Clayton Kershaw dejó a 29 equipos de las Grandes Ligas con la boca hecha agua.
Lejos de salirse de su pacto con Dodgers de Los Angeles, al cual le quedaban dos temporadas más, lo que hizo fue firmar una extensión contractual que lo atará al club hasta el 2021 y le añadirá 22 millones de dólares a su cuenta bancaria.
El estelar zurdo, que ha jugado toda su carrera con los Dodgers, tenía una cláusula que le permitía salirse del contrato que firmó en el 2014 por siete campañas y 215 millones.
Según reseña la página Baseball-Reference.com, de ese acuerdo le restarían por cobrar 34.6 millones en el 2019 y 35.6 millones en el 2020.
Ahora esos 71 millones le suma otros 22, más incentivos, además de asegurarse un año más de trabajo.
¿Decepcionante?
Probablemente Kershaw podría haber conseguido en el mercado de agentes libres un contrato de unos 120 millones y hasta cinco campañas, que si bien promediaría un salario anual inferior a los 31 millones por temporada que ganará con los Dodgers, le garantizaría más tiempo.
Ese promedio de 31 millones por año empatará como el segundo más alto de todo el béisbol, al igual que Miguel Cabrera y David Price y sólo superado por los 34.4 que recibirá Zack Greinke con los Diamondbacks de Arizona hasta el 2021.
Irse incluso, le daría la posibilidad de buscar en otros aires el anillo de campeón que le ha sido esquivo desde que debutó en el 2008.
Pero el zurdo parece que será de esa especie en peligro de extinción que prefiere jugar toda su carrera con un solo uniforme y eso merece aplausos, en tiempos donde la palabra lealtad está siendo borrada del diccionario.
Y está también el tema de la salud, algo que ha afectado a Kershaw en los últimos años.
Luego de promediar 31 aperturas entre 2009 y 2015, el tres veces ganador del premio Cy Young ha iniciado una media de 24 partidos entre 2016, 2017 y 2018, con varias visitas a la lista de lesionados.
Aunque para cuando comience la próxima temporada apenas habrá cumplido 31 años, nadie conoce su cuerpo mejor que él mismo y quizás esté consciente de que cinco campañas pueden ser demasiadas para su dañada espalda.
Si de aquí a tres años ya veremos qué puede depararle el futuro, pero por ahora, Kershaw ha aplicado el refrán de que vale más pájaro en mano, que cien volando.