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América y su enigma: 'Vencerse a sí mismo'

LOS ÁNGELES -- América es la víctima propiciatoria. Las circunstancias lo condenan. La cimitarra babea ansiosa de cortarle el cogote al ave en desgracia. Los Tigres salivan por los pellejos del mártir.

Atosigado El Nido. Fatiga mental y física; resaca por el fracaso en el Mundial de Clubes; jugadores desechados precipitadamente, y el acecho histórico de consumar un calamitoso, frustrado y frustrante Centenario. Bajo pena de muerte.

Pero, ¿es América capaz de una hazaña? ¿Están las Águilas capacitadas para rebelarse desde el patíbulo a punto para la sentencia?

Dejemos la respuesta al español Calderón de la Barca: "Vencerse a sí mismo es tan grande hazaña, que sólo el que es grande puede atreverse a ejecutarla".

Entonces, América puede, si quiere, porque, sin duda, debe. Futbolistas capaces tiene. En condiciones de tutearse, de desafiarse, de confrontarse, con los de Tigres.

La hazaña de sobreponerse al dictamen popular, e incluso al deseo popular de la humillación del "Ódiame Más", está en manos del mismo América.

El americanismo no ha olvidado, no puede hacerlo, dos gestas recientes de su equipo en Liguilla. Y bajo el mando de Nacho Ambriz, lo que lo colocaba aún más cerca del sarcófago del fracaso.

¿Alguien olvida cómo el América llegó condenado al juego de vuelta ante UNAM? ¿Y alguien no recuerda la forma tan espeluznantemente dramática en la que estuvo a punto de domesticar a Pumas y ponerlo a ronronear fúnebremente?

¿O alguien olvida cómo, condenado también, se soliviantó, se sublimó, se sublevó ante el Monterrey, que exasperado consiguió sobrevivir gracias a aquel dudoso penal marcado a Samudio, convertido por Cardona?

En dos Liguillas, con Ambriz, América demostró que tiene savia rebelde para atreverse a las proezas, a heroicidades factibles sólo en el futbol.

"Vencerse a sí mismo", dice Calderón de la Barca, como condición para una hazaña. ¿Querrán? ¿Podrán? Citemos ejemplos.

1.- Vencerse a sí mismo... como Paolo Goltz, quien se ha hecho expulsar en las tres más recientes eliminaciones del América en Liguilla. El argentino hasta hace ya sospechoso ese afán por arruinar las rebeliones de sus compañeros.

¿Y si Goltz juega menos al carnicero y al bravucón, y si deja de traicionar a sus compañeros y se dedica, entre sus limitaciones de Cromañón, a sólo jugar al futbol?

2.- Vencerse a sí mismo... como Rubens Sambueza, quien lleva un año echado a dormir en el diván de la burguesía, y sus más recientes exabruptos fueron hacerse expulsar ante Pumas en el Juego de Ida de hace un año, y el bochorno con Darwin Quintero en el Mundial de Clubes de 2015.

Y si Sambueza se olvida del lío de faldas que tuvo con Paul Enrique Delgadillo, y se dedica a desarrollar su talento, olvidándose de rencillas machistas y hormonales con el silbante, que es el juez del Juego de Ida.

3.- Vencerse a sí mismo... y si Carlos Darwin Quintero salda de una buena vez todas las cuentas pendientes con las Águilas. La vida le dio una segunda oportunidad para mostrar el derroche de virtudes con el que le bendijo.

El colombiano escapó de un peligro mortal, y está de nuevo jugando al futbol... ¿necesita más alicientes para volver a ser aquel magnífico futbolista de Santos?

4.- Vencerse a sí mismo... Y se pueden seguir colocando jugadores. Desde un camorrista natural con aire de matasiete como Pablo Aguilar, hasta un narcisista del balón como Michael Arroyo, quien ha consumado, cuando se lo propone, ser un vivo ejemplo del arrepentimiento.

5.- Vencerse a sí mismo... como ya lo hizo William da Silva, quien ha narrado a varios medios sus dos dramáticas muertes, para regresar a la vida para ser jugador de futbol, con demostraciones puntuales en los últimos meses.

Visto así, y con los ejemplos, inconclusos cierto, pero referentes sin duda, de las eliminaciones ante Pumas y Monterrey, América se encuentra puntualmente apto para vencer a Tigres.

Está en ellos. Dentro de ellos. A la vista de ellos. No en los árbitros, ni en el adversario, ni en la tribuna, sólo en ellos.

Porque, insisto, es irrefutable la reflexión del español Calderón de la Barca: "Vencerse a sí mismo es tan grande hazaña, que sólo el que es grande puede atreverse a ejecutarla".

¿Querrán vencerse a sí mismos Goltz, Sambueza, Quintero, Aguilar, Samudio, William, Oswaldito? América y su enigma: "vencerse a sí mismo".

¿Querrán acaso? Porque, poder, pueden; porque, deber, deben.