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Tata... ¡Ponte serio!

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México enfrentará a Uruguay y a Ecuador con la base que jugará en Qatar (2:59)

Mauricio Ymay reporta que el 'Tata' Martino alineará a los que el considera sus mejores elementos en ambos partidos amistosos. (2:59)

LOS ÁNGELES -- Es tiempo de ensayos, pero ya no de experimentos. Es tiempo de organizar, pero ya no de improvisar. Es tiempo de soluciones, pero ya no de justificaciones. El Tri ante su Himalaya mundialista.

Para Gerardo Martino llegó el momento de ponerse serio y de tomarse en serio la ruta, final y crítica, de la Selección Mexicana hacia la Copa del Mundo Qatar 2022.

En el peor de los casos, a México aún le restan ocho partidos antes de confrontar a Polonia en su debut mundialista. Entre oficiales y amistosos, enfrenta este jueves a Uruguay, y después desfilarían Ecuador, Surinam, Jamaica, Paraguay, Perú, y posiblemente Suiza y Braail, más otro par que piensan amarrar ya en tierras qataríes.

Gerardo Martino ya eligió al batallón. Una lista provisional de 38, con espacios abiertos, por ejemplo, para los lesionados Carlos Rodríguez y Rogelio Funes Mori. Una lista cuestionada, por aberraciones evidentes como Rodolfo Pizarro, Jesús Gallardo, Sebastián Córdova y Luis Romo, todos con un lamentable nivel de juego, no sólo en este 2022, sino desde el segundo semestre de 2021.

Ha marginado a jugadores del Atlas Bicampeón, como el capitán Aldo Rocha y el Hueso Reyes, y a regañadientes debió convocar a los juveniles de Pachuca. Claro, en el caso de Javier Hernández, los mensajes han sido claros: le insinúa que sí, pero decide que no. Atole con el dedo a Chicharito y sus #ChichaFans.

Este miércoles se le preguntó sobre las ausencias de Rocha y Reyes. Y Gerardo Martino se puso poco serio, muy poco serio. Vestido con el atuendo de Ronald de McDonald’s, su bufonada habría despertado, tal vez, una sonrisa forzada y algunos memes.

“Llama la atención que un equipo que ganó los dos últimos torneos no tenga futbolistas en selección, también el Atlas tiene muchos jugadores extranjeros, sobre todo la columna vertebral es de extranjeros”, respondió el Tata.

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1:50
Chelís: 'Martino es un gran entrenador pero no para este proyecto'

Nuestro experto considera que el técnico del 'Tri' no ha podido potencializar a los jugadores mexicanos.

De verdad, ¡ponte serio, Tata! Nadie le arguyó a semejante respuesta. Resulta que los “europeos” no juegan –obviamente–, en equipos con una columna vertebral de mexicanos. Ni los de América. Ni los mimados suyos y de su representante, que juegan en Rayados. Ninguno, excepto los de Chivas y Pachuca.

Y hay más para exigir eso de “Tata, ¡ponte serio!”. A su explicación, hecha guasa, hecha pitorreo, de por qué no llama jugadores de Atlas, agregó: “No puede haber una convocatoria masiva de jugadores que no estuvieron, porque parecería que no hicimos nada en tres años”.

Entérate, Tata, ¡no has hecho nada en tres años! Un poco de retrospectiva, Tata, un poquito de autocrítica. Voltea, sin soberbia, hacia el espejo retrovisor. Hay más tumbas que monumentos.

La versión de la Selección Mexicana en 2021 y el arranque de 2022 fue un auténtico mamotreto, que clasificó al Mundial por las bondades y bendiciones de la zona. En Concacaf hay que ser muy malo para no ir al Mundial. El cachivache Tricolor que ha presentado en la cancha durante casi dos años aburre, decepciona, aterra, y cuando enfrentó a los dos equipos más serios del área, Estados Unidos y Canadá, lo humillaron.

Por eso, soslayando el juego de desperdicio, la pachanga ante Nigeria versión “B”, a partir de esta noche de jueves, ante Uruguay, debe empezar un proceso ascendente de la Selección Mexicana. Insisto: ensayos sí, experimentos, no. No hay tiempo.

