<
>

Ochoa no debe darle la espalda a su sueño

Hace un par de años, tomó una decisión llena de riesgos: abandonó el sitio estelar, consagrado de ser el portero y la imagen del América para buscar un anhelo europeo a través de un equipo sin ninguna cotización en el futbol francés. Guillermo Ochoa se fue y pareció ser, en su momento, un ejemplo de lo que tenían que hacer otros jugadores mexicanos: dejar su "zona de confort" para crecer como futbolistas y como personas. A pesar de que las cosas no han funcionado en el Málaga, Ochoa no puede darle la espalda a sus propios sueños de trascender en un nivel más desarrollado del juego.

LOS ANGELES, CA. -- No creo en las repatriaciones, no me gustan, más cuando se trata, evidentemente, de un futbolista que luchó con ahínco, que sacrificó muchas cosas y que se alejó de una "zona de confort" para buscar el sueño de jugar en el nivel más desarrollado del juego.

Guillermo Ochoa no está bien en el Málaga, pero no estaría mucho mejor en el Veracruz.

Lo que pasa es que la mayor parte de los que alientan la idea de un regreso del ex portero del América al futbol mexicano se refugian en el pensamiento lógico de que el mejor sitio de un futbolista es en el campo de juego. Es verdad, pero detrás de la historia de Ochoa se esconde una historia de superación que parecía el ejemplo perfecto que podría permear en diferentes generaciones y personalidades del futbol mexicano: la estrella consagrada del América, un futbolista bien pagado, con los reflectores encima, con todo lo que en un momento dado anhela un deportista profesional renunciando para "probar suerte", esa es la expresión correcta, en un club que recién había ascendido en las muchas veces incierta liga francesa. Muchos decían que había tomado un rumbo equivocado, pero Ochoa sabía o parecía saber lo que buscaba en el modesto Ajaccio.

Sus grandes facultades lo llevaron enseguida a ganarse un reconocimiento y una reputación en el futbol francés. En un club que ni siquiera jugaba en territorio continental europeo, era, desde la isla de Córcega, el portero de las condiciones extraordinarias que mostraban sus credenciales. Luego, cuando había que apuntalar su nombre en la liga francesa -mientras preparaba su papeles comunitarios- llegó una mala decisión. Fue de él o de sus representantes, pero escoger al Málaga de la Liga de España no fue un paso muy afortunado, sobre todo porque parecía claro, desde el principio, que el entrenador del Málaga, Javi Gracia, tenía una marcada preferencia por el portero africano y capitán del equipo, Carlos Kameni. Las posibilidades de que Ochoa jugará en el Málaga estaban reducidas desde un principio.

Sigo pensando que los futbolistas mexicanos que van a Europa deben agotar hasta las últimas posibilidades que existen para triunfar. Siempre que se asome una esperanza, por más leve que sea, deben seguirla. Yo creo que Ochoa debe continuar apostando por la ilusión que tuvo cuando decidió dejar al América. Retirarse ahora para jugar en un equipo como el Veracruz no parece la mejor idea, ni para él, ni para el futbol mexicano que sigue soñando con un portero de sus dimensiones en un futbol del más alto desarrollo. Volver es un viaje sin retorno y lo último a lo que puede renunciar un ser humano es a sus sueños.

@Faitelson_ESPN