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América RIP; ya tiene epitafio y al mejor enterrador: Ferretti

LOS ÁNGELES -- América, RIP. No sólo porque el marcador apesta a epitafio. Sino porque la lápida la pavonea el más ducho, marrullero, sagaz y astuto de los sepultureros del futbol mexicano: Ricardo Ferretti.

América 1-2 Tigres. Insisto, no es la estrechez de la pizarra, sino la malévola sabiduría y mezquindad del adversario. Las Águilas viajan a territorio donde suelen ser especialistas en embalsamar a los mal heridos. Y América sangra.

Y claro, de nuevo, bochornosos pasajes y aberraciones por parte del árbitro Fernando Guerrero y el VAR. Lo de siempre, no se sabe si es estulticia o dolo. O ambas. Incluso le hurta a Quiñones lo que pudo ser el 3-1. Deplorable.

Bajo el embeleso continuado de los otros tres duelos de la Liguilla, en guerras fascinantes, la desilusión impactó brutalmente con esa forma respetuosa de manifestar el miedo o esa forma miedosa de manifestar el respeto, que asumieron felinos y Águilas.

En un abuso de custodia personal, casi como parejitas de tango, en una marca celosa, desde el arranque, América y Tigres corroboraban que la rivalidad fabricada con la urgencia de la mercadotecnia, les sentaba mal.

Había más preocupación por la derrota que devoción por la victoria. Y apenas, tímida y paulatinamente, El Nido entendía y desarrollaba la obligación innegociable de sacar un resultado favorable.

El portero Miguel Ortega, supliendo a Nahuel Guzmán, se convirtió en la diferencia que con regocijo los pitonisos auguraban, entre los impulsos ofensivos americanistas y la cautela extrema de los Tigres.

Nervioso, al primer disparo quemante, Ortega manotea como tratando de sacudirse una alimaña, y regala un tiro de esquina. América entendió que lejos de enviarlo relajado, desde el vestidor de Tigres, lo mandaron crucificado.

El segundo yerro brincó de sus manos trémulas a la festividad del marcador. Balazo de Renato Ibarra y el rechace es un servicio impecable al perfil y posición de Richard Sánchez, quien pesca sin piedad el 1-0.

El gol alebresta las ínfulas del América y se siente con derecho de ir por más. Al dominio con el balón, le agrega el territorio, pero para entonces, ya Ferretti había trancado la puerta para sobrevivir el primer tiempo con la mínima desventaja.

Para la segunda mitad, Ricardo Ferretti ratificó que poco le importa que se le enjuicie por temeroso. Porque al silbatazo, los ajustes presentaron otro equipo de Tigres.

Liberados algunos grilletes, reacomodados Rodríguez, Dueñas y Aquino, América se dio cuenta de la avalancha cuando ya sufría el 1-1.

Minuto 50, cobro desde la esquina por Dueñas y Guido Pizarro embiste por el corazón del área, como sístole y diástole asesino y pesca el seco cabezazo para igualar el marcador.

Para estremecer el juego, un clavado de Richard Sánchez que el árbitro Fernando Guerra premia con penalti, es después anulado por el VAR, pero apenas minutos después, el mismo paraguayo pisa a Aquino y esta vez Guerrero y VAR, unen criterio, y la pelota va al manchón.

Gignac acierta, pero Guerrero decide repetir el cobro, porque Carioca invade el área. Vaya circo. Pero, de nuevo, el francés, preciso, sentencia a Guillermo Ochoa, para el 1-2. Ferretti es muy gráfico: todos detrás del portero Ortega.

Ahora, en ese terreno inhóspito, emboscado, agreste, despiadado que es El Volcán, América deberá jugar en la perfección defensiva y en la exactitud ofensiva, para poder siquiera inquietar a unos Tigres que encuentran el escenario perfecto para regodearse con la desesperación del rival.

Las Águilas cerraron insistiendo. Acosaron. Pero, abusaron del desperdicio, de manera lamentable: Nico Benedetti, Roger Martínez, Paul Aguilar y Andrés Ibargüen.

Pero, esta noche de jueves, América está más cerca de la extremaunción que de la absolución. Ese sepulturero bigotón no deja salir de la morgue ni a los vivos.

E inevitable cuestionar: ¿porqué ante el persistente grito que aterra a FIFA y FMF, Fernando Guerrero nunca reaccionó al protocolo como sí se hizo en Morelia? ¿Miedo? ¿Órdenes? ¿El criterio de no tener criterio?