La versión del béisbol de un ritual de iniciación para el nuevo cerrador de los Marineros de Seattle Edwin Díaz llegó en la forma de una reunión con el mejor bateador en el béisbol, David Ortiz, en la novena entrada del partido del miércoles en la noche en Seattle. Díaz había tenido un encuentro previo con Ortiz, y en ese - luego de hacer dos pitcheos que no estuvieron cerca de la zona de strike - se tomó la decisión de que Díaz le diera boleto al estelar toletero de los Medias Rojas, a pesar que no había nadie en base.
Pero esta vez, con la comodidad de una ventaja de tres carreras, y nadie en base, Díaz tenía la aprobación de medirse al toletero.
El primer lanzamiento fue una recta de 97 mph, justo encima de las rodillas, que Ortiz dejó pasar para el primer strike. El segundo tuvo un poco más de vida -- 99 y justo en la esquina de afuera. Ortiz le tiró tarde y lo conectó de foul. En conteo de 0-2, Díaz hizo lo que sus coaches le han dicho que haga cuando tiene conteo favorable: elévate. Díaz le puso todo y lanzó una recta de 100 mph. Ortiz no tuvo oportunidad. Le hizo swing y falló, luciendo como el personaje de The Whammer cuando hizo swing ante Roy Hobbs en la película "The Natural."
"Tiene una buena recta", dijo Ortiz mientras salía de su casillero con su hijo tras la victoria de los Marineros 3-1. "Una buena recta".
Díaz es el más nuevo de los lanzallamas en el deporte y ya se ubica entre los más impresionantes. El día antes de su encuentro ante Ortiz, el derecho consiguió su primer salvamento y, como mostró luego la investigación del Elias Sports Bureau, alcanzó la marca de los 50 ponches en 25⅓ entradas, más rápido que cualquier otro lanzador desde que el montículo se movió a 60 pies, 6 pulgadas, en 1893.
"Él es realmente divertido de ver, ¿no es así?", dijo en entrevista telefónica el coach de pitcheo de los Marineros Mel Stottlemyre Jr. el jueves.
"Un brazo tremendo", dijo mediante mensaje de texto un cazatalentos.
"Repertorio eléctrico", compartió otro cazatalentos.
Hace tres meses, el personal de operaciones deportivas de los Marineros decidió que era tiempo de mover a Díaz de ser abridor a relevista en el equipo Doble-A Jackson.
"Yo pensé que sería algo difícil para mí, porque realmente nunca había sido relevista", dijo Díaz. "Pero entonces comencé a aprender".
Díaz, nativo de Naguabo, Puerto Rico, en la parte oriental de la isla, está familiarizado con las transiciones poco familiares. Él quería ser jardinero durante su crianza, y fue amigo de los futuros ligamayoristas Carlos Correa y José Berrios, pero mientras jugaban como adolescentes, su padre le dijo que era tiempo que intentara ser lanzador.
"Hablaremos luego", le dijo Edwin padre a su hijo, quien inicialmente protestó.
Díaz era lo suficientemente bueno como para ser seleccionado en la tercera ronda del sorteo de 2012. Ha experimentado tanto el éxito (tuvo efectividad de 1.43 en 13 aperturas con el Pulaski de Liga de los Apalaches en 2013) y el fracaso (efectividad de 4.57 en 20 aperturas con el Doble-A Jackson en 2015) en las menores intentando ganar con dos buenos lanzamientos: una recta que puede llegar a las 95 y un slider que tira más parecido a un sinker. Díaz llegó a alcanzar las 98 mph en la pistola de radar durante el Juego de Futuras Estrellas 2015, así que el potencial de que aumentara su velocidad estaba ahí.
Pero resultó ser que no fue difícil. Díaz pasó de hacer tiros largos una vez por semana a hacer tiros largos cada día, lo que mejoró la fortaleza de su brazo y la velocidad de su recta, al igual que la adrenalina que resulta de entrar en la parte final de los partidos.
"Me emociono mucho cada vez que lanzo", dijo Díaz.
Y los resultados hablan por sí solos en el terreno.
En sus 11 apariciones finales en Doble-A, tuvo efectividad de 0.66, ponchando a 19 en 13⅔ entradas y maniatando a los contrarios a promedio de bateo de .149. Llegó a las 100 mph por primera vez en su última aparición en liga menor. Lo siguiente que supo, era que estaba en Grandes Ligas.
