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Juan Carlos Rodríguez, el Comisionado por decreto que no decreta

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¿Qué cumplió y qué incumplió la Bomba en un año? (2:32)

Juan Carlos Rodríguez fue elegido hace un año como presidente de la FMF (2:32)

Juan Carlos Rodríguez, comisionado de la FMF por decreto, toma las decisiones por decreto, pero no el suyo, sino del grupo de poder en el futbol mexicano.


LOS ÁNGELES -- En México es inconfundible. Es un pleonasmo del autoritarismo y la tiranía. “Por decreto” significa radical e inapelablemente “por mis pantalones”.

Todo iba bien este martes. Un comunicado intrascendente, de otra gestión intrascendente, de otro tipo intrascendente: Juan Carlos Rodríguez, Comisionado del Futbol Mexicano, celebrando su primer año de gestión y pitorreándose de la afición.

Todo iba bien. Un guion más de Emilio Azcárraga Jean. Un acto de onanismo mental más del amo y señor del futbol mexicano. Ahora salpicando bendiciones sobre el impopularmente conocido como #LaBomba.

Primero, menciona en sus posteos 12 pilares sobre los temas urgentes a resolver que no se han resuelto: Estructura y Gobierno Operativo, Selecciones Nacionales, Calendarización, Ascenso y Descenso, Multipropiedad, Futbol Femenil, Arbitraje/VAR, Desarrollo del Futbol, Experiencia para Aficionados, Internacionalización, Comercializadora de Derechos y Patrocinios y Plan Unidos por México.

Todo iba bien, hasta el tercer Tweet de Juan Carlos Rodríguez. Hasta entonces, todo iba desechándose en el vertedero tóxico de la faramalla y el aburrimiento.

Hasta que apareció la gran farsa en un enunciado: “Hay temas de fondo en el futbol mexicano que no se pueden resolver simplemente por decreto”, asevera La Bomba.

Mientes Juan Carlos Rodríguez. Y lo sabes. En el futbol mexicano las decisiones se toman por decreto desde el Salón Oval de Televisa. Es decir, por sus los pantalones de Emilio, claro.

De hecho, tú, Juan Carlos Rodríguez, estás ahí por decreto.

No, Bomba, no llegaste por elección, sino por imposición. No, tú llegaste por decreto.

Y por decreto echaste a Diego Cocca y ungiste a Jaime Lozano. Por decreto... por los tuyos, pues. Y segregaste –algo plausible, pero por decreto– a los aires de purga de Ares de Parga.

Por decreto llevaste a un tipo ignorante de futbol como Ivar Sisniega. Sí, por decreto, Bomba.

Por decreto, por los tuyos, pues, desapareciste a la Comisión de Selecciones Nacionales, y mantuviste a Duilio Davino como secretario de actas y banquetes.

Por decreto, JuanCa –y de nuevo es plausible, pero ha sido por decreto–, exiliaste a la marabunta perversa de los MultiPropietarios al estercolar a Grupo Orlegi, Grupo Azteca y sólo te temblaron –tus decretos, claro–, ante Grupo Caliente. ¿Grupo Pachuca? El silencio emascula.

Por decreto finges demencia sobre la violencia en los estadios y sus periferias. La sangre ha llegado al río, a tus zapatos de 600 dólares y a tus recién manicuradas uñas. Pero, por decreto, te paralizas.

Por decreto, JuanCa, por decreto. Porque en la historia del futbol mexicano, todo se ha hecho por decreto. “Por mis pantalones”, pues.

Porque, por decreto, fueron abolidos el ascenso y el descenso en la Liga MX. Un plumazo, un golpe de autoritarismo, sólo eso bastó. Sin consultas, sin estudios, sin análisis, sin proyecciones, estrictamente por decreto.

Y por decreto se aumentó el número de extranjeros y se manoseó el tema de naturalizados y “no formados en México”. Por decreto y por la corrupción encabezada por sobornos de promotores a directivos de la FMF.

Y por decreto, la MultiPropiedad prevalece, a pesar de los sonoros fracasos en el torneo reciente, cuando los protagonistas de la podredumbre de la Liga MX fueron ellos mismos: Mazatlán, Puebla, Xolos, Santos, Atlas, León y Querétaro, más allá de sus cegatones o corruptos defensores. Sólo Pachuca escapó.

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2:10
¿Qué ha cambiado con Juan Carlos Rodríguez?

A 1 año de la llegada de Juan Carlos Rodríguez a la Liga MX

Y por decreto, Querétaro aún existe, cuando falazmente Yon de Luisa y su marioneta Mikel Arriola salieron a escena asegurando que la plaza, el equipo, y el propietario desaparecerían. Ahí sigue, por decreto.

Y por decreto, existe, aún, siempre oculto, el Pacto de Caballeros. Mientras la asociación de futbolistas mexicanos se arrodilla, por decreto.

Y por decreto se manipula a conveniencia el antidopaje en el futbol mexicano, cuya más absurda y bobalicona exposición ocurrió con el caso de Víctor Guzmán, y el acto vindicativo de Decio de María, un especialista en ejercer por decreto.

Por decreto, los derechos de transmisión de la Selección Mexicana siguen –y seguirán– perteneciendo a Televisa. Y por decreto, Chivas debe negociar su emancipación televisiva con Emilio, antes que con Amazon.

Por decreto, Juan Carlos, por decreto.

Por decreto la gente de futbol pedía el despido de Juan Carlos Osorio y Gerardo Martino, pero por decreto de Emilio permanecieron hasta el ignominioso desenlace, especialmente por capricho de Yon de Luisa, hoy premiado –por decreto–, por su fracaso ominoso, con una “embajaduría” ante FIFA.

Por eso, no mientas, Juan Carlos Rodríguez. Porque hoy, por decreto, podrías reinstalar ascenso y descenso; podrías acabar con la MultiPropiedad; podrías erradicar por cientos a los criminales de las barras.

Y por decreto, podrías expulsar a los Bragarnik, los Uriel, los Pavón, y la gran cantidad de promotores que se han adueñado –bajo tus narices y las de Mikel Arriola–, del mismísimo torneo mexicano.

Porque, por décadas y decenios, los abusos, los atropellos y hasta crímenes en el futbol mexicano se han perpetrado por decreto.

Porque tú mismo, Juan Carlos Rodríguez, eres una muestra de ello. Eres hijo putativo del decreto.

Estás donde estás, Bomba, por decreto.