Benny Sieu/US PresswireEn sólo 12 días, Aaron Hill logró algo que no se había visto desde el año 1900Batear sencillo, doble, triple y jonrón en un mismo juego es algo bien difícil.
De hecho, algunos de los mejores jugadores no lo consiguen nunca. Si hacerlo una vez es una hazaña, hacerlo dos veces en un lapso de 12 días es sencillamente increíble.
Aaron Hill es un discreto pelotero que en ocho años en las Mayores promedia 36 biangulares, dos triples y 18 cuadrangulares por temporada.
Sin embargo, este viernes se convirtió apenas en el segundo jugador desde 1900 en conseguir el ciclo o la escalera dos veces en una misma campaña.
Hill, de los Diamondbacks de Arizona, pegó doble en el primer inning, sencillo en el tercero, la botó en el cuarto y disparó triple en el sexto episodio en el partido que su equipo le ganó 9-3 a los Cerveceros de Milwaukee.
El pasado lunes 18 de junio lo había conseguido frente a los Marineros de Seattle, durante los juegos interligas. Antes de Hill, el único que lo logró fue Babe Herman, de los Dodgers de Brooklyn, en el lejano 1931. ¡Increíble!
Y difícil de creer que a esta altura de la temporada, un lanzador del calibre del zurdo de los Filis de Filadelfia Cliff Lee no haya conseguido aún su primera victoria. Lee (0-5) fue sacudido por los Marlins de Miami con seis limpias y diez hits en 4.2 episodios de actuación, con lo que su efectividad de elevó hasta 4.13.
Por su parte, el derecho Josh Johnson finalmente recibió apoyo de sus compañeros para ganar su quinto juego frente a cinco derrotas. Johnson, que comenzó muy mal la campaña 2012, ha encontrado su forma estelar, al extremo de no permitir más de tres carreras en cada una de sus últimas aperturas.
Sin embargo, en ese lapso perdió un partido 2-1 y otro 3-0, así como se fue sin decisión en otros tres encuentros en los que trabajó muy bien, pero no tuvo respaldo ofensivo.
Increíble también la debacle que están sufriendo los Dodgers de Los Ángeles, hasta hace diez días el mejor equipo de todas las Grandes Ligas. Los Dodgers llevan seis derrotas seguidas, cuatro de ellas por blanqueadas, y diez en sus últimos 11 juegos. Obviamente, el equipo azul tiene dos ausencias notables en Matt Kemp y Andre Ethier, sus dos principales artilleros, así como el zurdo Ted Lilly, uno de los ases de la rotación, cuyo sustituto, Nate Eovaldi, no ha conseguido ganar aún su primer juego. El viernes fueron blanqueados 9-0 por el nudillista de los Mets de Nueva York, R.A. Dickey, quien les repartió diez ponches en ocho episodios y se convirtió en el primer lanzador con 12 victorias en el 2012. Y aplausos para el boricua Carlos Beltrán, que este viernes llegó a la cifra de 2,000 hits.
El jardinero de los Cardenales de San Luis le sonó sencillo impulsador a la banda izquierda al abridor de los Piratas de Pittsburgh, Kevin Correia, para llegar a la cifra redonda, aunque su equipo perdió por paliza de 14-5.
Beltrán llega a los 2,000 imparables en su decimoquinta temporada, a los 35 años de edad, por lo que parece muy difícil, sino inalcanzable, la cifra de los 3,000.
El puertorriqueño necesitó 7,030 turnos para conseguir este número de cohetes, de los cuales 399 han sido dobletes, 74 triples y 322 jonrones.
Increíble, pero cierto. En las Grandes Ligas, "cubano" es una marca. Sino, ¿cómo se explica el contratazo que los Dodgers de Los Ángeles le acaban de dar al prospecto Yasiel Puig? ¡42 millones de dólares por siete temporadas!
Todos los reportes señalan a Puig, de 21 años, como un jugador completo, con las cinco herramientas, e incluso hay quienes afirman que el cubano estará listo para debutar en Grandes Ligas esta misma campaña, para ayudar a los Dodgers en los playoffs.

