ese partido juega contra el 13er. sembrado - en el estadio del 13er. sembrado - en el mismo formato, y el ganador de ese juego juega contra el 12º sembrado, y así sucesivamente, con etapas cada vez más largas hasta que los campeones de cada liga se enfrentan en la Serie Mundial a siete juegos. Todos los juegos de playoffs, hasta el campeonato de liga y la Serie Mundial, se celebrarían en el estadio del equipo mejor sembrado.

Tres razones por las que esto funcionaría

1. Si nos van a vender juegos de béisbol que importen, estos juegos deberían realmente importar. La temporada pasada, hubo 441 juegos en los que el equipo local tenía cero probabilidad de llegar a los playoffs. Más del 40 por ciento de todos los juegos fueron celebrados en la casa del equipo con probabilidad de un solo dígito, y 1 de cada 6 juegos tuvo como protagonistas a dos equipos en dígitos simples, compitiendo por nada. (Estos juegos atrajeron, en promedio, cerca de 5,000 fanáticos menos que el juego promedio).

Más allá de eso, está esto: Incluso los juegos entre equipos competitivos usualmente no importan, técnicamente hablando. La temporada pasada, los Rockies ganaron el segundo comodín de la LN por un juego de ventaja sobre los Cerveceros, pero por lo demás, ninguna perspectiva de playoffs de un equipo se afectó de ninguna manera por un solo juego. Todos los otros equipos ganaron su lugar por al menos dos juegos o se perdieron los playoffs por al menos dos juegos. (Los Indios habrían tenido ventaja de local sobre los Astros por un juego si se hubiesen medido en los playoffs, lo que no ocurrió). En retrospectiva, ni una sola victoria dejando tendido al rival, un salvamento desperdiciado o cualquier otra cosa realmente hicieron la diferencia para cualquiera de 28 equipos.

Ahora, esos márgenes amplios no están predestinados, y los fanáticos no saben nada hasta el final si la derrota en 14 entradas en junio le terminará costando a su equipo un puesto en los playoffs en octubre, pero en un nivel básico, todos sabemos que en una temporada de 2,430 juegos, lo que está en juego en un solo partido suele ser bajo.

Si cada equipo llega a los playoffs, entonces todos los equipos están en la contienda todo el tiempo - ningún equipo llega a abril, o incluso a septiembre, fuera de ella. Casi todos los equipos, desde los Marlins a los astros, tiene un incentivo de ganar todos los días porque saltar un simple puesto en la tabla de posiciones duplica las posibilidades de un solo equipo de ganar la Serie Mundial, del mismo modo que caer un solo puesto reduce a la mitad dichas posibilidades. Hubo 17 equipos el año pasado a un solo juego de otro equipo en su liga. Más de la mitad de todos los juegos habrían tenido impacto directo en las posiciones finales de los playoffs. Seis equipos más terminaron a dos juegos, y solo tres equipos - los Mellizos, los Dodgers y los Nacionales - no estuvieron a tres juegos de otro equipo.

2. Desde que el béisbol se expandió de dos equipos de postemporada a cuatro (en 1969), hubo un enfrentamiento entre dos ideales de torneos deportivos: Uno es que un torneo debe ser salvaje, completamente loco, y la introducción del caos es lo que hace que los resultados sean memorables. El otro es que un torneo debería determinar quién es el mejor equipo, recompensar a ese equipo con un campeonato, y evitar socavar una larga y agotadora temporada regular con un lance de moneda fortuito. Cada expansión de la postemporada en el béisbol (de ocho equipos en 1995, a 10 en 2012) ha añadido a las posibilidades de locura (los comodines podrían terminar venciendo al equipo con el mejor record en el béisbol) a expensas del ideal de que gane el mejor equipo. En el béisbol la ventaja de local es pequeña, y en una serie corta, la ventaja de ser el mejor equipo también lo es. Ningún formato de playoffs ha descubierto como darle a un equipo con 97 victorias una ventaja adecuada sobre un equipo de 83 victorias en una semana de béisbol.

Esto sí lo podría lograr. Pese a que es posible que el peor equipo en una liga gane 15 rondas de playoffs consecutivas y gane la Serie Mundial, eso es extremadamente improbable. Incluso en una siembra de 10 equipos, según mis cálculos, existe una probabilidad de 1-en-50,000 de ganarlo todo. De hecho, este formato beneficiaría un poco a los malos equipos (al darles una pequeña oportunidad y algo más por lo cual jugar) pero beneficiará más a los mejores equipos (al darles un camino más corto hacia el campeonato). Más de la mitad de los títulos serían ganados por equipos que lideraron sus ligas en victorias en la temporada regular.

