Después de soltar 324 millones de dólares por el lanzador derecho Gerrit Cole, los New York Yankees son los principales favoritos para ganar la Serie Mundial del 2020.
Pero si el equipo quiere sacarle todo el jugo a Cole, necesitan ponerle detrás del plato a un compañero de batería que le permita hacer sus mejores pitcheos con toda la confianza del mundo.
No es Gary Sánchez, posiblemente el peor cátcher defensivo de todas las Grandes Ligas.
Su inseguridad detrás del plato obliga a muchos lanzadores a priorizar las rectas sobre los envíos rompientes, para evitar wild pitches o passed balls, que Sánchez es incapaz de controlar.
En 306 juegos en su carrera ha cometido 47 passed balls, mientras que los serpentineros han tirado 143 wild pitches, muchos de ellos debido a su torpeza para bloquear los lanzamientos que pegan en la tierra.
Gary está ahí por su bateo y es difícil descartar a un hombre que de 343 hits que lleva en su carrera, 105 han sido cuadrangulares.
Pero New York necesita a un segundo cátcher que sea defensivamente confiable y además, sin llegar a ser un rompecercas, sea un bateador decoroso.
Ese papel lo desempeñaba hasta el 2019 Austin Romine, quien firmó como agente libre con los Detroit Tigers y ahora mismo en el roster aparece Kyle Higashioka como segundo enmascarado.
Higashioka tampoco es el indicado. Si bien tiene bastantes habilidades defensivas, es casi nulo con el madero.
No hay mucho que buscar. Ese hombre es el puertorriqueño Martín Maldonado.
En sus nueve temporadas en las Mayores, "Machete" Maldonado se ha hecho de un nombre por su defensa.
De hecho, en el 2017, cuando jugaba para Los Angeles Angels, se llevó el Guante de Oro en la Liga Americana y cortó una racha de cuatro premios seguidos que llevaba el venezolano Salvador Pérez con los Kansas City Royals.
Durante su estancia en la parte final de la pasada campaña con los Houston Astros, era el que salía a recibir en los juegos que lanzaba Cole, por pedido expreso del estelar lanzador.
Será un jugador barato, que posiblemente se consiga por menos de cuatro millones de dólares al año, a juzgar por sus salarios anteriores y que puede recibir una alta carga de trabajo, muy por encima de la de cualquier segundo cátcher.
Y eso es importante, si se tiene en cuenta que Gary, quien será el titular, tiene una marcada tendencia a lesionarse.
En los últimos tres años, desde que el dominicano se convirtió en el receptor regular, tras su explosivo debut a mediados del 2016, sus ausencias han sido recurrentes.
De 486 partidos posibles entre 2017, 2018 y 2019, Sánchez sólo ha jugado como receptor en 270, en 45 ha sido bateador designado y en dos actuó como primera base, mientras se ha perdido 169 por lesión.
Entonces los Yankees requieren los servicios de alguien que pueda hacerse cargo de los arreos con efectividad por períodos prolongados.
En esos mismos tres años en que Gary Sánchez ha estado ausente en 169 encuentros, Maldonado ha superado siempre el centenar de choques en la receptoría: 138 en el 2017, 119 en el 2018 y 105 en el 2019.
Si Cole lo pide, no habría razón por la que los Yankees no lo complazcan, de la misma manera que Greg Maddux, en sus años de esplendor con los Atlanta Braves, tenía en el venezolano Eddie Pérez a su cátcher particular.
Sería simplemente un esfuerzo adicional para poder sacarle la mayor ganancia posible a una inversión de $324 millones.