Por favor, abróchense los cinturones de seguridad, que llegó el fascinante, misterioso y mágico Juego 6 de la Serie Mundial, donde todo puede suceder.
Sí, ese partido en el que salen leyendas y villanos, se escriben finales felices y también cuentos de terror tendrá un capítulo más en Houston gracias a la victoria 9-5 de los Houston Astros sobre los Atlanta Braves el domingo en el Truist Park.
Carlton Fisk, Kirby Puckett, Mookie Wilson, Joe Carter, Addison Russell, Julio Urías y David Freese inscribieron sus nombres como héroes eternos después del Juego 6 de la Serie Mundial, mientras que Bill Buckner, Charlie Leibrandt, Neftalí Feliz y Robb Nen instalaron los suyos en la nefasta lista del Salón de la Infamia del Juego 6, en la que también brilla el árbitro de primera Don Derkinger por su joya de 1985.
¿Qué podemos esperar esta noche? ¿Un jonrón en entradas extras? ¿Un salvado echado a perder por un gran relevista? ¿Un error clave para coronar una ofensiva de tres carreras en la novena? El guión del béisbol se escribe sobre la marcha y no hay manera de saberlo. Lo que sí se puede contar es lo que ya sucedió.
En conmemoración de los 35 años del error de Bill Buckner en la Serie Mundial de 1986, de los 46 del jonrón de Carlton Fisk en 1975, o de los 30 del batazo de Kirby Puckett en 1991, repasamos, con la ayuda del portal baseball-reference.com, algunos de los más memorables Juegos 6 de los últimos años.
1. Juego 6, 1986: Entre las piernas de Bill Buckner
Un out. Esa era todo lo que necesitaban los Medias Rojas de Boston para ganar la Serie Mundial en el Juego 6 de 1986 sobre los Mets de Nueva York. El marcador estaba 5-3, el cerrador Calvin Schiraldi había retirado a los dos primeros bateadores con siete lanzamientos. Las rotativas de algunos periódicos ya tenían montadas las placas con la portada que leía 'Boston rompe el maleficio' y las cajas de champaña ya estaban en el cameriino visitante. ¿Un sencillo de Gary Carter? No hay problema, siguen habiendo dos outs y dos carreras de diferencia en la parte baja de la décima. Lo que sucedió después sí fue una tragedia griega para Boston, que a ese momento, llevaba 68 años sin ganar y David Ortiz solo tenía 11 años: El emergente Kevin Mitchell disparó sencillo al central, Ray Knight voló de la loma a un nervioso Schiraldi con otro sencillo impulsando a Carter, el relevista Bob Stanley regaló la del empate con un lanzamiento salvaje y Mookie Wilson pegó ese inofensivo rodado por primera base que Buckner mofó para quedar inscrito en la historia.
2. 1991 El jonrón mágico de Kirby Puckett
Hay que agradecerle a Kirby Puckett por el vuelacercas en la parte baja de la undécima entrada frente a Charlie Leibrandt que convirtió un partido poco emocionante en un clásico. No solo por la memoria de verlo corriendo las bases como un chiquillo mientras el abridor convertido en relevista ocasional de los Bravos de Atlanta salía cabizbajo del diamante, sino porque preparó la escena para uno de los Juegos 7 más memorables de los últimos 30 años: el duelo 1-0 que Jack Morris le ganó a John Smoltz para guiar a los Mellizos de Minnesota al título. Todavía cuesta entender por qué Leibrandt, zurdo, estaba allí para enfrentarse a Puckett, uno de los mejores bateadores derechos de su tiempo.
3. 1993: Joe Carter pone fin a la Serie Mundial
Los Indios de Cleveland cambiaron a Joe Carter en diciembre de 1989 a los Padres de San Diego por Sandy Alomar y Carlos Baerga, dos piezas que los llevaron a la Serie Mundial de 1995. Los Padres, a su vez, lo enviaron a los Azulejos de Toronto junto a Roberto Alomar en 1990. Tres años más tarde, Carter se paraba en el plato y le daba a Toronto su segundo título consecutivo con el segundo jonrón para finalizar una Serie Mundial en la historia. El marcador estaba 6-5 a favor de los Filis de Filadelfia, que tenían al efectivamente descontrolado cerrador zurdo Mitch Williams (mejor conocido como 'Wild Thing', el mismo apodo que el personaje de Charlie Sheen en la película de los Indios 'Major League') en la loma para salvar el juego que los llevaría al decisivo. Williams caminó con cuatro lanzamientos a Rickey Henderson y luego de un out, permitió un sencillo al central de Paul Molitor. Con la cuenta en 2-2, Carter la desapareció -- literalmente -- por el jardín izquierdo, provocando fuegos artificiales en el cerrado SkyDome y la primera celebración de Serie Mundial con un 'walk-off home run' desde Bill Mazeroski en 1960.