Sin embargo, es hasta muy probable que a un joven quisqueyano ya ni lo firmen como profesional a los 21 años, con todo y el talento que pueda tener.
Son las cosas increíbles del béisbol. En los últimos años han llegado a las Mayores unos cuantos jugadores cubanos, favorecidos con grandes contratos, aunque no siempre demostraron merecer tanto dinero.
Uno que ha justificado cada dólar que le han pagado los Yankees de Nueva York a lo largo de toda su carrera es Derek Jeter.
El capitán de los Yankees disparó el jueves un hit en cinco turnos y con ese cañonazo igualó a Cal Ripken Jr. en el decimocuarto lugar de todos los tiempos en imparables, con 3,184.
Por su parte, su compañero Alex Rodríguez, sonó dos hits en cuatro oportunidades e igualó a Brooks Robinson en el escalón 44 de todos los tiempos, con 2,848.
Sin embargo, los festejos de Jeter y A-Rod por semejantes marcas se vieron empañados por una derrota de los Yankees 4-3 ante los Medias Blancas de Chicago.
Nueva York ganaba 3-1 cuando a la hora de recoger los bates, el cubano Dayán Viciedo le botó la pelota con dos hombres en bases al relevista David Robertson, para darle un vuelco total al marcador. Para Viciedo fue su decimocuarto jonrón de la temporada, la primera en que tiene la oportunidad de jugar como titular.
Otra de las cosas increíbles e inexplicables del béisbol es el peso psicológico que puede tener un uniforme.
A.J. Burnett fue un desastre en los tres años que pasó con los Yankees, entre el 2009 y el 2011, con balance de 34-35 y efectividad rondando las cinco carreras limpias por cada juego de nueve innings Burnett pasó en el 2012 a los Piratas de Pittsburgh y ha renacido de sus cenizas, como el Ave Fénix.
El derecho de 35 años venció el jueves a los Filis de Filadelfia y alcanzó su octavo triunfo seguido y su noveno en la campaña, frente a dos fracasos, mientras su efectividad es de 3.31.
De 13 aperturas en lo que va de temporada, diez han sido de calidad, con seis o más innings trabajados y tres o menos carreras permitidas, como si al salir de Nueva York, el temperamental lanzador se hubiera quitado de encima el peso de las rayas del uniforme de la Gran Manzana. Increíble también resultó la faena del venezolano Félix Hernández ante los Medias Rojas de Boston.
El derecho de los Marineros de Seattle trabajó nueve entradas en blanco, con cinco hits permitidos y 13 ponches, mientras que John Jaso, de emergente en el cierre del noveno episodio, impulsó la única y decisiva carrera del encuentro.
Y el zurdo Madison Bumgarner estuvo a punto de lanzar el sexto juego sin hits ni carreras de la presente temporada.
El lanzador de los Gigantes de San Francisco permitió un solo imparable, con ocho abanicados, para vencer 5-0 a los Rojos de Cincinnati. La magia se rompió en el sexto, cuando Ryan Hanigan le abrió con sencillo al medio. Pero a partir de ese momento, Bumgarner retiró en orden a los siguientes 12 bateadores, para completar la blanqueada, la cuarta consecutiva para los lanzadores de San Francisco, récord para la franquicia.
Los fuegos artificiales volaron este miércoles, con 174 carreras y 42 jonrones en los 15 partidos de la jornada, a un promedio de 11.6 anotaciones y 2.8 bambinazos por encuentro.
El jonrón de Downs, su quinto de la temporada, fue apenas uno de los dos únicos hits que permitió el abridor de San Diego, Clayton Richard, quien cargó con la derrota, mientras que Lucas Harrell se apuntó la primera blanqueada de su carrera, al tolerar seis imparables, con siete ponches, para los Astros.
Otro de los pocos juegos de escaso carreraje fue el de los Atléticos de Oakland ante los Marineros de Seattle, que concluyó 2-1 favorable a los primeros.
Los cuadrangulares de Crisp y Céspedes fueron, de hecho, los únicos hits de los Atléticos.
