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Yu Darvish evita nuevo colapso y suma su 1er. triunfo con Cachorros

CINCINNATI -- Un momento clave para el lanzador derecho de los Cachorros de Chicago, Yu Darvish, sucedió en la cuarta entrada del juego del domingo.

El japonés había dado base por bolas al abridor de los Rojos de Cincinnati, Tyler Mahle, y daba señales evidentes de frustración. No era la primea vez que había dado un pasaporte al pitcher rival esta temporada y con dos Rojos en base y dos outs, nadie sabría qué pasaría después.

Darvish había colapsado en otras momentos similares en el uniforme de Cachorros, así que el primera base Anthony Rizzo decidió visitarlo en la loma.

“Caminó al pitcher. Lo ha hecho un par de veces y estaba enojado. Ya lo conozco”, recordó Rizzo tras la victoria por 6-1 de los Cachorros. “Uno sólo va y lo calma un poco. Le dije, ‘No te preocupes, anotaremos algunas carreras para ti”.

Le tomó sólo un lanzamiento a Darvish para salir del problema al inducir a Billy Hamilton a pegar un elevado al shortstop Javier Báez. Acabó la entrada.

“Intentaba calmarme a mí mismo, dejar que la frustración fluyera. Pensaba en decir algo en voz alta, que saliera de mi sistema y Rizzo vino y me dijo lo mismo, ‘Te ves muy frustrado. Mantengamos todo en orden’”, relató Darvish a través de un intérprete tras el juego.

El resto de la jornada fue más llevadera para el veterano de 31 años, camino a conseguir su primera victoria con los Cachorros y la 150 de su carrera de forma combinada en Japón y Grandes Ligas.

“Es uno de los mejores. Estoy feliz de que haya ganado”, afirmó Rizzo.

La diferencia para Darvish, quien llegó a su salida del domingo con efectividad de 5.56, fue su recta. De acuerdo a ESPN Stats & Information, los rivales le bateaban .333 en turnos al bat que terminaban con bolas rápidas antes de su apertura del domingo y ese lanzamiento perdía bats sólo 17 por ciento del tiempo.

Sin embargo, los Rojos no pudieron encontrar la bola rápida del japonés al conseguir sólo un hit en 12 turnos que culminaron con rectas, al tiempo que abanicaron 36 por ciento del tiempo con ese pitcheo.

“La diferencia fue, luego de la primera entrada, que (Darvish) controló su recta”, afirmó el manager Joe Maddon. “La lanzó a 95 y 96 millas. Mi análisis es que, cuando Yu entra en ritmo, es como si dejara de pensar y empieza a lanzar. Tiene la tendencia a pensar demasiado. Cuando tiene la pelota de regreso en su guante, ve las señales del catcher, el guante y lanza, este hombre se convierte en algo realmente bueno y veloz”.

Pasar esa primera entrada fue otro gran momento para Darvish. No tuvo control al inicio del partido tras llenar las bases con un pasaporte, un hit y un pelotazo. ¿El colapso llegaría antes de lo normal?

“Mis cambios y mi recta no estaban en la primera entrada. Aún estoy modificando mi mecánica, así que hay espacio para maniobrar”, dijo Darvish.

El japonés permitió una carrera, pero fue todo el daño que le harían tras lanzar 39 veces en el primer inning. Sorprendentemente, Maddon casi lo saca luego de la sexta entrada, pues su número de lanzamientos estaba en 94 en ese momento.

Darvish le dio esperanza a su nuevo equipo de que ya entró en ritmo. Permitió sólo dos hits en seis entradas. También lanzó bien en su salida previa, pero sólo duró cuatro entradas por problemas de calambres.

Darvish fue respaldado por jonrones espalda con espalda de Kyle Schwarber y Baez. ;ás tarde, Schwarber fue expulsado por primera vez en su carrera por reclamar un pitcheo para ponche que consideró alto.

“Arrojé mi bat y dije que (el pitcheo) fue alto y dije algunas palabras ahí. No lo quiero evidenciar (al umpire). No lo estaba viendo y entonces, sólo me expulsa y ahí perdí el control, porque creí que la expulsión no era justificada”, relató Schwarber.

Baez se interpuso entre Schwarber y el umpire para evitar que la situación empeorara y la expulsión no afectó el resultado del partido, pues Darvish se fajó en dos entradas que pudieron resultarle costosas. La rotación de los Cachorros ha mejorado últimamente. La presión puede ayudar en ocasiones.

Al final, es sólo un juego, pero la mejoría de Darvish debe empezar en algún momento y la idea de tomarse un momento para sí mismo cuando la presión aumenta es algo que Darvish, afirma, hará de ahora en adelante: tomará un respiro y quizá lo visite un compañero. Esto funcionó el domingo para, finalmente, conseguir esa victoria con los Cachorros.

“Una victoria es mucho mejor que ninguna, así que, ojalá, pueda ayudar a que se tengan más. Luego del partifo, Rizzo me dijo, ‘Te ves muy frustrado’. Eso me hizo reír”, sentenció Darvish.