4. 1995: Por fin, la joya de Tom Glavine
De los futuros miembros de la rotación de los Bravos que llegó al Salón de la Fama, solo John Smoltz (15-4, 2.67, 4 salvados) fue un titán en la postemporada. Greg Maddux (11-14, 3.27 en octubre) y Tom Glavine (14-16, 3.30 en playoffs) dejaron a los fans de los Bravos esperando por más octubre tras octubre. Por eso, había ciertas dudas con Glavine para el Juego 6, aún cuando había ganado el Juego 2 con seis sólidas entradas. Pero sin alternativas y con cinco días de descanso, el zurdo trajó su mejor versión, engañando entrada tras entrada a los poderosos bateadores de los Indios, permitiendo un solitario hit (sencillo de Tony Peña en la quinta), tres bases por bolas, y abanicando a ocho en ocho entradas. Era necesario, porque los bates de los Bravos no aparecieron y un solitario jonrón de David Justice abriendo la sexta fue todo lo que necesitó Atlanta para ganar el primer y único título de la era de Bobby Cox.
5. 2002: Gracias, 'Rally Monkey'
Si no crees en las supersticiones en el béisbol, una mirada al Juego 6 de la Serie Mundial de 2002 te puede hacer cambiar de opinión. Los Angelinos perdían 5-0 en la parte baja de la séptima ante unos Gigantes de San Francisco liderados por Barry Bonds y parecían tener asegurado su primer título de Serie Mundial desde que Willie Mays atrapaba lineazos de espaldas al plato. Los aficionados comenzaron a agitar con más entusiasmo (o ansiedad) el monito mágico de peluche que llevaban al parque, más por diversión que por esperanzas de que fuera a darle la victoria. Si fue inefectividad de los relevistas de los Gigantes, o que el amuleto surtió efecto, está por verse. Lo cierto es que los Angelinos, con jonrón de tres carreras de Scott Spiezio, jonrón solitario de Darrin Erstad y doblete de dos carreras de Troy Glaus ante el cerrador Robb Nen, sumaron seis carreras en la séptima y octava entrada para ganar un improbable sexto partido, en camino a su victoria decisiva en el séptimo.
6. 2011: Todo David Freese
Más que un out... un strike. Eso era todo lo que necesitaba el relevista Neftalí Feliz para darle a los Vigilantes de Texas el primer título en su historia. Cierto que había hombre en primera y segunda para los Cardenales de San Luis, pero con dos outs y la cuenta en 1-2... puede suceder cualquier cosa. Como un triple de David Freese por encima de Nelson Cruz para empatar el partido 7-7 y provocar otro sexto partido de tragicomedia en entradas extras. Bueno, Josh Hamilton le devolvió la delantera de dos carreras a los Vigilantes, por lo que con ventaja de 9-7 el rayo no caería dos veces en el mismo sitio, ¿cierto? Falso. Con tres hits y dos carreras, los Cardenales se negaban a entregar la serie. Después de todo, en un sexto partido cualquier cosa puede suceder. Y sucedió. Sin outs en la parte baja del undécimo, con la cuenta en 3-2, David Freese (sí, el mismo David Freese, el del triple en la novena) envió una recta de Mark Lowe sobre la verja del jardín central para enviar la serie directamente a un séptimo partido, quitándole años de vida al presidente de los Vigilantes, Nolan Ryan. Los Vigilantes anotaron dos carreras en la primera entrada del Juego 7, pero San Luis empató en la parte baja con un doblete de -- sí, de nuevo -- David Freese, en camino a una victoria 6-2.
7. 2016: Addison Russell aleja a los fantasmas
Al igual que los Astros en 2021, los Chicago Cubs habían perdido dos de tres partidos en casa durante la Serie Mundial de 2016 y se mantuvieron vivos con un triunfo agónico en el Juego 5. Necesitaban una victoria contundente en el Juego 6 para eliminar toda posibilidad de que aparecieran cabras, gatos negros ni fanáticos metiendo la mano para estorbar a un jardinero izquierdo. Quizás por suerte, el partido se celebraba en un Progressive Field de Cleveland libre de maldiciones. Faltaba un héroe inesperado y Addison Russell, un callado campocorto y sexto bate, dio el paso al frente con un doble de dos carreras en la primera entrada y un grand slam en la tercera entrada que alejó a los fantasmas mientras Jake Arrieta y cuatro relevistas, silenciaban los bates indios y preparaban el camino para el no menos dramático Juego 7, que coronó a los Cubs por primera vez en 108 años.
6. 2020: El momento de Julio Urías
En una Serie Mundial de una temporada acortada por la pandemia del COVID-19, Los Angeles Dodgers llegaron a la séptima entrada del Juego 6 con ventaja de 3-1, Su cerrador, Kanley Jansen, había desperdiciado una ventaja en el Juego 4 al permitir dos carreras en la novena entrada, y el manager Dave Roberts buscaba otras opciones. Entonces, trajo a lanzar al abridor de ese Juego 4, Julio Urías, con dos outs en el séptimo. El zurdo mexicano no solo ponchó a Yandy Diaz para cerrar la entrada, sino que lució imponente en las octava y la novena, ponchando a tres de los últimos cuatro bateadores que enfrentó, incluyendo a Willy Adames para iniciar la celebración de los Dodgers en un neutral Globe Life Field.