3. ¡Ah, pero las locuras que podrían ocurrir en el camino! El año pasado, los Atléticos llegaron a septiembre con marca de 58-75; eso les habría colocado como el 14º sembrado en la Liga Americana. Entonces, sin razón aparente y sin nada que ganar de ello, se calentaron. Ganaron cinco consecutivos y 14 de 17 para terminar la temporada con una corrida de 17-7. Los historiadores se olvidarán de este periodo de buen béisbol, al igual que los 9,329 fans que llegaron a Oakland para ver a los A's jugar ante los Marineros el 25 de septiembre. Pero si este plan hubiese estado en marcha, esa buena racha habría llevado al sembrado en el puesto 14 a una contienda contra el 5º sembrado. El novato Matt Olson, quien tuvo slugging de .741 con nueve jonrones en ese periodo, habría sido una leyenda en los playoffs. La efectividad del lanzador abridor Daniel Mengden de 1.54 en septiembre habría definido su carrera.

Permitirle a cada equipo llegar a la postemporada crearía la posibilidad de una corrida realmente excepcional y sería el tipo de evento que capturaría la atención de todo el país. La actual postemporada de Grandes Ligas no tiene equipos desventajados. Tiene al mejor equipo y a los equipos ligeramente peores, pero nadie estará haciendo una película sobre los Cardenales que con 83 victorias en 2006 lograron ganarlo todo. En este formato, habría equipos desfavorecidos. Un equipo realmente malo realmente se toparía con uno realmente bueno en un enfrentamiento de alto nivel. Esto sería bueno para el negocio de las transmisiones de TV: Los humanos que no favorecen naturalmente a alguno de ellos sintonizarían para alentar al desfavorecido. También es bueno para el que le guste algo de variedad.

El desafío logístico que creo que podemos resolver

Esto podría causar un tremendo problema de calendario. Los buenos equipos no quieren tomarse un mes y medio libre antes de que los playoffs finalmente los incluyan. Ellos dirían que esto los dejaría enmohecidos, y es posible que tengan razón. Necesitamos encontrar la forma de que sigan activos.

Solo mantengamos corriendo la temporada regular - hasta el final de septiembre, como hasta ahora. Todos los equipos que no están involucrados en una serie de playoffs se apegarían al calendario regular, y las siembras seguirán cambiando a medida que se ganen y se pierdan los partidos. Por ejemplo: el 1 de septiembre, los Marlins, en el puesto 15, y los Padres, en el puesto 14, jugarían uno contra el otro. Los rivales regulares de los Marlins y los Padres jugarían unos contra los otros en series de dos juegos, y esos juegos contarían como juegos de temporada regular. Obviamente en este punto el 13er sembrado no puede bajar de dicho puesto pero podría subir al 12, al igual que el No. 1 podría caer al No. 2 y asi sucesivamente. Esto terminaría con el No. 1 teniendo que quedarse inactivo por 12 días; quizás podrían irse a acampar. El punto es este: casi todos los juegos cuentan, todo el camino hasta el final.

(Voy a asumir que todos los estadios están disponibles con poco aviso previo, tal como parecen estar ahora en octubre, y la carga de reservar viajes es, en el actual formato de octubre, manejable, si no es inconveniente. Estoy acortando el calendario de temporada regular a 154 juegos, y utilizando esos ocho días extras en septiembre, así que el calendario de temporada regular coincida con los días de viaje en la postemporada. Yo espero... que no llueva. Todavía tengo el Juego 7 de la Serie Mundial terminando el 1 de noviembre.)

Pero ¿Por qué?

Mayormente porque los jugadores se merecen jugar por algo y porque el deporte realmente funciona solo si nosotros creemos que ellos están jugando por algo. Tal como están las cosas, un tercio completo de la liga existe más o menos fuera del reino de la esperanza y la fe. El valor de Joey Votto para la mayoría de nosotros es como una máquina de creación de estadísticas para nuestros equipos de fantasía. El valor de Joey Votto para la tabla de posiciones es jugar al aguafiestas y arruinar el fin de semana del otro equipo. Para uno de los cinco mejores jugadores en el mundo y una de las grandes carreras de esta generación. Al menos una vez cada temporada, a Joey Votto le debería permitir jugar en un estadio lleno con la Serie Mundial (al menos técnicamente) en la línea. El béisbol nos dio a Félix Hernández, y no lució. Le dio a Daniel Mengden el mes de su vida, y le dijimos básicamente que no contaba.

Quizás todo esto funcionaba hace algunas décadas, cuando la esperanza era eterna en el pecho del béisbol. Ahora, sabemos más que eso. Si ellos quieren que tengamos esperanza, necesitamos un sistema que produzca más esperanza.