Los Houston Astros son los grandes, grandísimos favoritos, para ganar la Serie Mundial que comienza este martes.
Nunca antes desde el 2007 un equipo salió tan favorecido en las apuestas de Las Vegas como estos Astros, campeones en 2017, que enfrentarán a los Washington Nationals, primerizos en clásicos de octubre.
Pero no será la mayor experiencia de unos y la menor de otros lo que incline la balanza.
El prolongado descanso que ha tenido Washington desde que barrió a los Cardenales en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional podría pasarle factura, si nos dejamos llevar por la historia reciente.
Tanto reposo enfría a los equipos, mientras que los Astros llegan con el flujo de adrenalina que les dejó la reciente Serie de Campeonato de la Liga Americana ante los New York Yankees.
Es algo que no se mide en cifras. Es un intangible que nadie puede negar. Es más fácil extender la energía de la serie previa, que retomar las cosas y arrancar prácticamente de cero nuevamente para tratar de construir un nuevo momentum.
En años recientes, cuando un equipo llegó a la Serie Mundial con barrida en su etapa anterior y su rival tuvo que ir a seis o siete juegos, el que más descansó salió siempre por la puerta estrecha.
En el 2006, aquellos Detroit Tigers limpiaron en cuatro juegos a los Oakland Athletics para coronarse campeones en el joven circuito, mientras St. Louis tuvo que batallar por siete partidos ante los New York Mets en la Nacional.
Pero los Cardenales le pasaron por encima a Detroit 4-1 en la Serie Mundial.
Un año después, los Colorado Rockies llegaron a su hasta ahora único clásico de octubre por barrida sobre los Arizona Diamondbacks, pero fueron liquidados 4-0 por los Boston Red Sox, que tuvieron que sudar para vencer a los Indios en siete desafíos en la fase previa.
En el 2012, los Tigres, con Max Scherzer, Justin Verlander y Aníbal Sánchez aplastaron 4-0 a los New York Yankees en la ALCS, pero por igual vía cayeron en la Serie Mundial ante los San Francisco Giants, que tuvieron que ir al máximo de siete partidos con los Cardenales en la NLCS.
El último equipo que barrió en una Serie de campeonato de liga para luego ganar la Serie Mundial fue Atlanta Braves en 1995. En esa ocasión, tuvieron que esperar una semana después de vencer a los Cardenales para comenzar la Serie Mundial frente a los Indians.
Los lanzadores abridores están habituados a trabajar cada cuatro o cinco días, no más.
Scherzer, abridor del primer partido por los Nacionales, no lanza desde el sábado 12 de octubre, así que volverá a la lomita con diez días de inacción
Stephen Strasburg, quien lo hará el miércoles en el segundo partido, lanzó por última vez en lunes 14 y llegará con nueve jornadas de asueto.
Patrick Corbin, abrirá el tercer juego el viernes 25, también con diez días libres desde que ganó el día 15 el cuarto partido de la NLCS.
Y Aníbal Sanchez ni hablar. El sábado 26, cuando tome el montículo para el cuarto choque de la Serie Mundial, habrán pasado 15 días de su última actuación.
También les pasa a los bateadores, que pierden el ritmo que da el juego diario, independientemente de que hayan continuado entrenando con la ilusión de levantar el trofeo de campeón.
Sin embargo, estos Nacionales han ido contra la lógica y la historia en esta postemporada y tras tumbar en el camino a los Milwaukee Brewers, a Los Angeles Dodgers y los Cardenales, quién sabe si son capaces de seguir ese mismo paso hasta completar el trabajo.
Experiencia en ambos lados
Para Houston será su segunda Serie Mundial en tres años y más o menos con el mismo núcleo que ganó en el 2017: Yuli Gurriel (1B), José Altuve (2B), Alex Bregman (3B), Carlos Correa (SS), George Springer (CF) y Josh Reddick (RF), más el jardinero de reserva Jake Marisnick y Justin Verlander.
De los Nacionales, los únicos que han jugado en esta instancia son los serpentineros Fernando Rodney, Max Scherzer y Aníbal Sanchez, el primera base Matt Adams y el cátcher Yan Gomes.
El dominicano Rodney lo hizo con los Detroit Tigers en el 2006, mientras que Scherzer y el venezolano Sánchez estuvieron con el mismo equipo, pero en el 2012.
Adams participó un año después con los St. Louis Cardinals y el brasileño Gomes jugó con los Cleveland Indians en el clásico otoñal del 2016.