En el único partido en el que no se bateó cuadrangular fue en el que los Gigantes de San Francisco vencieron 3-0 a los Dodgers de Los Angeles, para completar una barrida en tres juegos. Tim Lincecum lanzó siete innings, a ritmo de ocho ponches y cuatro hits, para apuntarse la victoria.
Los lanzadores de San Francisco mantuvieron a los bateadores de los Dodgers sin anotar carreras por 27 innings consecutivos, algo que no habían conseguido en 123 años de rivalidad entre ambos equipos.
De esta manera, los Gigantes empataron con sus víctimas en el primer lugar de la división Oeste de la Liga Nacional, ambos con registro de 43-33.
Otros que completaron barrida fueron los Yankees de Nueva York, a costa de los Indios de Cleveland.
La lesión se Pettitte se produjo poco después que el equipo anunciara que el también zurdo C.C. Sabathia estará en la lista de inhabilitados por 15 días y se perderá dos aperturas, tras sufrir una torcedura del músculo abductor cerca de su pierna izquierda.
Son las cosas increíbles del béisbol. Un equipo que está atravesando el mejor momento de la temporada, con 19 victorias y cinco derrotas en lo que va del mes de junio, pierde a dos de sus principales serpentineros, lo cual podría descarrilar, al menos temporalmente, la buena marcha del conjunto del Bronx.
Ortiz disparó el bambinazo 399 de su carrera en el encuentro en que Boston venció a Toronto 10-4 y empató con el venezolano Andrés Galarraga y Al Kaline en el lugar 49 en la lista de jonroneros de todos los tiempos.
Y Bautista se convirtió en el primer bateador en llegar a 25 cuadrangulares en la presente campaña, dejando atrás por uno a Adam Dunn, de los Medias Blancas de Chicago, y Josh Hamilton, de los Rangers de Texas.
Y es que el béisbol es un deporte que se juega no sólo con los brazos y las piernas, sino también con la cabeza.
Los jugadores pícaros, que usan su inteligencia para sacar ventaja de cada situación no son comunes y es esa escasez la que los hace especial.
Era el séptimo inning y con dos outs en la pizarra, los Indios tenían un corredor en tercera base.
Todo sucedió en fracciones de segundos. Wise se lanzó tras la pelota, que le dio en el guante y cayó en el graderío,al igual que el jugador, que desapareció de la vista de todos por unos instantes.
El umpire de tercera, Mike DiMuro, esperó a que Wise se levantara y cuando este lo hizo con su guante cerrado, salió corriendo hacia el dugout, como si hubiera capturado la pelota.
Todo el mundo se la creyó. El capitán Derek Jeter, que estaba celebrando su cumpleaños número 38, lo felicitó por la espectacular "atrapada" y DiMuro mordió el anzuelo y decretó el out, sin chequear si la pelota estaba en realidad dentro del guante.
Los Yankees ganaron 6-4, gracias a una extraordinaria labor desde la lomita del derecho Phil Hughes, autor de ocho innings en blanco, con seis hits permitidos y cuatro ponches. Cleveland intentó una rebelión en el noveno, al fabricarle cuatro al relevista Cory Wade, pero el dominicano Rafael Soriano puso orden en la casa al sacar el out final y apuntarse su decimosexto salvamento.
¿Lo de Wise es picardía o trampa? Un poco de ambas. El jardinero supo engañar al árbitro, que a fin de cuentas es un ser humano que también comete errores.
La pifia del umpire no fue decretar el out, sino el hacerlo sin ver en realidad la pelota.
Arroyo mantuvo sin hits a los Cerveceros de Milwaukee hasta el octavo inning, cuando luego de un out, Taylor Green rompió la magia con doblete al jardín derecho.
A partir de ahí, al derecho de Cincinnati se le acabó la gasolina y a duras penas logró sacar el segundo out de la entrada, en tanto permitió que Milwaukee le fabricara tres carreras para empatar el marcador.
El manager Dusty Baker envió a Sean Marshall al rescate y con sólo cuatro pitcheos sacó el tercer out del inning y liquidó la rebelión.
En el cierre del octavo, Drew Stubbs botó la pelota al primer envío del cerrador John Axford para ponerle números definitivos a la pizarra, 4-3, mientras que el lanzallamas cubano Aroldis Chapman se encargaba de retirar el noveno a ritmo de tres ponches para su noveno rescate.
