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CAGUAS, Puerto Rico -- Mientras José Manuel Cora anotaba y cubría los partidos de los Criollos de Caguas como 'stringer' para varios periódicos de Puerto Rico, su hijo menor corría por los pasillos del Estadio Yldefonso Solá Morales, jugaba en la cabina de prensa, cenaba allí y a veces, veía pedazos de los partidos hasta que el sueño lo agotaba.
El niño era Alex Cora, quien antes de convertirse en manager de los Medias Rojas de Boston fue jugador- franquicia de los Criollos y gerente general del equipo. Todos sus éxitos durante su vida como pelotero en Puerto Rico están ligados al Solá Morales.
"La caseta de prensa era mi cuna, mi corral", recuerda Cora. "Veía los juegos a veces, a veces me quedaba dormido en el piso. Pasé mucho tiempo allí en esas escaleras (para subir a la caseta). Yo no tenía límites ni en la cabina de prensa ni en la de radio ni en la de los dueños. Podía hacer lo que me diera la gana allá arriba".
El Solá Morales fue una de las instalaciones deportivas más afectadas por el Huracán María al quedar devastado y, según las autoridades gubernamentales, prácticamente inservible.
El lugar, ubicado a unos metros del centro del pueblo de Caguas, conmemorará sus 70 años el próximo 7 de noviembre. Pero en lugar de celebrarlo con un partido de béisbol y una gran fiesta de pueblo, estará cerrado con candados, con escombros a su alrededor y con cientos de camiones en su terreno, pues una compañía que trabajó en el restablecimiento de las líneas eléctricas afectadas por el fenómeno ocupa el lugar.
Hace unas semanas el alcalde de la ciudad, William Miranda Torres, anunció que debido a los altos costos para repararlo, el viejo estadio sería demolido para en ese lugar dar paso a proyectos de vivienda y desarrollo comercial y que en el área Este de la ciudad se habilitará una nueva facilidad, más pequeña, para que sirva de hogar de los Criollos.
Cora no sólo guarda gratos recuerdos de su niñez en ese parque, sino que allí fue que pulió sus habilidades como pelotero profesional y en sus oficinas, se convirtió en uno de los más exitosos gerentes generales de la historia reciente de la liga de béisbol profesional de Puerto Rico. Por eso, aunque entiende la decisión del alcalde, no se le hace tan fácil tragar la noticia de la posible demolición.
"Son sentimientos encontrados", dijo Cora a ESPN. "Tenía el deseo de que lo renovaran, pero creo que el costo es demasiado y fue la decisión correcta. Me imagino que el proyecto que tiene el alcalde es bueno y hay que sacarle provecho a esas tierras".
Hace exactamente un año, Puerto Rico sufrió el peor desastre natural de su historia, al ser azotado por el Huracán María causando severos daños en toda la Isla. El país estuvo incomunicado por semanas, sin energía eléctrica y agua potable por meses y, de acuerdo a un estudio de la Universidad George Washington comisionado por el Gobierno de Puerto Rico, el fenómeno atmosférico causó en la Isla 2,975 muertes directas o indirectas.
En medio de una crisis fiscal que se acrecentó con la emergencia post María, arreglar o reconstruir un estadio deportivo, por importante que sea, no era prioridad.
De Caguas a Cooperstown
De acuerdo al historiador Jorge Colón Delgado, un total de 14 miembros del Salón de la Fama lucieron los colores de los Criollos, incluyendo a los toleteros Hank Aaron, Eddie Murray, Mike Schmidt, un joven Sandy Koufax y las glorias nativas Roberto Clemente, Roberto Alomar e Iván Rodríguez.
"Su clausura entristece. Me gustaría que cualquier artefacto que tenga valor histórico se transfiera al otro parque. Se me ocurre el último casillero que usó Iván Rodríguez y el home plate. Sería bueno hacer una inspección del parque antes de demolerlo", dijo Colón Delgado quien relevó que el primer juego de béisbol televisado en Puerto Rico fue en el Solá Morales el domingo 23 de octubre de 1955.
Alomar, también expresó su pesar por el fin del que fue su estadio local cuando hizo su debut en la liga invernal en 1985.
"Me da tristeza. Ahí me dieron mi primera oportunidad como pelotero profesional. Era de los mejores estadios para jugar, la mejor fanaticada. Mis primeros pasos fueron allí en el Solá Morales... tantos recuerdos, muchos 'Hall of Famers' jugaron en ese terreno. Le estamos quitando parte del desarrollo al pelotero de Puerto Rico", dijo Alomar.
Alomar. exaltado a Cooperstown en el 2011, agregó que "allí disfruté muchos momentos. Esa serie final de la temporada 1986-87 fue inolvidable. La fanaticada de los Criollos es única, vivo agradecido de ellos".
Pero no solo las leyendas puertorriqueñas recuerdan con cariño el estadio. También jugadores que en su desarrollo hacia el estrellato en las Grandes Ligas jugaron como refuerzos con los Criollos no olvidan su paso por el Solá Morales, aseguró Cora.
