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Imposible olvidarlo

BUENOS AIRES -- Cuando pase el tiempo, al hablar de los Juegos Olímpicos de Beijing surgirá siempre el nombre de Michael Phelps y del maravilloso Cubo de Agua. Lógico. Lo concretado por el estadounidense fue de una dimensión tan enorme que su potente luz encandiló con sus detalles al resto de lo sucedido en una excepcional competencia olímpica con 25 récords mundiales.

Todo el mundo habla de la hazaña de Michael Phelps

Phelps superó siete de esas marcas, cuatro individuales y tres de postas. Por su parte, la australiana Stephanie Rice mejoró cuatro, dos individuales y dos de postas. Rice fue una de las participantes sobresalientes, como lo fue Kirsty Coventry, de Zimbabwe, en un Cubo de Agua donde abundaron las grandes figuras.

Al mencionar figuras, quien siguió todas las jornadas no puede dejar de pensar en que hoy estaríamos hablando loas del húngaro Laszlo Cseh, que terminó cubierto de medallas de plata persiguiendo al monstruo de Michael Phelps. Como también le sucedió a Ryan Lochte, compañero del Titán de Baltimore.

Pero en ese escenario, sucedió otro hecho de enorme valor que pasó casi inadvertido, porque, al verificar las estadísticas, hallé que la estadounidense Dara Torres, con sus segundos puestos, se había convertido en la nadadora con mayor cantidad de medallas olímpicas y ocupaba el séptimo lugar entre todos los deportistas.

Ese ranking lo encabeza la gimnasta soviética Larissa Latynina, con 18 preseas (9 de oro, 5 de plata y 4 de bronce), seguida por Phelps, con 16 (14 de oro y dos de bronce) y el nadador soviético Nikolai Andrianov, con 15 (7 de oro, 5 de plata y 3 de bronce), mientras que Torres tiene 12 (4 de oro, 4 de plata y 4 de bronce).

A los 41 años, Dara se convirtió, además, en la de mayor edad en subir al podio en este deporte acuático. Ella llegó a Beijing en lo que eran sus quintos Juegos, con un bagaje de 9 nueve medallas (4 oros, 1 plata y 4 bronces). Conseguidas en Los Angeles 1984, Seúl 1988, Barcelona 1992 y Sydney 2000.

Ahora, ganó plata en tres ocasiones. Dos, como último relevo en las postas 4 por 100, libres, y 4 por 100, cuatro estilos. La otra, en los 50, libres. La alemana Britta Steffen la superó por una centésima de segundo y en el podio se le caían las lágrimas, pensando en su despedida, mientras que en el tercer escalón la australiana Cate Campell, de 16 años, sonreía pensado en su futuro.

Un periodista se acercó a Dara y trató de consolarla. La señora, madre de una hija de 20 meses, le respondió con su característico humor: "Lloraba pesando en el centésimo de segundo que me separó del oro y que tal vez no debería de haberme cortado las uñas anoche".