Arroyo, que trabajó de forma inmaculada la mayor parte del juego, se fue sin decisión, mientras que Marshall, con apenas cuatro pitcheos, se apuntó la victoria. ¡Las cosas increíbles que tienen las reglas de anotación!
Hochevar necesitó 117 pitcheos para cubrir toda la ruta, en la que permitió siete hits y propinó ocho ponches.
Para el derecho fue su quinta victoria frente a siete fracasos y su segunda apertura consecutiva en la que no permite carreras.
En la anterior trabajó siete innings y dos tercios y los Reales vencieron 2-0 a los Astros de Houston.
El trabajo de Hochevar fue una pieza rara en una jornada sumamente ofensiva, en la que se fabricaron 113 carreras en 13 juegos, a razón de 8.7 anotaciones por partido.
Asimismo, se dispararon 21 cuadrangulares, a un promedio de 1.6 bambinazos por encuentro.
Hubo otras dos blanqueadas en la fecha, aunque en ambos casos, los abridores requirieron ayuda del bullpen para completar los partidos.
Zito (6-5) permitió sólo tres hits, regaló tres pasaportes y ponchó a cuatro. George Kontos trabajó el octavo y Shane Loux completó el noveno.
Por su parte, el novato Tommy Milone, de los Atléticos de Oakland, también cubrió siete episodios en blanco ante los Marineros de Seattle para llevarse el triunfo por la mínima, 1-0.
Grant Balfour tiró el octavo y Ryan Cook se apuntó el salvamento al trabajar elnoveno capítulo.
Y tan pronto como este mismo lunes se produjo el debut de Kevin Youkilis con los Medias Blancas de Chicago.
Youkilis, uno de los peloteros emblemáticos de los Medias Rojas de Boston por los últimos nueve años, fue transferido el domingo tras una emotiva despedida en el Fenway Park.
Youkilis es apenas el más reciente capítulo de una larga historia de cómo los Medias Rojas desechan a sus jugadores icónicos sin ponerse la mano en el corazón.
Ya lo vimos con Carlton Fisk, Roger Clemens, Pedro Martínez, Nomar Garciaparra o Manny Ramírez.
Pero esa es ya una tradición en Boston. ¿Acaso no cambiaron a Babe Ruth para financiar una obra de teatro? Cambiarán los directivos, pero el estilo es el mismo.
Es penoso el caso de Youkilis, uno de los jugadores que más entrega derrocha sobre el terreno, en estos tiempos en que muchos peloteros se comportan como prima donnas, más pendiente de los focos y lentes, que del propio deporte.
Pero esas son las cosas increíbles que tiene el béisbol. O si no increíbles, en muchos casos, inexplicables.
Y es que hay lanzadores que podrían calificarse de fatales, que cuando ellos trabajan, sus compañeros no responden con apoyo ofensivo.
El sábado le pasó al derecho de los Marlins de Miami Josh Johnson, uno de los serpentineros que menos ayuda recibe de su equipo.
En el cierre de ese capítulo, el venezolano Eduardo Escobar empuñó de emergente y con cañonazo impulsó al dominicano Alejandro de Aza con la carrera que le dio a Chicago triunfo de 1-0.
Quintana, zurdo de 23 años, se ha ganado un puesto en la rotación de los Medias Blancas con faenas en extremo dominantes.
En su salida anterior, frente a los Dodgers de Los Angeles, también caminó ocho innings en blanco y dejó a su equipo ganando 1-0, pero los relevistas malograron su faena y Chicago terminó cayendo 2-1.
El colombiano ha trabajado en ocho partidos, seis como abridor y lo máximo que han conseguido anotarle los rivales son dos carreras en dos de esas ocasiones.
En total, Quintana tiene 43.1 innings de labor, con seis limpias y efectividad de 1.25, a pesar de lo cual apenas exhibe récord de dos triunfos y una derrota, en un claro ejemplo de pitcher que no recibe apoyo ofensivo.
El domingo, Sabathia toleró cinco carreras en 5.1 capítulos ante los Mets de Nueva York y se fue sin decisión, pero aún así, los Yankees ganaron con marcador de 6-5.