Si el Tata decidió morirse con la suya y con los suyos, Uruguay debe ser la primera demostración de que sabe lo que está haciendo, y de que en verdad a ese plantel tan cuestionado le puede sacar provecho para la Copa del Mundo, entendiéndose, por supuesto, que la fascinante utopía del Quinto Partido se mantendrá aún como la tierra prohibida para el Tri una vez más.

Decepciona, sin embargo, que Martino se atreva a decir que ante Nigeria, el equipo alcanzó durante 20 minutos el nivel que alguna vez a él le pareció convincente durante 2019 y algunos juegos de 2020. Entiéndase, era una Nigeria abúlica, arrejuntada de última hora, víctima del jet lag, y con una anoréxica representación de sus mejores épocas.

Por eso, ante tan poca seriedad, en ese aire de triunfalismo, es que se le pide ya, a Gerardo Martino, que se ponga serio. Ya no hay tiempo para excusas, engaños, bufonadas ni viejos pretextos.

El Tata debe recordar el predicamento en que llega a esta ruta, insisto, crítica y final, antes de la Copa del Mundo. 2021 fue desastroso, y en la afición mexicana quedan las estampas vívidas de los cuatro ridículos ante Estados Unidos, y claro, ante Canadá. Clasificó segundo, cierto, pero como resultado de la fragilidad moral, anímica y futbolístico del resto de los integrantes del Octagonal de Concacaf.

No más excusas como “perdimos intensidad”, o “nos faltó intensidad”, o “fuimos superiores, pero nos faltó el gol”, y otra serie de pretextos que apestan a excusas y escapismos, y hiede a toda la herejía de una mentira, que se agrava en momentos de caos, un caos, que él nunca quiso reconocer.

Tiene a sus mimados, claro, los mismos que lo dejaron colgado de la brocha en la mismísima eliminatoria mundialista: Guillermo Ochoa, Néstor Araujo, Héctor Moreno, Andrés Guardado, Héctor Herrera, Edson Álvarez, Alexis Vega y Raúl Jiménez, por mencionar a los más evidentes.

La consigna inmediata es no perder. Ninguno de los juegos. Gerardo Martino entiende perfectamente que eventuales derrotas ante Uruguay este jueves, y ante Ecuador el domingo, lo pondrían de nuevo en la picota, sólo que esta vez ya no aparecería Miguel Herrera como el candidato a sucederlo. Ha sido borrado de la lista definitivamente.

Por eso, según las versiones en la concentración del Tri, es que el mismo Tata apretará tuercas con su plantel base para estos encuentros ante charrúas y ecuatorianos. Son juegos de preparación o amistosos, pero al interior del Tri, Martino ha puesto tales términos en desuso.

Según versiones de Gibrán Araige, de TUDN, México saltará esta noche con línea de cinco, entendiendo que, finalmente, Martino se dio cuenta de la obsolescencia de “su” particular interpretación del 4-3-3. Ojo, así lo intentó ante Canadá, y aquello fue una desgracia.

Y claro, las aseveraciones desde Phoenix incluyen que el técnico argentino exigirá las mejores versiones de sus jugadores. De hecho, cero tolerancias, especialmente a quienes deben asumir el liderazgo futbolístico y emocional. Si algo ha inquietado al entrenador son esas lagunas en las que México pierde compromiso y cae en el desdén.

Si bien para los partidos ante Surinam y Jamaica, en la Liga de las Naciones, pondrá a prueba a los jugadores jóvenes y con menos recorrido; también espera que la presencia de estos sirva de presión sobre esos supuestos consolidados, que, insisto, quedaron en deuda durante el Octagonal, y fueron cuestionados severamente por la afición.

Por eso, sí, para el Tata Martino ha llegado el momento de ponerse serio, y pensar en funcionamiento y resultados a partir de este jueves por la noche. Y no más intentos fallidos de sentirse cómico frustrado, comediante de carpa, o guasón de feria, como al explicar las ausencias de Rocha y del Hueso, y peor aún, al esgrimir eso de “parecería que no hicimos nada en tres años”, sin darse cuenta que no ha hecho nada, absolutamente nada, en tres años.

Insisto, Martino no clasificó a México al Mundial, lo clasificó, casi en automático, el paupérrimo nivel de la zona y de sus contendientes en el Octagonal.