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El béisbol no se acabó cuando los Cachorros lo ganaron todo

Así que el infierno se congeló y aquí estamos, en los terrenos del complejo de entrenamiento primaveral de los Cachorros en Mesa, Arizona, mientras los miembros de los campeones mundiales se estiran y juegan a las atrapadas mientras se preparan para la vida en la cima. Pensemos en esto por un segundo: Los campeones de la Serie Mundial Cachorros...

¿Cómo llegamos a este momento? ¿Recuerdan a Mike Montgomery lanzándole a Michael Martínez en el mejor juego en la historia de la Serie Mundial y con un total combinado de 176 años perdedores en la línea? Esa es una larga historia. Pero ustedes saben que ocurrió. Montgomery lanzó una curva de 76 mph, Martínez conectó un rodado suave hacia la tercera base, Kris Bryant corrió adelante con una sonrisa en su rostro que pasó desde el Lago Erie al Lago Michigan e hizo el tiro hacia Anthony Rizzo y sí, los Cachorros de Chicago fueron los ganadores de la Serie Mundial.

Un escritor lo catalogó como la mejor historia deportiva en los Estados Unidos. Sin duda, la narrativa que vimos en el otoño pasado fue un cuento para los libros de historia. Los ratings de television de la Serie Mundial se dispararon a los cielos y alcanzaron los mejores niveles en los últimos 25 años. Extraños se abrazaron. Cleveland lloró. Chicago tuvo un desfile de campeonato que hizo que la ciudad se paralizara como ocurre con una tienda Macy's dos días antes de la Navidad.

Sin embargo, este no es el final de la historia; aquí es donde comienza un nuevo capítulo.


¿Qué queda por jugar ahora que el 1908 simplemente podrá ser recordado como el año en el que Henry Ford produjo su primer Modelo T? ¿Ahora que la maldición de la cabra Billy ha sido rota?

Comencemos aquí, donde nos quedamos. Cuatro Juegos 7 de la Serie Mundial se han ido a entradas extras -- 1912, 1924, 1997 y 2016. Los Indios han perdido los últimos dos de esos, derrotas decepcionantes que rompen la fibra de tu ser y tus vasos capilares y que llevan a pesadillas como el error de Tony Fernández o el batazo de Ben Zobrist por la línea de tercera base, la versión de Cleveland de Leon Durham o Steve Bartman. Uno se queda tan cerca, entras a los entrenamientos primaverales y la temporada regular, y llegas al Juego 7 de la Serie Mundial a pesar de todas las lesiones en tu rotación y conectas un cuadrangular poco probable para empatar el juego en la octava entrada - y de todos modos te quedas corto por una carrera.

Quizás este sea finalmente el año de los Indios. La lista de los equipos que pierden una Serie Mundial y la ganan al año siguiente es bien corta. Solo ha ocurrido una vez en la era del comodín, cuando los Reales lo hicieron en el 2015. Los Indios vuelven con casi el mismo equipo que logró 94 victorias el año pasado. Ellos perdieron a su toletero y líder espiritual Mike Napoli. Pero lo reemplazaron con un bateador mucho más imponente en Edwin Encarnación. Ellos tendrán a Andrew Miller toda la temporada y esperan tener con salud a Michael Brantley, quien se perdió casi toda la temporada 2016, para servir de anclas de los jardines.

El contendiente al Cy Young Corey Kluber sigue ahí, viniendo de una corrida dominante en octubre - al menos hasta el Juego 7 - y a pesar de lo bueno que él es, la estrella de este equipo es ahora el brillante joven torpedero puertorriqueño Francisco Lindor. Ustedes saben que el ex torpedero de los Indios Omar Vizquel estará en la boleta del Salón de la Fama en el próximo invierno, y es un fuerte candidato a ser exaltado eventualmente. No queremos ofender a un gran jugador, pero Lindor es mejor - ya tiene en su poder un Guante de Oro a los 22 años, bateador de .300 en sus primeras dos temporadas en las mayores y un jugador sobresaliente en su primera postemporada. Es un equipo con talento y profundidad. Qué tal una victoria en el Juego 7 de la Serie Mundial... por supuesto en entradas extras.


O comencemos por aquí: Ocho franquicias nunca han ganado la Serie Mundial. Los Astros de Houston nacieron en 1962, con un nombre originalmente asociado a un arma, y luego se movieron a un estadio en el que intentaron hacer crecer césped natural bajo techo. Ellos cambiaron de nombre, de césped y eventualmente de estadio. Los viejos fanáticos de los Astros han sufrido las tortuosas derrotas de la franquicia como la de 1980 en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, la aplastante derrota ante los Mets en 1986, las decepciones en playoffs de los equipos de Jeff Bagwell y Craig Biggio, la barrida en la Serie Mundial en 2005 y las tres temporadas consecutivas de 106 derrotas o más.

