<
>

Por qué no hay mejor opción que Dusty Baker para manejar el desastre de los Astros

AP Photo/Alex Brandon

A los Astros les quedan varios días brutales por delante en el 2020, momentos en los que los jugadores de Houston se sentarán en sus sillas luego de los partidos y se preguntarán qué demonios acaba de ocurrir, como parte de su largo castigo veraniego por el escándalo de robo de señas. Algunas de las cosas que les gritarán, ya sea desde las gradas o desde el otro lado del campo, van a ser feas, y las palabras que les griten podrían terminar siendo la parte menos dolorosa de sus experiencias.

Jim Crane, dueño de los Astros, es astuto al haber contratado un manager con experiencia, alguien que puede guiar a los jugadores a través de lo que podría ser la experiencia más retante de sus respectivas carreras, y Dusty Baker puede poner cada crisis en su contexto apropiado.

Baker tiene una amplia gama de experiencia que va más allá del béisbol. Como adolescente, vivió a través de la turbulenta década de los 60, asistió al Monterey Pop Festival en el 67, y luego fumó marihuana con Jimi Hendrix. Observó a su amigo y compañero Hank Aaron sufrir calladamente por el racismo y amenazas de muerte a medida que se acercaba al record de cuadrangulares de Babe Ruth. Se cree que Baker y su compañero Glenn Burke fueron los primeros en utilizar la celebración conocida como 'high five' (choque de manos), y en un momento en el que otros excluyeron a Burke por ello, ellos siguieron siendo amigos mucho después que Burke se convirtiera en uno de los primeros jugadores en reconocer públicamente que era homosexual.

Baker fue manager de Barry Bonds, mientras Bonds evolucionaba de ser MVP a una de las caras de la era de los esteroides. Luego de la derrota de los Giants en el Juego 7 de la Serie Mundial del 2002, Baker se movió a los Chicago Cubs, y estuvo allí en el lío del Wrigley Field más conocido como el juego de Steve Bartman.

En medio de todo eso, lo mejor de Dusty Baker se mantuvo intacto: A él le gusta la gente, adora a la agente, y en cambio, otros, incluyendo jugadores, realmente lo quieren. Baker, quien fue compañero nuestro en ESPN, es una buena persona, y aquellos que están bajo su mando responden a eso. Incluso los que lo critican en su juego, aquellos que cuestionan sus decisiones sobre el manejo de los lanzadores, reconocen que los equipos dirigidos por Baker juegan duro, trabajan duro y se esfuerzan en grande en cada partido.

Si los Astros hacen eso, si se mantienen enfocados en lo que parece que será un largo y duro verano, volverán a ser un equipo realmente bueno, con una alineación que está repleta de talento, desde George Springer en la cima al candidato al MVP Alex Bregman a Yordan Álvarez -- y con Justin Verlander encabezando el cuerpo de lanzadores. Oakland es un equipo realmente bueno, y los Angels y los Rangers parecen haber mejorado, pero los Astros ganaron 107 juegos el año pasado, y ganaron la División Oeste de la Liga Americana con ventaja de 10 juegos, a 29 partidos de los Rangers, y 35 de los Angels. Esta semana, un evaluador rival predijo algunas de las cosas que podrían ocurrirle a los Astros como consecuencia de la decisión del comisionado sobre el robo de señas, pero puntualizó sus comentarios con esto: "Sin importar lo que haya ocurrido, Houston sigue siendo el favorito obvio".

Y es algo inevitable, los Astros utilizarán las críticas dirigidas a ellos y las utilizarán como armas, en la misma forma en que otros deportistas como Tiger Woods y Tom Brady han hecho, e invertirán emocionalmente unos en los otros, alentados por Baker.

El hecho de que Crane haya contratado su próximo manager antes de seleccionar un gerente general levanta algunas dudas en otros equipos. Pero tengan en mente que el gerente general que llegue no tendrá mucho trabajo que hacer a nivel de Grandes Ligas. El equipo está lleno de veteranos, listos para ganar ahora, y debido a esto, comprensiblemente Crane se centró en la experiencia en su búsqueda del reemplazo de AJ Hinch, al hablar con John Gibbons y Buck Showalter, mientras coqueteaba con la idea de traer a Craig Biggio.

Presumiblemente, Crane entiende que mientras los Astros sigan adelante, van a necesitar un cambio de imagen en la industria, y quizás con algunos de sus fanáticos decepcionados por la cultura de ganar ahora a toda costa del equipo, que llevó a la adquisición del cerrador Roberto Osuna, juego después que Osuna terminara de cumplir una suspensión por violación a la política de violencia doméstica de MLB, y y que los llevó a un proceso de trampas que fue mucho más allá de lo que es aceptado entre sus pares. Clayton Kershaw es el más reciente, entre muchos, que ha cuestionado las decisiones hechas por los Asros, antes y después de la suspensión de Rob Manfred.

"Es un poco interesante que los jugadores de los Astros no hayan pedido perdón o hayan dicho algo como eso", le dijo Kershaw al diario Los Angeles Times. "Todavía hay mucho remordimiento, ya que ganaron una Serie Mundial, y ellos no se han disculpado, así que no sé. Quizás no lo lamenten. Pero sería bueno escuchar algo de parte de algunos de esos muchachos. Sería bueno".

Por supuesto, Kershaw fue parte de los Dodgers en 2017 que perdieron la Serie Mundial ante los Astros. Otros jugadores, como Mike Clevinger de los Indios, Trevor Bauer de los Reds, Justin Turner y Enrique Hernández de los Dodgers y CC Sabathia de los Yankees, han sido más contundentes en juzgar a los Astros.

Mientras los jugadores de Houston sufren el escarnio público por parte de fanáticos y personal de la industria en el 2020, Baker estará ahí, diciendo las cosas correctas en el momento correcto, presentando una perspectiva más amplia en el cuarto. El personal de Baker se podrá enfocar en su labor, y él será el aliado que los Astros van a necesitar este año, sin importar lo que ocurra.

Recuerdo haber entrado al camerino de los Nationals hace algunos años, en medio de los problemas ofensivos de Bryce Harper temprano en esa temporada en la que se convirtió en agente libre.

La presión que tenia Harper era inmensa, y aparentemente crecía con cada partido que pasaba sin conectar de hit, y con una mirada, se le podía ver sentado en la oficina de Baker, recostado de forma cómoda mientras conversaban.

Nunca supe lo que discutieron, ya que luego Baker me indicó que era una conversación privada, pero tras años de haber escuchado historias de jugadores sobre el apoyo recibido por Baker, apuesto que Harper se sintió mucho mejor antes de dejar la habitación. Para Houston en el 2020 podría ser necesario utilizar ese tipo de asesoria con frecuencia.