"Uno habla con ellos por acá cuando los ve y se acuerdan. En el 2008 estaba hablando con Cal Ripken y se acordó de Carmen Ana (una señora mayor que se trepaba sobre el dugout y 'bendecía' a los jugadores con agua florida). Eso es la pelota de invierno, es un pueblo que le encanta el béisbol y para esa época los jugadores se quedaban en el pueblo, cerca del parque. Y se lo vivían más porque estaban tan cercanos al pueblo", dijo Cora.
Un 'Fenway Park' puertorriqueño
Hablar del Solá Morales con Cora es hacer una película de su vida. Su padre José Manuel fue por muchos años comentarista radial en la antesala de los juegos de los Criollos y corresponsal de varios diarios del país. Así que para el niño Alex, el estadio era una extensión de su hogar.
"Todavía recuerdo la cara que papi puso cuando en la serie final de 1987 el anotador oficial dio error en lugar de hit en un batazo de Joey (Cora, su hermano mayor que jugaba con Ponce). Conocí mucha gente buena allí", rememoró Cora.
Cora, principal candidato para Manager del Año en la Liga Americana en su debut como piloto en las Grandes Ligas, luego tuvo la oportunidad de estar con los Criollos por casi dos décadas en su faceta como profesional. Fue el jugador-franquicia de los Criollos de 1996 al 2012 y tras su retiro como jugador hasta que fue nombrado como manager de los Medias Rojas, fue el gerente general de la novena. En dos temporadas combinó su labor de ejecutivo con la manager. Así que durante su estadía en el invierno en la Isla, tal vez pasaba la mayor parte de su tiempo en el Solá Morales.
"Como Joey jugó siempre de los Leones de Ponce (1985-1995), yo me enamoré de ellos y quería jugar con los Leones, pero se dio la oportunidad de jugar en casa y fue increíble el poder hacer todas las cosas que hice desde jugador, gerente general, a ser el único manager que no ha llegado a una final en las últimas nueve temporadas (ríe)", dijo Cora ganador de dos campeonatos como jugador y dos como gerente general con los Criollos.
Para Cora el Solá Morales tenía una mística especial. "Para mi era como el Fenway Park o el Wrigley Field", expresó mencionando a los dos estadios más antiguos de las Grandes Ligas. "En Caguas todo el mundo miraba las torres encendidas (durante las noches de juegos) y sabía dónde estaba el Solá Morales. Con sus deficiencias no había un asiento malo, la gente se lo disfrutaba. Sabíamos que si el parque se llenaba las aguas negras iban a salir en el camerino, que las luces se podían ir en cualquier momento como en el último juego de la serie final de 1987 y en el primero de la serie final del 2001. Con sus defectos, era para nosotros el mejor. Se puede hacer una enciclopedia del Solá Morales".
Mirada al futuro
El alcalde Miranda Torres reconoció el valor histórico del Solá Morales y los bonitos recuerdos que le trae a tanta gente, pero dijo que desde el punto de vista fiscal, no es viable su remodelación.
"Reconstruir esa instalación con lo que requiere Major League Baseball nos cuesta $15 millones, porque es un estadio que tiene 70 años y tiene una infraestructura vieja. Desde que yo soy alcalde en el 2011, para que pudieran jugar los Criollos había que invertir cerca de $500,000 todos los años. El gasto era significativo, así que cuando uno mira la situación actual, tengo que decidir si uso $7 millones para un estadio nuevo con capacidad para 7,000 fanáticos o buscar $15 millones que hacen falta para otras cosas y arreglar el Solá Morales. Creo que llegó el momento (de un estadio nuevo)", dijo Miranda Torres.
El futuro hogar de los Criollos, que debido al proceso de reclamación de los seguros como estimado más optimista puede estar listo para el 2020, es parte de un nuevo complejo deportivo. El parque principal ya estaba en planes para que en una década fuera el hogar de los Criollos. Pero ahora ese plan se adelantó, sostuvo el alcalde. Ese parque, diseñado originalmente para acomodar apenas 1,000 espectadores, estaría listo para ser inaugurado en noviembre de 2017, pero el paso del huracán lo evitó.
"En el 2013 nosotros comenzamos unos proyectos de unos parques en la salida hacia el Este de la ciudad que se llama Complejo del Este. El parque principal de ese complejo y el Solá Morales iban a coexistir por un tiempo, pero eventualmente el plan era que en unos 10 o 12 años, para cuando hubiera los fondos, transformarlo para que fuera el hogar de los Criollos".
Naturalmente, cuando Miranda Torres camina por la ciudad, el tema del estadio es inevitable.
"En el pueblo hay un sentimiento dividido", comenta, "ya que muchos vivieron allí experiencias muy bonitas con sus padres, por lo que ese estadio representó para ellos cuando eran más jóvenes. Pero cuando se le explica, lo entienden. Si hay necesidad de vivienda y de empleo, hay que tomar las decisiones que mejor beneficien a la ciudad".
Golpe económico a los Criollos
En la pasada temporada, los Criollos se tuvieron que mudar de Caguas y jugaron en el contiguo pueblo de Gurabo en un estadio acogedor, moderno y con un terreno de calidad de Grandes Ligas, pero con capacidad para 1,500 fanáticos. El Solá Morales tenía capacidad para 11,000 espectadores.
