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¿Se va Nash? (segunda parte)

NEW YORK El cálculo de Steve Nash acerca de su destino futuro como agente libre es una aproximación, porque no controla el proceso. El permanecer en Phoenix, que según él sería óptimo, está condicionado a que la gerencia de los Suns sean agresivos entre temporadas y armen un equipo de mayor calidad del que terminó esta temporada tronchada por el cierre patronal con marca de 33-33. En esta segunda parte, presentaremos cómo la gerencia de los Suns quiere proceder.

El gerente general Lon Babby de los Suns es un abogado que vivía en Washington, D.C. y representaba a jugadores de NBA como Tim Duncan y Grant Hill, antes de hacerse cargo de los Suns, y entiende cómo la dinámica de la agencia libre puede causar estragos a equipos. "No vamos a reaccionar a presión de agentes porque no estoy dispuesto a venderle esperanzas falsas a los aficionados de mi equipo. Construiremos esto ladrillo por ladrillo, sin importar el tiempo que requiera. Lo único que le pido a la afición es que sigan de cerca este proceso y lo disfruten mientras crecemos como franquicia".

Nash cree que las cuentas claras con la afición de su equipo conservarán amigos: "Hay una posibilidad concreta que no usemos toda nuestra capacidad salarial bajo el tope este año. Hemos trabajado muy duro para alcanzar este grado de flexibilidad y poder aprovechar una gama de oportunidades, pero estoy decidido absolutamente a ser disciplinado en nuestra filosofía, porque no podemos regresar al punto del cual recientemente escapamos, donde firmamos malos contratos, evaluamos mal el aporte potencial de un jugador, y por ende no efectuamos las decisiones correctas en cuanto a nuestro elenco de jugadores".

Babby revela públicamente con todo propósito los principios que guiaran su entre temporadas; principios que son diametralmente opuestos a lo que busca Nash, si quiere la franquicia asegurar la permanencia de su armador estrella.

Si Nash entiende que Babby y el dueño principal Robert Sarver procederán con cautela, se preparará a abandonar al equipo. Si Dallas no puede atraer a Deron Williams, Nash podría ser una opción en caso que piensen que le queda aún menos a Jason Kidd. Nash es dueño de un apartamento en New York, pero los Knicks despidieron a un técnico que Nash conocía y respetaba (Mike D'Antoni) y sólo le pueden ofrecer la excepción media ($5 millones por temporada).

Un destino intrigante sería Portland, un mercado cerca de Vancouver, done se formó Nash, con un ambiente cívico donde el armador se sentiría a gusto. Portland tendría, sin embargo el mismo problema que Phoenix en rodear a Nash con un equipo que pueda aspirar a los playoffs o a un campeonato. Si Nash termina en Portland, es porque la oferta contiene más dinero y temporadas que ningún otro equipo en la NBA podía ofrecerle. En otras palabras, Nash firmaría por la plata, lo que él señala en estos momentos que no es un factor preponderante en su pensar.

Toronto Raptors podría ser otro equipo y el orgullo que siente Nash por su Canadá natal y lo que siente Canadá por uno de los atletas más insignes en su historia, nunca deben ser subestimados. Dejarían ir a José Manuel Calderón, y dada la producción del extremeño, me parecería un error de parte del equipo canadiense.

Sea Phoenix u otro equipo de NBA que asegure los servicios de Nash por un par de temporadas más, contarán con lo mejor que le resta a un jugador que guió a los Suns a tres finales de conferencia, llegó segundo en asistencias en la NBA esta temporada con 10.7 por partido a los 38 años de edad, y acabó la campaña con el porcentaje de campo más alto producido por un armador de NBA en las últimas seis temporadas (53.2%), así como a un jugador que supera condiciones médicas de cuidado.

Aún a su edad y con su condición médica, muchos equipos de NBA lo ficharían como su armador titular en mente, con los minutos y compensación que eso implica.

Nash ha declarado que será paciente en el proceso de agencia libre, pero el proceso en sí no lo es. Los equipos diseñan el futuro de sus franquicias alrededor de ciertos jugadores prioritarios. Nash conoce esta dinámica. La última vez que fue agente libre en 2004, Dallas no se animaba a darle un contrato de cinco temporadas, por su espondilosis en la espalda. Phoenix sí, pero con condiciones. El entonces gerente general Jerry Colangelo se reunió cara a cara con Nash, le garantizó el quinto año, pero le informó que tenía menos de 24 horas para aceptar la oferta de los Suns. Al dueño Mark Cuban de los Mavs no igualar la oferta, Nash cambió de domicilio, en contra de su voluntad.

Babby quiere retener a Nash y tiene más capacidad de nómina que ningún otro equipo en la NBA, pero este verano, será muy difícil rodear a su figura del tipo de talento que anticipa Steve Nash. Todo apunta a que el futuro miembro del Salón de la fama termine su carrera con otra franquicia. Veremos.