<
>

Legado de Leyland a la inmortalidad

Jim Leyland tiene todos los merecimientos para aspirar al Salón de la Fama. Ezra Shaw/Getty Images

Una de las cosas que más me agradaba acerca de Jim Leyland es que él nunca te daba una respuesta engañosa a las preguntas. Él sabía que los jugadores ganan partidos y que los jugadores con más talento ganan la mayoría de los partidos.

Mi ejemplo favorito de esto se dio cuando él dirigía a los Piratas de Pittsburgh y tuvo el famoso incidente cuando se gritoneó con Barry Bonds durante el entrenamiento primaveral de 1991. Cuestionado luego del incidente acerca de qué tipo de ejemplo estaba imponiendo Bonds, Leyland respondió al efecto de "Liderazgo es un promedio de .300, 30 cuadrangulares y 30 robos".

Justo el otro día, cuando se le preguntó acerca de que aportaba Torii Hunter a los Tigres de Detroit, su primera respuesta fue algo como "Bueno, para empezar, él es un buen jugador en el terreno".

Leyland restaba importancia a cosas como liderazgo de los veteranos o química en el vestidor, pero simplemente afirmaba que el talento viene primero. Lo que hagas entre líneas siempre será el atributo más importante para cualquier jugador.

Leyland también fue cuestionado, dada toda su experiencia y múltiples años de dirigir en postemporada, acerca de si él había aprendido que si existen algunas claves para ganar en los playoffs. No realmente, dijo. Se trata de jugar los partidos.

En otras palabras: Cualquier cosa puede pasar. Se puede tener la mejor rotación en la historia del béisbol y uno de los mejores bateadores de todos los tiempos, pero eso no garantiza nada.

Tras ocho años de dirigir a los Tigres y 22 años como mánager en las Mayores, Leyland se ha retirado. Él tiene 68 años, y dirigir en Grandes Ligas no es una vida cómoda, incluso para alguien que tiene toda su vida en este deporte. Sin duda, él todavía está molesto consigo mismo por algunos de los movimientos que hizo con su bullpen frente a los Red Sox, pero Leyland también sería el primero en decirles: Son los playoffs. Sus jugadores vencieron a los nuestros.

Pese a que él condujo a los Tigres a dos banderines de la Liga Americana, sin duda existe un aura de decepción sobre esta era de los Tigres, un equipo plagado de talento de primer nivel con peloteros como Miguel Cabrera, Justin Verlander, Max Scherzer y Prince Fielder. En 2011, el pitcheo se desplomó en los últimos dos juegos de la Serie de Campeonato de la Liga Americana contra los Vigilantes, ya que Verlander y Scherzer fueron vapuleados. En 2012, los bats murieron en la Serie Mundial ante los Gigantes de San Francisco, ya que los Tigres batearon para .159 y fueron blanqueados dos veces. Contra los Medias Rojas, Cabrera no estaba al 100 por ciento, Fielder no bateó y el bullpen echó a perder dos ventajas en la pizarra.

Leyland se retirará en el puesto 15 de victorias de por vida. Ninguno de los que lo superan están en el Salón de la Fama; Tony La Russa, Bobby Cox y Joe Torre eventualmente ingresarán algún día, dejando atrás a Gene Mauch y Lou Piniella. Sin embargo, el .506 que Leyland tiene en porcentaje de victorias, se ubicaría en el sitio 12 entre esos 15, por delante solamente de Bucky Harris, Connie Mack y Mauch. Diez de esos 14 también ganaron al menos dos títulos de Serie Mundial, Cox, Piniella y Leo Durocher ganaron uno, y Mauch ninguno.

Esos números parecen poner a Leyland al borde del Salón de la Fama: su longevidad trabajando a su favor, su porcentaje de victorias de por vida y un título trabajando en su contra. Sin embargo, el porcentaje de victorias es nublado por un par de cosas. Cuando él tomó a los Piratas en 1986, ellos venían de una campaña con 104 derrotas. Él perdió 98 juegos su primero año, pero los tuvo en playoffs para 1990, el primero de tres títulos consecutivos en la División Este. Luego que Bonds, Doug Drabek y Bobby Bonilla se fueron como agentes libres, el equipo se desmoronó y Leyland resistió durante cuatro temporadas perdedoras.

Él llegó a los Marlins en 1997 y ellos ganaron la Serie Mundial. Pero el club tuvo esa gran venta de liquidación y el club de 1998 tuvo marca de 54-108. Él dirigió a los Rockies en 1999, pero no volvió a la caseta hasta que su antiguo gerente general en Florida, Dave Dombrowski, lo contrató para Detroit en 2006. Los Tigres de 2005 habían terminado 71-91. Los Tigres de 2006 terminaron 95-67 y llegaron a la Serie Mundial.

¿Es él un mánager del Salón de la Fama? Ciertamente, un título más probablemente lo hubiera convertido en algo seguro. Pero el Salón de la Fama es muy generoso para elegir mánagers: Whitey Herzog, con solamente un título y 500 victorias menos que Leyland, está adentro; Dick Williams, tiene dos títulos, menos victorias que Leyland y un porcentaje de victorias de .520, pero está adentro. Leyland ciertamente no sería descrito como un innovador como Herzog, pero él dirigió el talento que tenía y no intentó hacer demasiado con él.

Basados en precedentes históricos, diría que Leyland eventualmente ingresará. Una vez que entren los tres grandes, la siguiente elección podría ser Leyland, Piniella o incluso Davey Johnson (carrera corta, mejor porcentaje de victorias). Leyland llegó a tres Series Mundiales, mientras que Piniella y Johnson llegaron solamente una vez. Los tres ciertamente fueron mánagers "famosos". Diría que Leyland tiene una ligera ventaja sobre los otros dos.