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Derlis, y cuando la victoria cobra con saña

SANTIAGO -- La victoria es, a veces, un acto de prostitución. Cobra por sus favores. Y donde más hiere. Donde más lacera. Justo donde la proporción placentera y gloriosa de la victoria, puede ser opacada, puede ser castigada.

E, inclemente, con saña, la victoria puede ser tan perversa y perniciosa en cobrar favores sin importarle, incluso, ser maldecida. Donde, de hecho, puede doler, afligir y ser más lamentada que la derrota misma.

Derlis González entiende bien este misterio. La noche del sábado, era el héroe guaraní. Cobró dos penales y victimó a Jefferson. Con el primero dio el empate a Paraguay 1-1 ante Brasil. Con el segundo, firmó la victoria en la tanda definitiva.

Y mientras él ejecutaba la danza de la vida para la albirroja, su tío, su mentor, para unos incluso, su tutor futbolístico, se desvanecía de extrema felicidad, en la danza de la agonía. Manuel Irrazábal, 44 años, se abrazaba a la vida, abrazando a la muerte. Murió de un ataque cardiaco.

La victoria pasaba factura. Tanta euforia por la consagración de Derlis y el advenimiento semifinalista de su Paraguay sobre Brasil, le fragmentó el corazón a Irrazábal en la escalada incontenible de regocijos.

Derlis había resucitado a su selección, a su futbol, a su nación. La inconmovible e inexorable victoria le cobraba con una muerte esa libertad usurpada de dar vida desde el manchón de sentencias.

El obituario a su tío, tras su suplicio, su aflicción, su impotencia, su rebeldía, lo plasmó Derlis González en su cuenta de Twitter: "Tio xq hoy tio xq😢me dejaste x un infarto tio x darte una alegría y que te vayas con tanta felicidad no puedo creer".

Karimi Chávez, esposa de Derlis, posteó en Twitter varios mensajes sobre el drama que infligía dolor a su familia política: "Como alguien puede morir de tanta Felicidad? Una persona sana, emocionado con el gol de su Sobrino que es su ídolo 😞Que injusta es la vida".

El pacto entre Manuel Irrazábal y Derlis iba más allá de la cancha aunque había sido firmado con la tinta indeleble de los sueños compartidos. "Manuel era como mi hermano, está casado con mi prima, y bromeaba con que estaba juntando dinero para comprar a Derlis y traerlo a jugar a Olimpia", asegura Simón Gonzalez, padre de Derlis, a medios informativos paraguayos.

De 21 años, con un contrato por cinco temporadas con el Basilea suizo, Derlis fue notificado de la muerte de su tío minutos después de consumar con su disparo, la eliminación de Brasil de la Copa América y el pase a semifinales este martes ante Argentina en Concepción.

"Aquel que es deseado", es el significado de Derlis, un nombre usado indistintamente en hombres y mujeres en Sudamérica. Y el jugador paraguayo fue siempre el preferido, el deseado por Manuel Irrazábal, cuando el clan familiar se citaba a jugar al futbol, consignan informaciones de medios guaraníes.

Irónico, fatalista, y hasta como un paradigma de la fe de Derlis en sus obligaciones y convicciones, él mismo pidió cobrar el penalti que empataba el juego al '72, arrinconando su disparo al lance de Jefferson sobre la derecha.

Y él mismo pidió a Ramón Díaz ser el último en la lista de los cobros en el desempate. Como para firmar el acta de renacimiento de Paraguay y el acta de defunción de Brasil.

Y no lo sabía, ni lo imaginaba siquiera. Que su éxtasis final de victoria sería más intenso y violento en la debilidad del más poderoso músculo de alguien más. Tanto, tanto más impetuoso y feroz, que le desencadenaría microsismos a un corazón rebosante de 44 años.

Simón González ha revelado que ha hablado con su hijo, que la familia le ha rodeado de respaldo y apoyo.

Y Derlis les ha contestado. Les ha dicho que donde quiera que se encuentre Irrazábal, aún le quedan pendientes momentos de felicidad en esta Copa América 2015. Argentina podría saber a qué se refiere.