Por los Mets abrió el nudillista R.A. Dickey, que venía de lanzar dos blanqueadas seguidas con un solo hit, pero esta vez fue castigado con cinco limpias en seis innings, aunque fue el relevista Miguel Batista quien cargó con la derrota.
Para los amantes de las trivias, aquí hay una pregunta que podrían hacerles en los próximos años.
¿Quién fue el autor de la primera blanqueada para los Marlins en su nuevo parque?
Buehrle trabajó siete innings ante los Azulejos de Toronto y Gaudin completó los dos restantes para darle a los peces triunfo de 9-0.
Para los Marlins fue apenas su segunda blanqueada de la temporada (la primera fue como visitantes), en tanto han recibido ocho.
Y el novato Derek Norris, de los Atléticos de Oakland, no pudo encontrar mejor momento para batear el primer jonrón de su carrera.
Norris vino a batear con dos outs y dos hombres en los senderos en el final del noveno inning ante los Gigantes de San Francisco, que ganaban con pizarra de 2-1.
El novato de 23 años, apenas en su tercer juego en Grandes Ligas, le botó la pelota en conteo de 3-2 al relevista Santiago Casilla para llevar a los Atléticos a espectacular triunfo de 4-2.
Sin embargo, por esas cosas increíbles que tiene el béisbol, hay bateadores que se ríen de la presión del momento y salen del dugout dispuestos a cambiar con un swing la decoración del partido.
Así hicieron Eric Chávez y Jim Thome el sábado: un solo swing y sus equipos, los Yankees de Nueva York y los Filis de Filadelfia, respectivamente, salieron por la puerta ancha en la jornada.
Los Mets ganaban 3-0 cuando en el séptimo inning, el de la suerte, el cubano Raul Ibanez le botó la pelota con dos en bases al abridor Chris Young para empatar la pizarra.
Le tocaba batear al lanzador Clay Rapada, pero Joe Girardi envió a Chávez de emergente y este no lo hizo quedar mal: jonrón ante el relevista Jon Rauch para romper el empate y remolcar la carrera que al final resultó decisiva.
Pero más espectacular aún fue el cuadrangular del veterano Thome.
Tras ir debajo 4-6, los Rays de Tampa Bay habían conseguido igualar a seis carreras en el principio del noveno ante el cerrador de Filadelfia, Jonathan Papelbon.
En el octavo pitcheo que le hizo McGee, Thome le dio por la banda contraria y depositó la pelota en las gradas del jardín izquierdo, para desatar un manicomio sobre el terreno del Citizens Bank Park. Ganaron los Filis 7-6.
Para Thome fue su bambinazo número 609 de su carrera, con lo que iguala al dominicano Sammy Sosa en el séptimo lugar de la lista de jonroneros de todos los tiempos.
Asimismo, para el toletero zurdo fue su decimotercer cuadrangular para acabar un partido, el que más veces lo ha hecho en la historia, por delante de leyendas como Babe Ruth, Mickey Mantle, Jimmie Foxx, Stan Musial y Frank Robinson, todos con 12.
Y qué cosas increíbles que tiene el béisbol. En estos tiempos modernos, en que casi todo se resuelve a batazo limpio, los Azulejos de Toronto anotaron dos carreras ante los Marlins de Miami con jugadas de cuña.
Resulta curiosa la nobleza de los lanzadores de los Marlins cuando los rivales intentan el toque de bola. Nada de pitcheos difíciles para complicarles las cosas a los contrarios. Qué va. Envíos sin malicia, por el medio del plato, para facilitarle el trabajo a los tocadores de pelota.
En el juego entre Azulejos y Marlins, el abridor de los peces, Josh Johnson, lanzó una joya de dos hits durante siete episodios, con siete ponches.
El partido llegó igualado a una carrera al noveno episodio, pero los relevistas Steve Cishek y Edward Mujica echaron por tierra la buena faena de J.J. y toleraron entre ambos un racimo de seis carreras, coronado por grand slam de Colby Rasmus.
