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Ganó Reales, pero nada está escrito

El 16 de octubre de 1985, los Reales de Kansas City ganaron el séptimo juego de la serie de campeonato en el Estadio Exhibition (el templo antes del SkyDome o Rogers Centre) para así enterrar las esperanzas de unos Azulejos de Toronto que por primera vez en su historia participaban en una postemporada. Una derrota cementada en la memoria de muchas personas en Toronto.

La última vez que se enfrentaron estos equipos hubo pelotazos, expulsados, conatos de peleas y descargas por Twitter más dignas de la telenovela "El Patrón del Mal". Peloteros y managers insistieron que eso no debería extenderse a esta serie pero es difícil creerles.

En el papel ambos equipos se parecen bastante más allá de los números. Los dos buscan ganar una Serie Mundial luego de bastante tiempo sin hacerlo, se reforzaron agresivamente en la fecha límite de cambios directos, cuentan con managers ex receptores de vieja escuela, tienen fanaticadas intensas que visten de azul oscuro, han roto récords de sintonía en sus estaciones de TV locales, eliminaron equipos de Texas en las series divisionales y reflejan tanta confianza que se puede confundir con arrogancia.

En la serie del emblemático 'bat flip' de Bautista, Marco Estrada lanzó en gran forma uno de los partidos más importante en la historia de la franquicia. Sin esa actuación del mexicano todo el resto no hubiera ocurrido. Abrir el primero de la Serie de Campeonato era un reto igual de difícil aun cuando las dimensiones del Estadio Kauffman favorecían su tendencia de recibir elevados.

Kansas City también venía de una serie emocional contra un equipo joven e irreverente como los Astros de Houston que estuvo a punto de dar una gran sorpresa de no ser por un tuit del Gobernador del Estado de Texas (exagero, pero al menos esa fue la impresión que dejó). Edinson Vólquez le correspondió la tarea de subir a la lomita con una fórmula sencilla: atacar la esquina externa del plato con un repertorio que, en esta noche en particular, se movía más que Olga Tañón en concierto.

Los Reales abrieron el marcador en el tercer inning luego de dobletes de Alex Gordon y Alcides Escobar. Lorenzo Cain se encargó de traer a Escobar para la segunda anotación con un hit al jardín derecho. A diferencia de los Vigilantes, este lineup se mostraba algo más paciente y dispuesto a utilizar la banda contraria ante el cambio élite de Estrada.

Salvador Pérez con cuadrangular en el cuarto inning, ante un lanzamiento que se quedó en el medio del plato, aumentó la ventaja a 3 carreras.

Azulejos atacaron en el principio del sexto al poner dos en bases pero Vólquez cerró su actuación ponchando a Tulowitzki con un par de rectas en el medio, luego de haberlo colocado en 3-1, que el campocorto prefirió no hacerle swing. El cierre de ese mismo inning también marcó la despedida de Estrada tras una actuación decente pero sin recibir apoyo ofensivo alguno.

Nota especial para Kelvin Herrera quien sacó el séptimo inning lanzando 9 llamaradas seguidas incluyendo una que llegó a 100 millas por hora.

Kansas City anotó dos en el cierre del octavo para el marcador final 5-0.

Vólquez, Herrera, Madson y Hochevar se combinaron para blanquear a una de las ofensiva más temidas en el beisbol. Méritos para los lanzadores, sobre todo el par de dominicanos que se presentaron intraficables.

Los Azulejos resucitaron al tercer día para evangelizar a los Texas Ranges. Los Reales parecían fuera de combate para propinar un knock-out fulminante a los Astros en el último round. Ganar el primero es importante pero con estos dos equipos nada está escrito luego de una noche.