En la parte deportiva fue un éxito ya que por segundo año consecutivo los Criollos ganaron el campeonato de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente y, posteriormente en México, repitieron como monarcas de la Serie del Caribe. Pero en lo económico el panorama fue otro. Y con esa situación tendrán que lidiar por las próximas temporadas.
El último juego de la campaña pasada fue en Gurabo, lugar que volverá a ser la sede de los Criollos en la venidera temporada que inicia el 15 de noviembre.
"Con una instalación de 1,500 asientos uno puede cubrir el 80 por ciento de lo que es la asistencia promedio en la serie regular", dijo el propietario de los Criollos, Raúl Rodríguez. "Pero en las series semifinales y en la final definitivamente es una gran diferencia. En los dos juegos de campeonato (2011 y 2017) se llenó el Solá Morales. En esta liga los equipos siempre pierden dinero y juegos así reducen las pérdidas. Pero además de la parte económica, uno quiere estar cerca de su gente y uno realmente tiene 'home field advantage' con tu fanaticada ahí. No es lo mismo que te apoyen 10,000 personas que 1,500".
Aún con esas situaciones adversas, Rodríguez dijo que comprende la decisión de demoler el Solá Morales y aseguró que el futuro de su franquicia y el de la liga no está en riesgo.
"Es penoso que se tenga que demoler el Solá Morales y terminar nuestra historia ahí, pero estas cosas hay que entenderlas. Si el municipio hizo un estudio y concluyó que lo mejor era hacer un parque nuevo, pues eso es lo que hay y tenemos que seguir con más fuerza. Es el mismo concepto del Yankee Stadium", dijo Rodríguez.
En el béisbol caribeño los Criollos son sinónimo de excelencia. Son la franquicia con más campeonatos en Puerto Rico con 18, junto a los Indios de Mayagüez, y además suman cinco títulos de Series del Caribe, empatados en el liderato en ese renglón en la Isla con los Cangrejeros de Santurce. Rodríguez lleva nueve temporadas como dueño de los Criollos y en las primeras ocho, jugando en el Solá Morales, fue a seis finales y ganó tres campeonatos.
"Definitivamente, mis mejores recuerdos en el béisbol son en el Solá Morales", dijo Rodríguez.
Momentos inolvidables
En unos meses solo quedarán recuerdos del Solá Morales. Cuando se le preguntó a Cora cuál es su mejor recuerdo del estadio tanto como fanático como de jugador, hay dos momentos que nunca olvidará.
"Como fanático, lamentablemente, es el apagón en el último juego de la serie final de 1986-87. Estaba en el dugout de Ponce", dijo Cora sobre el controversial final de esa temporada cuando en las postrimerías del sexto juego hubo un apagón y debido a la proximidad del inicio la Serie del Caribe en México el partido nunca se continuó decidiendo la liga, al día siguiente, declarar campeones a los Criollos que ganaban la serie -a un máximo de siete juegos- 3-2 y el juego 9-3.
En esa serie, Joey Cora era el segunda base de los Leones de Ponce y Roberto Alomar el de los Criollos de Caguas.
En México, con una rotación que incluía a Juan Nieves y David Cone, los Criollos ganaron el campeonato de la Serie del Caribe.
Como jugador, Cora dijo que ganar el campeonato en el 2010-11 como local está en el tope de la lista. El último out del séptimo juego fue un rodado por sus predios en la segunda base. El subcampeón volvió a ser Ponce.
"El primero (2000-01) fue especial, porque fue con Joey de gerente general, pero ganarlo en Caguas fue diferente. Esa serie estuvo fuera de liga y ese campeonato fue bien gratificante porque llevábamos varios años perdiendo en la final. Esa serie, sin quitarle a las demás, ha sido de las mejores que se han jugado en Puerto Rico en los pasados 20 años. La fanaticada estuvo presente, ambos parques llenos. El día del séptimo juego mami pasó por el parque como a las 6:00 de la mañana y ya había gente haciendo fila para comprar boletos. Eso no se había visto en muchos años", dijo Cora recordando también que en esa celebración su hija Camila recorrió las bases hasta llegar al home plate.
Los Criollos y su fanaticada se 'despidieron' del Solá Morales por todo lo alto. El miércoles 25 de enero de 2017, los Criollos ganaron el campeonato ante casa llena y en un dramático desenlace 6-5 en 12 entradas ante los Cangrejeros de Santurce en el octavo partido de la serie final que estaba pautada para un máximo de nueve.
Además honraron a uno de los mejores peloteros boricuas de todos los tiempos. Antes del partido los Criollos retiraron el número 7 de Iván Rodríguez, quien comenzó su carrera profesional con la novena de Caguas. Unas semanas antes de ese juego, 'Pudge' había sido seleccionado para el Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown.
"Fue un juegazo. De los mejores que se han visto. La celebración fue con El Gran Combo", dijo Cora mencionado a la más famosa orquesta de salsa en el mundo. "El último hit en el Solá Morales lo dio El Gran Combo".