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'Jugamos con miedo', ¿análisis o autopsia?

Balotelli se aprovechó de la ineficiencia del Maza, y Mier ya no pudo taparlo. AP Photo/Silvia Izquierdo

RÍO DE JANEIRO -- Es la segunda vez que Carlos Salcido hunde los clavos en el Chepo de la Torre. Y con el mismo veredicto: "Jugamos con miedo".

Esta vez lo usa para sintetizar, implacable y amargamente, la derrota ante Italia que los deja agonizantes en la Copa Confederaciones Brasil 2013.

Ante Costa Rica agregó una serie de deficiencias futbolísticas: falta de idea, de recursos, de conocimiento del rival, de compromiso, de convicción.

¿Es, este veredicto de Carlos Salcido ante Italia, el diagnóstico de una enfermedad o la autopsia de un fiambre?

Chepo de la Torre responde a su vez que México no jugó defensivo ante Italia, "sino paciente y esperando el momento de atacar".

En cierta medida tiene razón. La razón de la fatalidad del Tri ante Italia pasa por el suicidio.

1.- Corona vuela mal, vuela tarde, y vuela reculando, en el cobro de Pirlo. Sin embargo atajó otras tres en fusilamientos, en mano a mano, que reducen su responsabilidad, peor no su culpa en el resultado.

2.- Lo de Maza Rodríguez fue patético. El tipo se equivocó en cuatro balones queriendo salir desde el fondo, porque alguien, seguramente, le dijo que era el sucesor de Rafa Márquez. Encima, era enternecedora su sobresalto cada vez que Balotelli se le acercaba. Seguramente debió usar pañales el capitán del Tri, que si bien una vez tuvo la osadía de hacerle la #BritneyDecioJustinoMazaseñal a la afición mexicana, ni siquiera fue capaz de mirar a los ojos al zaguero italiano.

Y en esas dos equivocaciones, México encontró su sentencia de muerte.

No fue inferior a Italia, cierto, pero, se había advertido, que jugando con intensidad, con energía, con ritmo, con hambre, la selección mexicana podía meter en aprietos, y se vio, ante un equipo con refunfuños físicos y de velocidad.

Y ahí es donde salta el fundamento de Salcido: "Jugamos con miedo".

Y seguramente el jugador de Tigres no se refiere a una histeria o pánico colectivo, sino que se refiere, puntualmente, a las recomendaciones sobre el adversario.

Igual, con osadía, con desparpajo, con descaro, Méxcio podría haber sido sacudido, pero lo cierto es que la misma formación y elección de jugadores, marcaba el desazón del equipo ante el adversario.

Volvió el Chepo a usar a Torrado y fue superado de manera grotesca. De hecho era el pasadizo libre para encarar a la línea de fondo y verle la cara de espanto a Maza.

Y a pesar de que en el primer tiempo le denigraron a esa pareja Maza-Torrado, ni aún así, ni cuando claramente le advirtieron que tarde o temprano era el atajo al gol, se atrevió a remover a dos cómplices de los italianos.

Por eso, ese "jugamos con miedo" de Carlos Salcido, queda claro, no es sólo una recriminación pública a algunos de sus compañeros, sino, estrictamente, a su propio cuerpo técnico.

Y si jugaron con miedo ante Italia, qué se puede esperar ante Brasil, que tiene mejores futbolistas y en mejor momento físico y competitivo que Italia, además del cobijo fantástico de su afición y del contundente, aunque tacaño, 3-0 sobre Japón.

Es también, la afirmación de Salcido, un grito desesperado de ayuda. Las tareas se están haciendo mal en la selección mexicana y se los deberes se están haciendo con irresponsabilidad, desaire y displicencia en el Tri.

El problema ya no es la Copa Confederaciones. El problema es el Hexagonal Final de la Concacaf.

"Recuperaremos la confianza en nosotros mismos y mejoraremos nuestro ánimo", dijo el Chepo de la Torre.

No será así, mientras él se equivoque en elegir a sus legionarios en la cancha y mientras el grupo lamenta que el miedo ha sentado sus tiranías entre los jugadores.