¡Todos de pie! El Juez dictó sentencia con el bate y con el guante y los Yankees de Nueva York derrotaron 8-1 a los Astros de Houston en el tercer juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Por primera vez en lo que va de playoffs se le vio a Aaron Judge jugando a su aire, cómodo, decidido a aportar a como diera lugar.
Si no podía hacerlo con el madero, entonces había que ayudar a la defensa. Y le regaló al respetable tres grandes jugadas, lo mismo lanzándose sobre la cerca del jardín derecho para robarle un extrabases a Yuli Gurriel, que hacia adelante para llevarse inminentes sencillos a Cameron Maybin y Alex Bregman.
El éxtasis llegó al Yankee Stadium cuando el nuevo ídolo de Nueva York disparó cuadrangular de tres carreras en el cuarto episodio, para redondear un racimo de cinco en ese inning.
¡MVP, MVP! coreaban los cerca de 50 mil fanáticos en La Catedral del Béisbol, entusiasmados por el que pareció ser el despertar del gigante dormido.
Para el Juez fue su segundo vuelacercas de la postemporada y primero desde el juego de comodines ante los Mellizos de Minnesota.
Ocho carreras eran más que suficientes para CC Sabathia, el experimentado abridor de Nueva York, quien se metió en un bolsillo a una alineación poderosísima, pero que apenas ha producido cinco carreras en tres encuentros.
Sabathia supo meter el brazo cuando Houston amenazó. Dominó al puertorriqueño Carlos Correa con las bases llenas en el tercero, al venezolano José Altuve en el quinto, con dos corredores en circulación, y a Josh Reddick en el sexto, también con dos en bases en el sexto.
En seis episodios hizo 99 pitcheos, cinco ponches, cuatro boletos y tres hits permitidos.
La clave estuvo en dejar a la tanda de Altuve, Correa y Gurriel en un hit en ocho turnos, con un pasaporte y tres abanicados, en las tres ocasiones que enfrentó a cada uno de ellos.
En total, el trío letal de los Astros terminó el juego de 12-1. Altuve se fue en blanco en cuatro oportunidades y bateó para doble matanza con la casa llena en el noveno para cerrar el partido, mientras que Gurriel vio detenida su racha de seis partidos de postemporada seguidos con al menos un imparable.
Mientras, los bateadores de los Yankees rompieron una racha de siete partidos consecutivos con al menos diez ponches.
Esta vez sólo se tomaron seis chocolates, luego de haber consumido 27 en los dos primeros juegos de la serie en Houston.
Nueva York madrugó temprano a Charlie Morton, al marcarle tres por jonrón con dos a bordo de Todd Frazier en la baja de la segunda entrada. Morton cargó con la derrota al tolerar siete limpias en 3.2 innings.
La ventaja de 8-0 a la altura del cuarto inning debía permitirle al manager Joe Girardi traer a sus relevistas de segunda línea, sin necesidad de usar a Chad Green, Tommy Kanhle, David Robertson y el cerrador cubano Aroldis Chapman, sus caballos de batalla del bullpen.
Pero luego de que Adam Warren sacara el séptimo y el octavo capítulos, el dominicano Dellin Betances transfirió a los dos hombres que enfrentó en el noveno y fue sustituido por Kahnle, quien terminó sacando los tres outs, aunque no pudo evitar una anotación de los Astros.
Es increíble la incapacidad de Betances para tirar strikes, aun con un juego cómodo de 8-0 y es muy probable que haya sido esta su última aparición en lo que queda de postemporada.
Nuevamente, el arbitraje detrás del plato estuvo deficiente, esta vez a cargo de Gary Cederstrom. Demasiados malos conteos afectan tanto a bateadores, como lanzadores, obligándolos a hacer swings a pelotas fuera de la zona o a lanzar muy al centro, respectivamente.