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Duelo francés por el podio

RISOUL -- Con o sin coequiperos, Vincenzo Nibali ha manejado todas estrategias que sus rivales le han planteado para tratar de hacer una carrera más disputada, aunque sinceramente a estas alturas las propuestas ofensivas que no le han hecho mella a Nibali están más dirigidas a los enemigos directos por las posiciones de podio.

El equipo AG2R La Mondiale con el mejor joven de la carrera y tercer cajón en la general, hizo hoy un asalto en la bajada del Col del Izoard para tratar de afectar los intereses de Thibault Pinot (FDJ), Alejandro Valverde (MOV) y Tejay van Garderen (BMC). Este último fue quien pasó el mayor susto porque se quedó cortado por unos segundos hasta que sus compañeros lograron cerrar la diferencia. Pero Pinot y Valverde se quedaron igualmente solos por unos kilómetros hasta que no llegó de atrás el refuerzo en el grupo del lider del BMC.

El equipo que dirige Vincent Lavenue tiene ahora mismo el papel más protagónico en la historia del equipo en los últimos años, antes era por fugas y quizás una victoria de etapa, pero ahora han cerrado diferencias con los mejores equipos y por primera vez apuestan por una posición en el podio del Tour. Cuando llegó el momento de enfrentar el último premio de la etapa 15 el equipo francés volvió a poner el tono en la subida para que Alejandro Valverde se quedara aislado una vez más y Pinot con solo la ayuda de Arnold Jeannesson.

El cansancio también hizo presa de Michele Scarponi y Nibali rodó sin compañía en los últimos kilómetros cosa de que cualquier manera no le afecta al squalo en los cierres en alto.

En el Risoul ya habían tomado sus opciones los sobrevivientes de la fuga del día que llegó a albergar a 17 ciclistas. De Marchi (CAN) lo volvió a intentar, Joaquim Rodriguez (KAT) --quien ya había ganado los dos primeros premios de la etapa-- también buscó la salida, incluso el colombiano José Serpa (LAM), quien compartió responsabilidades en la fuga, también se animó a intentarlo. Pero fue Rafal Majka (TCS) quien le regresó una alegría al Tinkoff Saxo con una muy sufrida victoria de etapa, la primera en la carrera del joven profesional polaco. A sus espaldas venía Nibali, quien salió otra vez del grupo del top 10 de la general para descontar tiempo, aunque esta vez no se fue solo porque lo acompañó Jean Christophe Peraud (AG2). Aun con el alto trote de Nibali Peraud se afianzó a la rueda del Squalo para arañar la posibilidad de un sprint y etapa si es que llegaban a cazar a Majka, aunque no fue así.

"Ahora sin tanto calor pude respirar mejor", dijo Peraud. "La meta hoy era tratar de atacar con Romain en el final, pero Nibali se nos adelantó y por eso me fui con él. Hoy nos volvió a demostrar que es el más fuerte. Quise rebasarlo pero por algo se ganó el apodo del "Tiburón", porque no regala nada. Sin embargo me sentía bien de piernas, aunque seguirlo fue bastante difícil aunque iba cortando aire a su rueda".

De cualquier manera, atrás la lucha por el segundo puesto del podio se puso en juego porque Bardet intentó una salida y luego Tejay van Garderen (BMC) hizo otra, a la cual tanto Bardet como Pinot pudieron reaccionar y hacerle diferencia a Valverde. Según apunta el líder del Movistar, Pinot habría pasado tan cerca de él que alcanzó a dañar su descarrilador y Alejandro no tuvo otra opción que subir con el plato grande los últimos kilómetros. Los dos corredores franceses ahora le plantean un dolor de cabeza grande a Valverde porque se le han puesto a 13" y 29" Bardet y Pinot, respectivamente, para amenazar su segundo puesto en el podio. Ambos muchachos y sus equipos están rodando en las alas de la esperanza por tener puesto de honor en París, pero también porque están fuertes y sus equipos los han arropado.

Pero los puestos 2, 3 y 4 de la general deberían también darse cuenta que el que va creciendo de a poco es Tejay, quien está tratando de seguir limitando ceder tiempo y dar la mejor contrarreloj de su vida en la penúltima etapa. Además van Garderen aún no ha dicho su última palabra en la montaña y quizás tenga alguna opción en los Pirineos. El estadounidense ya tuvo su cuota de caídas que le hicieron perder posiciones en la primera semana y al igual que todos cedió tiempo con Nibali en la etapa 5 del pavé y en las llegadas en alto.

La etapa 15 presenta una tregua de montaña pero no desgaste: son 222 kilómetros de Tallard a Nîmes con un terreno ondulado pero siempre en descenso con el sprint intermedio a 46.5km de la meta y luego una complicada llegada con 6 rotondas en los últimos 5 kilómetros. Antes de llegar a la Flamme rouge el terreno pica ligeramente hacia arriba hasta los últimos 500 metros, cuando en una larga recta se desarrollará lo que se espera un sprint masivo delante del anfiteatro romano mejor preservado de Francia en Nîmes.