Yo pienso en mi amiga Anna, la mayor fanática de los Astros que conozco. Yo he visto a sus dos hijos en Facebook vestidos con mercancía de los Astros - uno de ellos disfrazado de José Altuve para el Día de las Brujas, porque por supuesto que lo hace, cuando tienes8 años y eres fanático del béisbol. Ella apoya a su equipo de forma tan ferviente como lo haría cualquier fanático de los Cachorros. Los Cachorros no tienen un monopolio de la costumbre de los fanáticos de heredar su amor por el béisbol de generación en generación.

Rayos, el estado de Texas ha visto más de 110 temporadas de béisbol de Grandes Ligas sin un campeonato de la Serie Mundial. Los Vigilantes se quedaron a un strike en el 2011, un elevado que estuvo a par de pulgadas de ser atrapado. Los Padres, Cerveceros, Marineros, Rockies, Nacionales y Rays tampoco han logrado títulos y todos comparten este dolor, pero quizás - solo quizás - este sea el año en que el Estado de la Estrella solitaria vea su primer desfile de campeones de la Serie Mundial.

Los Astros tienen un brillante nucleo joven en Altuve, Carlos Correa, George Springer y Alex Bregman, un cuarteto similar en habilidad al que tienen los Cachorros en Bryant, Rizzo, Addison Russell y Javier Báez. Amo a Correa como potencial candidato al JMV y a Bregman como candidato a dar el salto al estrellato. Ellos añadieron a Carlos Beltrán y Brian McCann para darle al roster una necesaria presencia de veteranos, además de guía.

Los Vigilantes perdieron la Serie Mundial en el 2011, y el año antes de ese. Ellos han perdido en la primera ronda en las últimas dos postemporadas. Desde el 2010, solo los Cardenales y los Yankees han ganado más partidos. La ventana de competencia de los Vigilantes podría estar cerrándose. Adrián Beltré no puede jugar por siempre, al menos no al nivel que nos tiene acostumbrados. Yu Darvish será agente libre luego de esta temporada. Cole Hamels tiene más de 2,000 entradas de millaje en su brazo. Ellos llenaron su roster con varias apuestas de una temporada, incluyendo a Napoli.

Ellos tienen dos potenciales estrellas jóvenes en Rougned Odor y Nomar Mazara quienes necesitan mejorar. Ellos tienen un fuerte bullpen y una temporada completa de Jonathan Lucroy detrás del plato. Ellos han pasado siete temporadas al borde de la gloria. Quizás ha llegado su hora.


Los Nacionales son una franquicia con una historia complicada, que nació como los Expos de Montreal y que se mudaron a Washington en 2005. La ciudad fue hogar de dos versiones de los Senadores de Washington de 1901 a 1971 - la primera se convirtió en los Mellizos, y la segunda en los Vigilantes - pero su único campeonato llegó por allá por 1924.

Los Nacionales han perdido en la primera ronda de la postemporada tres veces en las últimas cinco temporadas, y su manager es Dusty Baker, que con 67 años es el manager más viejo en el deporte, y un dirigente con estrellas cruzadas que siempre parece cometer un error crucial en octubre. Ha llegado a la postemporada en ocho ocasiones; ningún otro manager ha llegado tantas veces a los playoffs y no ha ganado la Serie Mundial.

Piensen en la vida de béisbol de Baker. Cuando hizo su debut en Grandes Ligas, el manager rival era Harry Walker, miembro de los Cardenales de San Luis en 1947 cuando el equipo alegadamente amenazó con irse a la huelga en vez de jugar contra Jackie Robinson. Un compañero en su primer juego fue el padre de Terry Francona. Estaba en el círculo de espera cuando Hank Aaron conectó su HR 715 y jugó con Fernando Valenzuela durante ese mágico año de 1981 para los Dodgers, y manejó a Barry Bonds. Si logra ganar la Serie Mundial, es posible que sea electo al Salón de la Fama.

Los Nacionales tienen tantas estrellas como cualquier otro equipo en el béisbol, con el ganador del Cy Young Max Scherzer, el JMV del 2015 Bryce Harper, el que llegó en segundo puesto en la votación del JMV en el 2016 Daniel Murphy, el as potencial Stephen Strasburg y la superestrella en ciernes Trea Turner. Ellos adquirieron a Adam Eaton de los Medias Blancas, y las métricas avanzadas sugieren que él es uno de los mejores jugadores en el deporte.

Un jugador clave es el primera base Ryan Zimmerman. Ha estado con los Nacionales desde el 2005 pero ha pasado de ser una estrella a un jugador franquicia en decadencia con la espalda de un jugador de 70 años. Tiene algo que probar. Dusty tiene algo que probar. Incluso Harper, que viene de una mala temporada, al menos en comparación con su monstruosa temporada 2015, tiene algo que probar.

Sobre todo, ellos tienen que probarlo en octubre. Quizás el béisbol pueda unir la capital de nuestro país. (OK, quizás no, pero vale la pena el intento).


Quizás comience con el mejor jugador en el deporte. Mike Troutno solo es el Willie Mays o el Mickey Mantle de su generación; él es Mays o Mantle y lo está haciendo ante una competencia más dura. El calibre del atleta en el deporte de hoy, tanto en el montículo como en el terreno, es mejor que nunca, y Trout es el que más sobresale, con dos premios JMV y tres segundos lugares en sus primeras cinco temporadas. Ningún jugador de posición ha logrado más victorias sobre reemplazo hasta los 24 años; ya tiene 48.5, y los únicos otros por encima de 40 fueron Ty Cobb y Mantle. Alex Rodríguez and Ken Griffey Jr. se ubican cuarto y quinto en esa lista.

