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Karlovic, luego de su drama: "Espero jugar diez años más"

De Newport a Bogotá, Ivo Karlovic y una vuelta soñada ATP de Bogotá

MÉXICO -- Era viernes por la tarde en Newport, Estados Unidos, y la lluvia volvía a amenazar con desatarse sobre los courts de césped del ATP 250 que se juega en esta elegante ciudad del estado de Rhode Island. Pero a esa altura, a Ivo Karlovic ya poco le importaba. El croata acababa de perder su segundo partido del día, las semis de doble del evento organizado en el mismo sitio que aloja al Salón de la Fama del Tenis. Antes, el ahora 155° del ranking mundial había caído en los cuartos de final de singles, frente a John Isner. "Cero de once en break points, Ivo. ¡No lo puedo creer!", le decía el gurú de las estadísticas Greg Sharko a Karlovic, en la galería de madera que funciona como players lounge en el Newport Casino. Pero Ivo apenas si prestaba atención. Su cabeza estaba en otro lado.

La semana pasada, en aquel torneo, Karlovic volvió a la competencia luego de casi tres meses de ausencia por una meningitis virósica que amenazó inclusive con su vida. "No sabía mi propio nombre", contaba el gigante de 2,08 de estatura. Por eso, perder en cuartos de single y semis de doble había sido un premio mucho mayor a lo esperado. No había margen para preocuparse por la falta de efectividad en concretar puntos de quiebre. Y menos en un partido por parejas.

Ahora, en su segundo evento tras el regreso, Ivo ya está en la final del ATP de Bogotá. Su servicio no ha sido quebrado ni una sola vez en toda la semana. Ganó cuatro de los cinco tie-breaks que jugó esta semana. Y todo parece volver lentamente a la normalidad. O no. Algo fundamental ha cambiado en Karlovic. Ahora, el croata ve la vida desde otra óptica, como lo contó antes de viajar a Colombia:

-La semana del regreso al Tour fue increíble. Apenas un mes atrás no sabía si podría volver a hacer todo esto. Ahora, cada día que estoy en el court es un bonus. Para mí, cada partido, cada victoria, es algo increíble.

-¿Cómo imaginabas que iba a ser la reinserción al circuito?
-La verdad es que no esperaba mucho. Lo único que quería era no lesionarme, o no perder 6-0 y 6-0, sabes. Pero después gané mi primer partido. Y luego gané mi segundo match. Y también en doble. No lo podía creer. Una sensación indescriptible.

-¿De qué manera la enfermedad te llevó a poner el tenis en perspectiva?
-Ahora disfruto y me divierto más que nunca sobre el court, básicamente porque ya no tengo expectativas de nada. Estoy satisfecho por el solo hecho de estar de regreso. Puedo caminar, moverme, correr. Después de todos esos días en el hospital, solo estoy feliz de ser de nuevo un tenista.

-¿Algo ha cambiado en ti, como jugador? ¿O la rutina sigue siendo la misma?
-Estoy mucho más relajado. No pongo nada de stress o presión sobre mí mismo. Solo disfruto cada día.

Sentado, a centímetros de distancia, Karlovic impresiona. Todo sillón, asiento o silla le queda chico. Sus rodillas se doblan más de lo normal, hasta provocar incomodidad ajena. Cuando se expresa, sus manos enormes se mueven. Ivo se concentra en cada palabra, y gana una y otra vez su batalla contra el trastorno del habla que lo ha afectado durante su vida. A sus 34 años, el foco está puesto en otras cuestiones. Dentro de la cancha, el croata ahora acompaña a su devastador saque con drops, toques, tiros imaginarios. "Me gusta hacerlo", cuenta. Y en el día a día de su profesión, apuesta por seguir jugando mucho más.

-Eres uno de los veteranos del circuito. ¿Has pensado por cuánto tiempo continuarás en actividad?
-¡No lo sé! ¡Espero jugar por 10 años más! Pero sabes: todo tiene que ver con las lesiones, la motivación, la familia. Ahora la estoy pasando bien, y deseo seguir haciéndolo por un largo tiempo.

-Tu servicio marca diferencias, pero estás compitiendo en una época donde las pelotas y las superficies han cambiado el juego, tratando de volverlo menos rápido. ¿Crees que si hubieses jugado en los '80 o los '90, habrías tenido aún más éxito?
-Sí. En los '80 y los '90 las condiciones eran más veloces. Y además uno no debía tener mucho dinero para tener éxito. En cambio, en mi tiempo yo no tuve mucho dinero, no tuve mucha ayuda de la Federación o de nadie. Fue muy difícil. De haber nacido antes, habría sido mucho más fácil. Eso es lo que creo.