Pero ese es el béisbol, donde nada está escrito. Un juego que fue un duelo de pitcheo terminó con una paliza.
Dice un refrán que lo que bien se aprende, no se olvida.
A pesar de ocho meses de inactividad, el derecho Roy Oswalt regresó a las Grandes Ligas con una salida sólida ante los Rockies de Colorado, para darle a los Rangers de Texas triunfo de 4-1.
Oswalt trabajó seis innings y dos tercios, en los que permitió nueve imparables y una carrera, en tanto abanicó a seis bateadores y regaló un pasaporte.
Los Rangers firmaron a Oswalt ante la crisis que enfrentan con su pitcheo abridor por las lesiones de los dominicanos Alexi Ogando y Neftalí Féliz y Derek Holland.
Pero la faena del derecho de Texas no fue la única sobresaliente.
El derecho Zack Greinke, de los Cerveceros de Milwaukee, y el zurdo Chris Sale, de los Medias Blancas de Chicago, protagonizaron un duelo de pitcheo increíble.
Greinke trabajó nueve episodios completos, a ritmo de tres hits y cuatro ponches, con 100 pitcheos exactos, para apuntarse la victoria, mientras que Sale lanzó ocho innings, con cuatro imparables y siete abanicados.
El choque encontró decisión en el décimo capítulo, cuando Rickie Weeks empujó con cañonazo desde segunda a Nyjer Morgan ante el relevista Jesse Crain, quien cargó con la derrota.
Hammel (8-2), que en su salida anterior ante Atlanta trabajó completo y sólo aceptó un hit, esta vez cubrió ocho innings y permitió una carrera sucia, con cinco imparables.
El serpentinero no ha permitido carreras limpias en sus últimos 19 innings de labor.
Los Orioles ganaron 2-1 y se acercaron a juego y medio de los Yankees de Nueva York, líderes de la división Este de la Liga Americana.
Los Yankees cayeron 6-4 como visitantes ante sus vecinos Mets, que resolvieron el partido en el mismo primer capítulo, al anotarle cinco carreras al abridor Andy Pettitte.
El veterano zurdo se repuso y luego colgó cinco ceros, pero el mal ya estaba hecho.
Sus compañeros descontaron por jonrones solitarios de Alex Rodríguez y Andruw Jones ante el abridor y ganador Jonathon Niese, mientras que Robinson Canó le botó la pelota con uno a bordo a su compatriota Miguel Batista.
Pero el cerrador dominicano Frank Francisco, que había calentado el ambiente al llamar "gallinas" a los Yankees, resolvió el noveno inning, no sin susto, para preservar la victoria 6-4.
Y entre tantas buenas actuaciones de lanzadores, el toletero dominicano José Bautista recuperó finalmente el sitial que ha ocupado por los últimos dos años.
Bautista despachó su vigesimotercer cuadrangular del año y empató en el liderazgo de los jonrones con Adam Dunn.
El quisqueyano ha sido el máximo rompecercas de las Grandes Ligas en el 2010 (54) y el 2011 (43), pero había empezado lento el 2012, hasta recuperar su ritmo estelar.
El jonrón 23 de Bautista fue ante los alicaídos Marlins de Miami, que fueron apaleados por los Azulejos de Toronto con pizarra de 12-5.
Jonathan Newton/The Washington Post vía Getty ImagesJoel Peralta fue expulsado por tener resina de pino en el guanteEl dominicano Joel Peralta no olvidará nunca más la serie de interligas que su equipo, los Rays de Tampa Bay, sostuvo esta semana contra los Nacionales de Washington.
En el primer juego de la serie de tres, Peralta entró a lanzar de relevo y sin haber disparado la primera pelota hacia el plato fue expulsado, cuando el manager de Washington, Davey Johnson, reclamó que el pitcher tenía resina de pino en su guante.
Y poco antes del partido final supo que las Grandes Ligas le habían impuesto una suspensión de ocho partidos por el incidente de la resina en el guante.
El lanzador rechazó inmediatamente el castigo y hasta tanto no sea decidida la apelación, podrá seguir trabajando.
Es por eso que aunque tiene una sanción flotando sobre su cabeza como una espada de Damocles, pudo entrar a lanzar el jueves en el juego final de la serie ante los Nacionales.
