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¿La necesaria polémica deportiva?

Getty Images

MÉXICO -- La polémica. A veces necesaria, tantas veces tediosa; en el deporte, siempre bienvenida.

Entre las definiciones o descripciones de la Real Academia Española, me quedó con esta: "Arte que enseña los ardides con que se debe ofender y defender cualquier plaza". Y me quedo con esa porque entre tantas polémicas (siempre hablando de las deportivas) en las cuales me involucro, cuando las pienso en el 'después del encontronazo', siempre encuentro que: 1) mi interlocutor habló de lo que le convino; 2) mi interlocutor vio lo que quiso o pudo ver (que no todo) 3) yo hablé de lo que me convino, y 4) yo vi lo que quise o pude ver (no todo). Y todo eso no son otra cosa más que ardides retóricos para defender una postura y ofender la otra. A veces, depende de con quien sea la polémica, llegamos a un acuerdo... llegamos a, 'algo'.

La 'gran polémica' que el Gran Premio de Bélgica dejó, fue la maniobra que protagonizaron Max Verstappen (Red Bull), y los dos pilotos de Ferrari: Kimi Raikkonen y Sebastian Vettel. Nadie ganó nada y los tres, después de la primera curva, echaron a perder dos días de trabajo; todo en apenas unos metros luego de arrancar, (quiero subrayar eso por respeto a las muchas personas que trabajan en un equipo de F-1).

La polémica se centra en contestar la siguiente pregunta: ¿Quién tuvo la culpa? Y el censo en el depósito de polémicas (léase Twitter), es que Sebastian Vettel fue el culpable.

En esta entrega, no quiero convencer o 'explicar' al lector sobre la culpabilidad o inocencia del cuatro veces campeón del mundo, luego de su 'desatino' en La Source (¿eso lo escribí o lo pensé?) Lo que pretendo, es plantear una pregunta que además, creo que puede tocar a TODAS las polémicas deportivas: ¿Por qué siempre buscamos culpables? (y en la vida no es tan diferente) Y otra más: sin 'errores' ¿habría rebases, o goles, o touchdowns o... etc, etc?

El deporte es obra humana y el error obra de la naturaleza, de ahí que aceptemos y digamos: 'somos solo humanos y nadie es perfecto'.

Que bueno que los deportistas, incluso los profesionales, incluso los cuatro veces campeones mundiales, se equivoquen. Eso nos recuerda que vemos sangre, sudor y lágrimas; nos recuerda que vemos la hermosa imperfección humana. Y es que solo imagine por un momento un deporte perfecto: ¿ya contempló lo aburrido que sería?

Otra cosa: digo que en el deporte la polémica siempre es bienvenida (por absurda que pueda ser), porque al ser tema de discusión, muchos se benefician por ello (si pensó en dinero, es usted muy atinado) y además, porque es otra manera (¿divertida?) de llenar el vacío del ocio tan propio de nuestros tiempos. Solo recuerde que ninguna polémica resuelta a golpes, ha cambiado algún marcador.