Obviamente esas estadísticas son impresionantes, y es emocionante contemplar lo que podría hacer a nivel individual. Nosotros sabemos lo que le falta a su résumé, y aunque todo el mundo está descartando a los Angelinos, no los desechen tan rápido ya que tienen al mejor jugador en el deporte. Ellos apostaorn todo a su defensiva, y si la rotación se mantiene saludable, los Angelinos podrían sorprender. Entonces quizás Trout pueda tener su momento en la Serie Mundial, cuando le esté dando la espalda al plato, corriendo a toda velocidad en un jardín sin fin lleno de césped verde para hacer una trapada que vivirá por siempre en el mundo de YouTube.


Piensen en el lanzador al otro lado de la ciudad, Clayton Kershaw, un hombre que claramente ha logrado alcanzar un pináculo de excelencia que pocos lanzadores han alcanzado. Pero aun así nos hacemos la siguiente pregunta, ya que él se ha perdido algo de tiempo de juego en dos de las pasadas tres temporadas: ¿Por cuánto tiempo él puede seguir siendo mucho mejor que todos los demás? Y ¿por qué él no puede dominar en la postemporada como lo hace en la temporada regular? Sus logros son tan prodigiosos que retrocedemos en angustia cuando se muestra como un mero mortal en octubre-efectividad de 4.55 en los playoffs - pero quizás eso solo signifique que su historia tiene pendiente a escribir su capítulo final, con la gloria del oro de la Serie Mundial en su camino, cuando la historia se convierte en mitología.

Los Dodgers han logrado cuatro banderines divisionales consecutivos. Pero tampoco han logrado pasar de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, y con la nómina más alta del deporte, cualquier cosa menos que un título de Serie Mundial es casi una decepción. Sin embargo, este equipo de los Dodgers luce más fuerte que los anteriores cuatro. Corey Seager es joven y fuerte y asombroso y podría pasar de tercero en la votación del JMV como novato al primer lugar como jugador de segundo año. Este joven chico Julio Urías ya lanza con la actitud y la confianza de un Todos Estrellas veterano, y está listo para su propia campaña de estrellato. Ellos tienen un cerrador élite en Kenley Jansen, el roster más profundo en las mayores, un buen manager en Dave Roberts y una oficina central y unos dueños listos para adquirir la pieza final en la fecha límite de traspasos directos.

Sobretodo, tienen a Kershaw. Quizás este sea el año en el que pueda lograr el último out de la temporada.

Por otra parte, tal vez ninguno de ellos pueda detener al equipo que está en la cima ahora mismo. Quizás el siguiente capítulo sea una continuación de lo ocurrido el 2 de noviembre de 2016: una dinastía de los Cachorros.

Theo Epstein no tiene como meta tener un equipo que solo ganó 100 partidos una vez. Él quiere ganar 100 juegos todas las temporadas. Todo lo que hemos visto y leído en esta temporada baja de los jugadores parece sugerir que ellos quieren esta carga de grandeza, que un campeonato no es suficiente para ellos.

Todos los jugadores importantes están de vuelta, excepto el jardinero central Dexter Fowler y el cerrador Aroldis Chapman. Bryant y Rizzo son dos de los mejores jugadores en el deporte; Russell acaba de cumplir 23 años, y Báez acaba de cumplir 24. Ellos tendrán a Kyle Schwarber para toda la temporada, y su actuación en la Serie Mundial simplemente podría ser un preludio de que él se convierta en una de las caras del béisbol. Esta es una alineación suficientemente joven para mantenerse unida por varios años más, una hazaña casi imposible en la era de la agencia libre. Así es como se logra construir una dinastía.

Quizás la rotación llegó a su máximo en el 2016. Fue saludable y dominante, pero esa tremenda defensiva detrás de ella no va a ir a ninguna parte; y Jon Lester, Jake Arrieta y Kyle Hendricks deben ser nuevamente un tremendo trío de abridores. Oh, y tienen el mejor manager en el deporte en Joe Maddon.

El último equipo en ganar campeonatos consecutivos fueron los Yankees de 1998 al 2000. El último equiopo en ganar más campeonatos que esos en fila fueron los Yankees de 1949 al 1953, con cinco Series Mundiales consecutivas. Quizás eso es que va a ocurrir proximamente - los Adorables Perdedores se convierten en el Imperio del Mal.

Me encantaría ver otra dinastía en el béisbol. Eso crea un nivel adicional de pasión, como irle en contra a los Patriots. Eso le da energía al deporte y fuerza a los otros equipos a apuntar más alto. Eso crea rivalidades, y las rivalidades crean fanáticos, y los fanáticos crean recuerdos.

Nosotros nos alimentamos de esos recuerdos. De aquí a algunos años, la historia va a leer: "Déjame contarte lo que ocurrió en esa temporada 2017..."