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¿Burlarse del destino o de la muerte? No es ficción, son los Gigantes

SAN FRANCISCO - Uno de estos días, uno de estos años, una de estas décadas, eso los va a golpear. Uno de estos años, una de estas décadas, estos trabajadores milagrosos disfrazados como jugadores de los Gigantes de San Francisco van a tener ese momento de claridad en el que se darán cuenta que lo que han estado haciendo no debería ser posible.

Pero aparentemente, ese día no es hoy. Ese año no es este año. Y esta década definitivamente no es esa década.

Diez veces en las últimas tres apariciones en octubre, los Gigantes se han encaminado a seis estadios diferentes en tres zonas horarias, sabiendo que una derrota terminaría con su temporada. Así que ¿cuáles son las probabilidades de ganar, digamos, siete de esos partidos? ¿Ocho? ¿Nueve?

Bueno, les diré una cosa. Esas probabilidades podrían ser mayores que las que tiene Pablo Sandoval de ganar la final olímpica de 100 metros. Pero las mismas son un pedazo de pastel, en comparación con lo que los Gigantes hicieron esta vez, en una sorprendente noche de lunes en el AT&T Park, en el Juego 3 de la Serie Divisional de la Liga Nacional.

Esta noche, ellos no solo ganaron su (¡rayos!) 10º partido consecutivo de eliminación en postemporada, superando a los Cachorros de Chicago 6-5 en un juego que terminó cerca de las 3 a.m. en los agotados confines de la zona horaria del Este de EEUU. No señor. En esta noche, lo que los Gigantes ganaron fue una carrera de 5 horas y 14 minutos, por 13 entradas, en la rueda de la fortuna de la postemporada.

Ellos estuvieron abajo. Ellos estuvieron arriba. Ellos estuvieron muertos. Ellos dieron náuseas. Ellos estuvieron eufóricos. Y a veces, todo eso en una misma entrada.

Pero al final, ellos hicieron lo que siempre hacen en juegos como estos, es decir, hacer una vez más que lo imposible se vuelva no solo posible, sino prácticamente normal.

"Cuando uno sigue jugando, uno tiene oportunidad", dijo Hunter Pence mientras el reloj en la zona horaria del Pacífico marcaba casi la 1 a.m. en un camerino casi desierto. "Así que no hay imposibles".

Pence es uno de cinco miembros de este equipo que ha jugado en cada uno de esos 10 juegos eliminación. Los otros son el inicialista Brandon Belt, el torpedero Brandon Crawford, el jardinero Gregor Blanco y por supuesto, el Derek Jeter de su generación, el receptor Buster Posey.

Si los productores del programa de telerealidad "Survivor" alguna vez deciden seleccionar un reparto para hacer una temporada de "Survivor: Bay Area", entonces "tendríamos muchos candidatos", dijo en broma el gerente Bobby Evans. "Tendrían problemas para reducir la lista de candidatos".

Lo que estos hombres han experimentado, lo que han compartido, lo que han logrado, es casi tan difícil de comprender como en realidad haberlo hecho. Así que no es de extrañar que en esta, en su más reciente noche de magia de postemporada regularmente programada, ellos tuvieran problemas para encontrar las palabras para describir lo que acababan de experimentar. De nuevo.

"Sabes, yo utilizo demasiado la palabra 'increíble'", dijo Belt. "Pero es que realmente es increíble".

Es difícil para estos chicos recordar todos estos partidos, y mucho menos hacer un ranking de ellos. Pero cómo no preguntarles donde colocarían este juego en ese posible ranking, viendo como el mismo tuvo cerca de 11 momentos diferentes que pudieron haber causado que el corazón humano promedio explotara.

"Wow", dijo Crawford, luego de anotar la carrera de la victoria, "está justo ahí. Pero el Juego 7 de la Serie Mundial [en 2014] también fue bastante bueno".

Oh, OK. Les permitiremos colocar a este juego por encima del resto, considerando que los llevó al resto del camino hacia el desfile de campeones. Por otro lado, este juego, fue solo su más reciente acto de supervivencia - otro esfuerzo desesperado lleno de agallas por evitar que les dijeran que era hora de irse a su casa.

El mismo comenzó con el incomprensible escenario de ver a un Jake Arrieta conectando un cuadrangular de tres carreras al mismísimo Sr. Octubre, Madison Bumgarner -- el primer cuadrangular que Bumgarner le permite a un lanzador en toda su carrera. Y terminó con Joe Panik convirtiéndose en el segundo intermedista en la historia en conectar un hit para dejar tendido al rival en un juego de eliminación desde (¿quién más?) Bill Mazeroski.

