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Cristiano lesiona a Messi

MÉXICO -- Cristiano lesiona a Messi. Y viceversa. Y lo más duro es que quizás nosotros tengamos parte de culpa. De lesionarlos. Portugués y argentino comienzan a creerse aquello de su particular carrera. La del Pichichi, el Balón de Oro, los hat-tricks, los récords o la del ego. Los dos se sienten bien con esa lujosa pero demoledora frase: "es el mejor del mundo".

Y así juegan. Para eso y para su club por supuesto. Y nosotros nos sentimos invitados al banquete y entonces juzgamos a diestra y siniestra. Hoy Cristiano hizo 3 y es un fenómeno. Mañana Messi responde con 4 y es de otro planeta. CR7 hará otros 3 y se merece el balón de Oro, Messi hace 2 y asiste para otro par y……….. Y así hasta el infinito.

Y ambos han exprimido su seguro médico. Hasta lo último. Y les gusta, lo sé. Les gusta jugar como desde niños varios lo hacemos. Pero su particular duelo los ha agotado. En lo físico y en lo anímico. Con 20 minutos de fallas en Europa lo pagas caro. Y más caro cuando no tienes a Leo y Cristiano para rescatar la nave.

El futbol ha cambiado. Músculo, fricción, velocidad, fuerza y por supuesto talento. Los futbolistas se retiran cada vez más jóvenes. Exprimidos, exhaustos. No quiero ver a estos dos históricos con un desenlace así. Pero a este ritmo, con esta intensidad, es imposible jugar entre 70 y 80 partidos completos por año. Con club y selección. A tope, sin parpadeos, con la cabeza en esa meta: ser el mejor del mundo y ganar cuánto trofeo personal y colectivo pase por los ojos.

Bien harían Real Madrid y Barcelona en darles alguna media hora de descanso en partidos a modo. O hasta dejarlos en la tribuna ante rivales de trámite. Y no será pregunta. Será orden y negocio. Aunque quizás tampoco haya récords. Pero los tendrás en mayo, mes en el que tu año engorda vitrinas o entierra ilusiones.

El futbol no se puede jugar con ansiedad. O al menos no se puede jugar bien. Y estos dos han llegado a los meses más importantes así: ansiosos, fundidos, rotos. Cayeron en el jueguito, se lesionaron uno al otro. El futbol, de vez en vez, también necesita sentido común.