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Lo bonito, lo bonito, lo feo de Daniel Murphy en la postemporada

NUEVA YORK -- Daniel Murphy compiló uno de los mejores tramos en la historia de los playoffs cuando estableció un record de siete partidos al hilo con un jonrón y colocar a los Mets de Nueva York en una Serie Mundial por primera vez desde el inicio del nuevo milenio.

Pero en una fracción de un segundo neoyorquino, Murphy quizás cometió el error más grande de su carrera, instantáneamente reviviendo las imágenes del error garrafal que cometió Bill Buckner, de los Medias Rojas de Boston, en el clásico de otoño de 1986, la última vez que los Mets se convirtieron en campeones de las Grandes Ligas.

Con un out y corredores en primera y segunda y Nueva York aferrándose a una ventaja de 3-2 en la octava entrada, el segunda base intentó fildear una rola bateada por Eric Hosmer pero no pudo atraparla mientras alzaba su guante, permitiendo que anotara la carrera del empate, abriendo las compuertas para el remonte de los Reales de Kansas City en ruta a la victoria 5-3 en el Juego 4 que fue celebrado en Citi Field el sábado por la noche.

Murphy trató de hacer la jugada con una mano, pero admitió que debería haber utilizado ambas manos con la esperanza de quizás sacar el out en la segunda o seguramente en la inicial.

“Traté de apresurar (la jugada). Quizás tuve más tiempo”, aseveró el jugador de 30 años de edad quien, además, ha jugado cada una de sus siete temporadas de su carrera vistiendo el uniforme de los Mets.

“Sólo hice una mala jugada. Pasó por debajo mi de guante”, continuó. “Ellos nos hicieron pagar. Yo nos coloqué en un mal lugar”.

Luego de su resbalón, la pelota lo volvió a encontrarlo cuando Mike Moustakas disparaba una roleta hacia su dirección. Murphy se deslizó pero no pudo fue capaz de hacer la jugada que entonces colocó a los campeones de la Liga Americana en la delantera 4-3. El venezolano Salvador Pérez mantuvo el rally vivo con un sencillo remolcador para poner el juego 5-3.

Los dioses del béisbol de nuevo provocaban las habilidades defensivas de Murphy cuando Alex Gordon bateó otra rola en su dirección, pero el asediado jugador hizo la jugada para iniciar una doble matanza y concluir el inning.

Considerado un riesgo defensivo, Murphy silenció sus mayores críticos con su explosión ofensiva durante la Serie Divisional de la Liga Nacional y la Serie de Campeonato, rápidamente ganándose el amor de una fanaticada que siempre había quedado asombrada por las decisiones que cometía en el cuadro.

Si hubiese sido un partido de temporada regular, los 44,815 aficionados se abstuvieron de abuchearlo cuando caminaba al plato con un out en la novena entrada.

Murphy animó la afición y los puso de pie con un sencillo que rebotó del guante del antesalista Moustakas. El cubano Yoenis Céspedes siguió el ritmo con un hit pero fue atrapado en la inicial cuando Lucas Duda bateó una línea hacia Moustakas, que entonces hizo el tiro hacia Hosmer para acertar la doble matanza y poner a los Reales a una victoria de su primer campeonato desde 1985.

En vez de haber hecho una jugada que los hubiera colocado a cuatro outs de un triunfo muy necesitado para igualar la serie a dos partidos por bando, dentro del camerino los 24 chicos le ofrecían su apoyo incondicional.

Pues fue Murphy quien aportó mucho para enviarlos a la Serie Mundial.

“Daniel Murphy no nos perdió este juego. Esta fue una derrota de equipo en conjunto”, sentenció el capitán David Wright.

“Había docenas de cosas que podríamos haber hecho mejor para ganar este juego”, continuó. "La forma en que Daniel Murphy ha estado jugando, la forma en que él a veces ha puesto esta ofensiva en su espalda, Daniel Murphy no perdió este juego. Perdimos este juego como un equipo".