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¿Por qué teme Iñárritu buscar la verdad?

BELO HORIZONTE, Brasil -- Es difícil de entender y de interpretar. Héctor González Iñárritu quiere pruebas, pero no quiere investigar.

El presidente de la Comisión de Selecciones Nacionales espera que más allá de los testimonios se entreguen evidencias puntuales de que al menos nueve jugadores y algunos miembros del cuerpo técnico acudieron a un antro en Río de Janeiro, el Terma Centaurus.

¿Por qué no se atreve a buscarlas si está tan seguro de que la inocencia de su rebaño?

El negocio se ha negado a entregar los videos de seguridad. Necesita un requerimiento legal para hacerlo.

Ya se sabe que al entrar a ese lugar donde 60 odaliscas muestran sus encantos en una variedad étnica universal, los visitantes deben despojarse de todos sus haberes personales para entrar al hedónico paraíso para espíritus sibaritas. No celulares y no cámaras.

Si en verdad la FMF quisiera investigar, porque debe hacerlo, porque puede hacerlo, podría pedir por curso legal acceso a los videos del sitio, ojo, sin llegar a los espacios donde seguramente no hay o el empresario dirá que no hay cámaras.

Bastarían los videos de las tres cámaras colocadas al ingreso, en la recepción y la escalinata del lugar. Es decir, ni intimidades ni miserias que mostrar de las andanzas donjuanescas, de los encantos de estos Rey Midas con la testosterona desbocada.

Vale insistir en los compromisos disciplinarios: ellos aceptaron regirse bajo un código de ética y disciplina mientras estén concentrados para compromisos deportivos.

Cierto, algunos están por completar el mes en cautiverio, presuntamente en un celibato funcional total, y no hay que olvidar que el ejercicio intenso, en atletas de alta competencia (aunque de bajo rendimiento en este caso) provoca un flujo mayor de testosterona.

Y bien lo ha dicho Néstor de la Torre, quien fue emboscado por Rafa Márquez, Justino Compeán y Decio de María, tras la Sodoma y Gomorra armada en Monterrey en 2010.

"Es importante restituir principios de disciplina, honestidad y lealtad. Hay que sentar precedentes", explicó.

Cierto, los precedentes que el marcó y que enmarcó con su renuncia, tras ser entrampado, finalmente no tuvieron ningún beneficio ni utilidad, porque rápidamente han sido burlados en dos ocasiones.

González Iñárritu pide pruebas, pero no quiere buscarlas.

Ojo: cuando la encerrona con nenas de adiposas figuras en Monterrey y en Quito, la FMF dijo que era una confusión, que no había pruebas, que era un atropello, que eran inventos, que no se podía jugar así con la integridad moral de los espartanos vestidos de verde del futbol mexicano.

Al final, llegaron las sanciones al quedar claro que todo era verdadero y comprobable.

En lo personal, en los escarceos de Enrique Meza como entrenador, se publicó entonces en La Opinión de Los Ángeles la fuga nocturna de seleccionados la noche previa a un amistoso con Argentina.

Y durante la Copa América de Paraguay, hay peripecias chuscas que ya fueron relatadas de jugadores que hoy ya están retirados, y sin olvidar cómo en el hotel en la ciudad de Pereyra, en Colombia, en la Copa América de 2001, algunos jugadores, ojo, algunos, no tuvieron que salir a buscar su premio. Cortesía de sus dirigentes llegaron a sus puertas.

La verdad, es ya de bobalicones el defender lo indefendible. Y es de almas pizpiretas los que se atreven a decir que no tiene que ver nada con el futbol, lo cual despierta hasta ternura hacia esos defensores aburridos, porque es evidente que los señalados como activos participantes, se caían a soplidos.

Pero González Iñárritu espera que le lluevan las pruebas del Cielo.

Insisto: ¿Por qué no se atreve a buscarlas si está tan seguro de que la inocencia de su rebaño?

Sería un golpe fabuloso demostrar puntualmente la inocencia de sus hoy abrumados y tristones protegidos.

Claro si se comprueba que es cierto, entonces México se quedaría, prácticamente sin selección mayor y sin parte del cuerpo técnico para los compromisos de 6 y 10 de septiembre.

Por eso preguntábamos en el Blog anterior ¿qué prefería Justino Compeán? ¿Un Mundial con los jugadores imponiendo condiciones y abusando de ser imprescindibles? ¿O no ir al Mundial pero sentar un ejemplo histórico?

Claro, él no decide. Y en la oficina oval de Televisa ya decidieron que los dramas y comedias, son marca registrada y de exclusividad total de sus canales y de su programación.