En medio de eso, hubo la procesión casi imposible de tres bateadores zurdos de los Gigantes que llegaron a base en la octava entrada para provocar un rescate perdido a Aroldis Chapman ... y un sorprendente cuadrangular de dos carreras en la novena entrada que chocó contra un cartelón de autos por Kris Bryant de los Cachorros... y una joyita a la defensiva en la novena entrada hecha por el jardinero derecho de los Cachorros Albert Almora Jr. ... y una controversial revisión de jugada que dejó sorprendidos a 43,571 fanáticos... y otro batazo, increíble y salido de la nada por este improbable héroe de octubre, Conor Gillaspie -- un triple en la octava entrada para darle ventaja a su equipo ante una recta de humo de 101 mph de Chapman que fue el lanzamiento más duro que Gillaspie ha tenido que batear en su carrers.

Pero al final, ¿saben lo que fue esto? Solo los Gigantes de San Francisco, haciendo lo que ellos saben hacer: vivir para jugar béisbol en octubre al menos por un día más.

"Esto", dijo Evans, "fue el tipo de juego con el que uno realmente sueña".

Él pensó en el momento de su propia vida en el que se dio cuenta que el béisbol de postemporada era algo tan fantástico, tan dramático, y en ocasiones tan improbable que produce recuerdos que se quedan contigo por toda la vida. Eso ocurrió en 1975, cuando tenía 6 años de edad, y Carlton Fisk conectó un batazo hacia el Monstruo Verde en el Fenway que no dejó de volar esa noche, y que no ha dejado de volar por cuatro gloriosas décadas.

"Y ahora", dijo el gerente, "uno tiene que pellizcarse uno mismo para pensar que estás aquí viendo en persona todas estas actuaciones históricas en estos últimos siete años, y para darte cuenta que estos chicos están logrando todos estos hits grandes, lanzando estas grandes entradas, haciendo estas grandes jugadas, en situaciones igualmente difíciles, algunas de ellas que te llevan a la Serie Mundial, y algunas de ellas sucediendo dentro de la Serie Mundial. ... Y es difícil imaginarse que lo estás viviendo ahora mismo".

Oh, pero sí lo están viviendo. En tres octubres diferentes. Un sensacional acto a lo Houdini tras otro.

Ningún equipo de béisbol, antes de que ellos llegaran, había ganado 10 partidos consecutivos de eliminación en postemporada. Y solo un equipo, en los cuatro deportes profesionales, ha ganado más juegos de este tipo. Ese fue un equipo de leyendas - los Boston Celtics de 1959-67, quienes ganaron 11 en fila, en un deporte muy diferente y en una época muy diferente.

¿Pero en este deporte? ¿En esta época? Es una hazaña de magnitud escandalosa. Solo para darles algo de perspectiva, ¿acaso han escuchado hablar de un equipo poderoso llamado Yankees de Nueva York? Ellos han ganado mucho en octubre, ¿correcto? Es posible que hayan escuchado algo de eso. Pero ellos han ganado apenas 11 de sus últimos 25 partidos de eliminación en postemporada , en un periodo que dura más de 40 años.

Por otro lado, estos Gigantes de San Francisco, han hecho esto en apenas los últimos cuatro años, y todavía tienen nueve jugadores en su roster que han sido parte de este reportorio durante todo esto

"Te digo algo", dijo Pence, mostrando el tipo de aura que te hace entender en primer lugar la razón por la que la gente hace deportes. "Es simplemente asombroso jugar con estos chicos. ... Solo vivimos cada momento y cada día, y salimos allá afuera a intentar conseguir nuestros sueños".

Estos sueños, por este año, seguirán necesitando más esfuerzos de búsqueda, porque todo lo que esta emocional noche hizo por ellos fue permitirles seguir con vida para jugar el Juego 4 el martes en la noche. Pero eso no significa que lo que acaban de lograr, en su propio campo de sueños, no valga la pena saborearselo.

¿Diez victorias consecutivas, en partidos en los que ganar era la única opción? Dígannos cómo eso es posible. En serio. ¿Cómo?

"¿Saben qué? No lo sé", dijo Crawford. "Pero ojala que podamos encontrar la respuesta a esa pregunta de nuevo mañana".