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Que se repita, sólo eso

PHOENIX -- Terminó el All-Star Weekend y, con la pelota detenida, nos quedamos con ganas de abordar algunos tips pendientes. Veamos:
1) En esta clase de partidos All-Star , el público sólo se inquieta con algún dunk potente o con penetraciones cargadas de trucos. Sin show, no hay aplausos: los fanáticos sólo se dedican a observar lo que pasa pero sin emitir sonido. Ni la música de audio grabado por la Liga los contagia cuando no hay acción. Igualito a Sudamérica. Sí, igualito.

2) Los baños del U.S. Airways Center tienen la particularidad de tener un tacho de basura en el centro, casi como un aro de básquetbol. Cada uno que pasa por ahí, luego de lavarse las manos, hace un bollito con el papel usado y lanza a distancia. Algunos ya tienen más puntería que Shaq desde la línea de libres, quizás Steve Kerr ya esté pensando algún otro cambio para hacer. Además, encima de los mingitorios hay publicidades. Llama la atención una con todas las cheerleaders de Phoenix sueltas de ropa. Sirve para concentrarse, doy fe. Todo fluye.

3) La comida en los estadios no es barata, pero es abundante. Sobran cajas de pizza y vasos de cerveza chorreando en los pasillos cuando termina cada juego. Es raro, en la calle no hay papeles pero en el estadio se deja todo tirado, así, a la buena de Dios. Como está oscuro, vale todo. Y que se la arreglen los que limpian.

4) Los colegas brasileños calificaron al grupo de batucada de Phoenix --que apareció en el intermedio del All-Star y del partido de Rookies contra Sophomores-- como sumamente inferior a cualquiera que toque en su país. Estamos profundamente convencidos de que tienen razón: nadie puede tocar el tambor como en Brasil. Ni tampoco pifiar tanto como los jóvenes de Phoenix.

5) ¿Tocó Juanes en el intermedio del All-Star? Sí, con John Legend un tema, pero fue increíblemente corto. Algunos se quedaron con ganas de verlo un poco más. La mayoría, con ganas de verlo al menos un poco.

6) Las estrellas también saben como seducir. La publicidad de la NBA en los monitores gigantes fue extremadamente divertida: Shaq, Wade, Howard, Stoudemire, LeBron, Paul... todos cantaron temas relacionados al Día de San Valentín. Obviamente, ladraron de lo lindo. Pero Big Cactus la rompió por su caradurez. No le importa nada lo que piensen los demás. Y tiene a Howard de mejor alumno. No digan que no les avisamos.

7) El salón de prensa NBA, ubicado en el primer piso, funcionó a la perfección. Las planillas siempre llegaban a tiempo, había gente disponible para cualquier consulta, y la coordinación con la zona mixta fue para destacar. Okey, digamos la verdad: lo mejor de todo es que había una heladera con gaseosas gratis, café y snacks para servirse. Nada peor que trabajar con hambre o sed.

Desde la llegada el jueves, el mundo de la NBA nos llevó a las corridas desde el minuto cero hasta este preciso momento, cuando se cierra el último blog de la competencia. El sueño a esta hora se pone pesado, molesta, pide una cama a gritos. Estamos acostumbrados, pero decimos un poco más, siempre un poco más.

No se puede otra cosa. Todo sea por el All-Star, por vivir a pleno la fiesta naranja de básquetbol, en Phoenix y con Cactus espinosos.

Dallas ya está a la vista. Que se repita. Sólo eso: que se repita.