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Marlins cierran con un soplo de esperanza

Cuando pensábamos que ya no quedaba nada más por ver hasta que empiece la postemporada, los Miami Marlins cerraron de la manera más espectacular e inesperada una campaña llena de miserias.

El derecho venezolano Henderson Álvarez dejó sin hits ni carreras a los Detroit Tigers en un emocionante partido que se decidió por un lanzamiento desviado del relevista Luke Putkonen en el final del noveno episodio.

El choque llegó al cierre del noveno capítulo sin anotaciones, cuando los de Miami fueron a consumir su turno con la posibilidad de dejar al campo a los Tigres.

La desesperación crecía en los graderíos del Marlins Park, pues aunque Álvarez estaba imbateable, sus compañeros habían sido incapaces también de descifrar los envíos del pitcheo rival, desde el abridor Justin Verlander por los primeros seis capítulos, hasta Doug Fister y Rick Porcello en funciones de apagafuegos en el séptimo y octavo innings, respectivamente.

Si no cristalizaban una anotación en el final del noveno, todo el esfuerzo de Álvarez podría haber quedado en la nada, aunque el manager Mike Redmond había dado señales de que le permitiría trabajar en el principio del décimo si no había decisión en ese momento.

Sencillos consecutivos de Giancarlo Stanton y Logan Morrison después de un out y un wildpitch de Putkonen pusieron la potencial carrera de la victoria a 90 pies del home.

El cuadro se cerró y el cubano Adeiny Hechavarría murió en rola inofensiva a su compatriota José Iglesias, quien aguantó a Stanton en la antesala y retiró al bateador en la inicial.

El siguiente bateador, Chris Coghlan, se batió a fouls con Putkonen y terminó negociándole el boleto, con lo que se llenaron las bases.

Redmond envió a su emergente por excelencia, Greg Dobbs, como última esperanza y Putkonen le abrió con un envío rompiente que se enterró y que el catcher Brayan Peña no pudo retener, abriéndole las puertas del plato a Stanton. Victoria de los Marlins 1-0.

Este del venezolano fue el tercer juego sin hits ni carreras de la temporada, algo que sólo lograron antes Homer Bailey, de Cincinnati, y Tim Lincecum, de San Francisco.

Asimismo, fue el quinto lanzador de los Marlins en conseguir la hazaña y el primero desde que su compatriota Aníbal Sánchez, casualmente ahora con Detroit, lo hiciera el 6 de septiembre del 2006.

Los anteriores fueron Al Leiter (1996), Kevin Brown (1997) y A.J. Burnett (2001).

Además, es el primer no hitter en un partido de cierre de calendario desde que en 1984 lo consiguiera Mike Witt, de Angelinos, frente a los Vigilantes de Texas.

De esta manera, los Marlins completaron la barrida en la serie de tres juegos y terminaron con balance de 62 triunfos y 100 derrotas, como el peor equipo de la Liga Nacional.

¿Quién lo diría que el último partido de la temporada para el peor equipo del circuito podría dejar una imagen de todos sus jugadores celebrando en el medio del terreno como si hubieran ganado la Serie Mundial?

Esas son las cosas que engrandecen el béisbol y lo hacen distinto de cualquier telenovela: aquí no hay guión preconcebido y lo inesperado de los finales supera la imaginación de cualquier escritor.