"Nosotros siempre pensábamos que había algo extra por descubrir ahí", dijo el coach de pitcheo de los Jackson Generals Andrew Lorraine. "Realmente él pudo gravitar hacia ese rol muy rápido. Lo vimos mejorar en cada ocasión que se paraba en el montículo.
"En su primera ocasión, fue como visitante ante Birmingham. Entró y los dominó - dos ponches y un bate roto. Y me dijo, 'Realmente me gusta entrar y manteniendo la ventaja para mi equipo'. Yo le dije al manager, 'Llegó a donde pertenece'".
El destino, las circunstancias y una desvastadora combinación de dos pitcheos movieron a Díaz rápidamente al bullpen de los Marineros. Luego que fuera vencido por un cuadrangular de Mookie Betts el 19 de junio, Díaz ponchó a 18 rivales y permitió una carrera limpia en sus siguientes 7⅔ entradas lanzadas. Luego que Luis Valbuena de los Astros le pegara batazo de dos carreras para ganarle el partido el 6 de julio, Díaz le siguió con una racha de 9⅓ entradas en blanco, ponchando a 20.
"Ha sido espectacular", dijo Stottlemyre.
Cuando el cerrador Steve Cishek falló y fue colocado en la lista de lesionados por una lastimadura de cadera a principios de esta semana, Díaz fue colocado en el rol de cerrador. Lleva de 3-3 en oportunidades de salvamento luego de ponchar a Mike Trout, Albert Pujols y Andrelton Simmons para preservar la victoria el viernes en la noche.
En su juego final como preparador, Díaz asombró en el Domingo de Grandes Ligas ante los Cachorros.
"Especialmente para los derechos, es un sentimiento incómodo [el batear ante él]", dijo Aaron Boone durante la transmisión de ESPN. "[Su modo de lanzar] depende mucho de brazos y piernas, y realmente te sorprende".
Jessica Mendoza añadió: "Tiene mucha vida tardía también. Un par de esas rectas fuera de la zona parecía que las estaba levantando. Tiene mucha acción tardía, por encima que las lanza entre 99 a 100".
En sus primeros 27 juegos, Díaz ha lanzado 35 rectas que han alcanzado las 100 mph en las pistolas de radar de TV, la sexta mayor cantidad en las mayores. Díaz tiene el segundo mayor movimiento en sus pitcheos que alcanzan una velocidad tan alta según PITCHf/x, detrás de su compañero, el abridor James Paxton.
"Tiene algo de movimiento tardío, y con algo de engaño en su envío", dijo Stottlemyre. "En una noche en la que esté lanzando 95 a 96, podría parecer como de 100. En la noche que llegue alcanzando las 100, podrían parecer como 110".
Y no es solo la recta, sino que su slider también juega un gran papel. Los Marineros le echaron una mirada al modo en que Díaz lo lanza y lo ajusta, cambiando su agarre para que sus dedos no estén en el lado derecho de la pelota. Además le movieron su brazo para crear la impresión de que la pelota sale de su mano del mismo lugar donde está lanzando la recta o el slider. De los primeros 79 sliders que los contrarios le hicieron swing, fallaron 49 de ellos (el 62 por ciento). Los bateadores contrarios llevan de 48-6 con 33 ponches en los turnos ante Díaz que han terminado con un slider.
"Yo no soy bateador, pero sí he visto muchas películas", dijo Stottlemyre, "y cuando los chicos le hacen swing al slider, ellos están pensando que le están haciendo swing a la recta".
Díaz todavía no es un producto terminado. Su recta, cuando no está elevada, es bateable. (Su tasa del 28 por ciento de swings fallidos con el pitcheo es buena; su promedio de bateo de los contrarios de .323 no lo es). Además está intentando encontrar la forma de integrar un cambio para darse la opción de utilizar otro lanzamiento cuando los primeros dos no le estén funcionando.
Y además hay otro rito de iniciación por el que debe pasar: El mundo del béisbol no ha visto cómo se comportaría luego de dejar escapar una ventaja en la novena entrada contrario a permitir una carrera en la séptima u octava entrada.
"Tú tienes que ser el hombre allá afuera y saber que eres el hombre", dijo Lorraine. "Habrán obstáculos en el camino, pero yo pienso que él está preparado para superarlos".