<
>

Santos Óleos... desde Las Vegas hasta el Azteca

LOS ÁNGELES -- Mientras en Las Vegas 'Canelo' Álvarez imprimía con sangre en sus guantes el rostro y el obituario deportivo de Chávez Junior, como Santo Sudario, la Liga MX preñaba su Liguilla y también consumaba las exequias a la arrogancia del América y a las perfidias de Jaguares de Chiapas. De las veladoras, a los cirios.

Tal y como Chávez Jr., en la ceremonia de los desesperados, LaVolpe reconstruía la epidermis de su impertinencia con estrofas rotas de su fracaso, tras cruzazulearla ante Pachuca: "Nadie nos pasó por encima", mientras se acurrucaba en el regazo de la mediocridad de la eliminación.

Nada más deleznable que salirse de su tumba, para ser plañidera de su propio funeral. En casos lastimeros así, la Extremaunción es un sacrilegio.

A su vez, con una victoria sobre Atlas, los Jaguares extinguen la franquicia y quizás el futbol en Chiapas. Lamentables los estruendos lacrimógenos de que "gallardamente entregaron todo ante el Atlas". El arrepentimiento debe llegar antes de la penitencia, nunca al revés.

Más allá de las sabidas e impunes felonías de directivos y cuerpo técnico en Chiapas, a los jugadores les faltó ese instinto rabioso de supervivencia en muchas jornadas. La muerte les dio otras 16 oportunidades. La cicuta estaba en su propia saliva... o baba.

Y así, mientras América y Chiapas repujan por sus respectivos fracasos, en la cobardía de no aceptar que su vida y su muerte la fueron escribiendo ellos mismos en un total de 17 jornadas, hay ocho que ya están en la Fiesta Grande, con uno de ellos que en el espejo de la Fecha 5 tenía rostro putrefacto: Morelia, por ese entonces, se repudiaba a sí mismo. Era el Dorian Gray de ultratumba.

Cuando Marini fue enviado a depositar su delicadísimo apodo (Pomelo) en otras poltronas, Roberto Hernández, del vestuario del escepticismo absoluto, salió a dar respiración boca a boca hasta a los gusanos que ya asomaban en cada resuello de Monarcas.

Y con 19 puntos de 36 posibles, con el virtual campeón de goleo Raúl Ruidíaz como Cid Campeador del milagro, en el último minuto sacó la victoria ante las damiselas del té de las cinco que dirige el 'Turco´ Mohamed en Monterrey. Liguilla y salvación.

Sin extravagancias, casi repudiado por sus dueños entregados al linaje atlista, ahí, entre el desprecio y el menosprecio, Morelia asestó el bofetadón a sus víctimas y a sus verdugos: primero elimina a los pomadosos Pachuca y América, para sentenciar luego a Chiapas, y reclamarle por último, públicamente, los ingratos ultrajes por desdén de su amo. La mascota le ha mordido la mano.

Mientras tanto, Clásico Tapatío. Atlas, un amnésico respecto a referencias inmediatas, encara en la Liguilla a otro sumido en un Alzheimer pasajero, Chivas, que acusa las reumas de las ausencias de sus lesionados, y que de manera deplorable firmó un pacto de no agresión durante 90 minutos con Necaxa. Mellizos del conformismo timorato.

En el escenario virtual, Tigres aparece como el favorito. Es, de momento, el equipo con más personalidad en la cancha y con todos los trucos en la banca... a pesar de la cólera contraproducente del Tuca Ferretti, aunque parece que la reciente paternidad le ha dado un semblante de abuelo bonachón.

¿Monterrey? 'Turco' Mohamed se debilita en la burguesía y aburguesa a sus jugadores. Renovó contrato por dos años más. Tiene una línea de ataque letal. Pero todas las fieras necesitan ser cebadas. Esta, ronronea de hartazgo.

¿Xolos? La mayor carga de testosterona está en la banca. Y es difícil, tecnológica, fisiológica y ganéricamente, imposible que el Piojo Herrera lo clone a todos de ella.

¿Toluca y Santos? El oficio de Hernán Cristante está aún en capullo, mientras que el Chepo depende en extremo de un gambusino como Djaniny, quien, cuando se le metabolicen las neuronas y las hormonas, puede ser el mejor atacante de la Liga, pero...

Así, que los muertos entierren a sus muertos, y esperemos la fiesta de reivindicación de los vivos, porque todos, los ochos clasificados, tienen deudas pendientes con su gente...