Para hacer más miserables sus recuerdos de esta serie, salió a lanzar en el sexto episodio, con la pizarra igualada a dos carreras.
Tras conseguir los dos primeros outs fácilmente soportó doblete del venezolano Jesús Flores y transfirió intencionalmente al emergente Adam LaRoche, antes de permitir biangular de Danny Espinosa que limpió las bases.
Washington se puso delante 4-2 y no perdió nunca más la ventaja. Al final, los Nacionales se impusieron 5-2 y Peralta cargó con la derrota. Por otro lado, dos novatos probaron por primera vez el placer que se siente al conectar un batazo que deje tendido sobre el terreno al equipo rival en el inning final.
El debutante jardinero izquierdo de los Tigres de Detroit, Quintin Berry, decidió con cañonazo al medio un duelazo ante los campeones Cardenales de San Luis.
El encuentro se fue a extrainnings con empate a una carrera, pero en el cierre del décimo episodio, tras un out, el dominicano Ramón Santiago encendió cohete ante su compatriota Víctor Marte, cuarto lanzador utilizado por San Luis.
Otro quisqueyano, Jhonny Peralta, lo siguió con otro hit y Austin Jackson recibió pelotazo para llenar las almohadas.
Fue entonces que Berry soltó su hit decisivo que remolcó a Santiago desde la antesala y dejó sobre el terreno a los Cardenales, 2-1. Y el cubano de los Atléticos de Oakland, Yoenis Céspedes, lesiones aparte, ha hecho un buen trabajo, quizás mejor de lo que muchos esperaban.
Céspedes, que en la última semana sólo ha podido jugar dos días, vino a consumir turno en el cierre del noveno ante el relevista de los Dodgers de Los Ángeles Josh Lindblom, con el marcador empatado a una carrera por bando y dos corredores en bases.
El cubano sacó una potente línea por la banda izquierda que apenas tomó altura y en fracciones de segundos se perdió entre el público, para dejar tendidos a los Dodgers 4-1.
Para Céspedes fue su séptimo cuadrangular del año, todos ante diferentes pitchers.
Además, hay que reconocer que ha sabido hacer los ajustes necesarios en el plato para adaptarse a las Grandes Ligas, al extremo que en diez partidos del mes de junio, sólo se ha ponchado tres veces en 30 turnos, bien distinto a abril, cuando abanicó en 21 de las 78 ocasiones que se paró en el plato.
Los renovados Marlins de Miami, que en el 2012 estrenaron nuevo nombre, estadio y diseño de uniformes, parecen incapaces de encontrar el camino de las victorias, ese que con tan buen tino recorrieron hace apenas un mes atrás.
¡Qué cosas increíbles tiene el béisbol! En mayo no hubo un mejor equipo en todas las Grandes Ligas que los Marlins, capaces de ganar 21 de 29 juegos.
Esta vez consiguieron batear más hits de lo que han venido haciendo a lo largo de la temporada, 12 en total, pero siguen carentes del batazo oportuno que remolque las carreras, que son, a la larga, la razón del juego.
A pesar de los 12 imparables, los peces se fueron de 14-2 con hombres en posición anotadora, como si a la hora buena el corazón se arrugara como una pasa.
Encima de eso, Nolasco vino sin nada en los envíos y soportó nueve hits y nueve limpias en sólo 3.1 innings, con lo que su efectividad se disparó hasta 5.16.
Por cierto que el Big Papi lleva tres juegos consecutivos con cuadrangular y ya llegó a 395 en su carrera.
El pitcheo de Miami, que había sacado la cara por el equipo, ya empieza a sentirse el cansancio por tanto esfuerzo y su promedio de limpias por juego se ha disparado hasta 4.05, el undécimo peor entre los 16 equipos de la Liga Nacional.
Los Bravos se impusieron por segundo día seguido a los Yankees, esta vez por pizarra de 10-5, y la cifra de nueve bambinazos constituye un récord para un partido en el nuevo estadio, inaugurado en el 2009.
Jason Heyward despachó dos vuelacercas y David Ross, el venezolano Martin Prado y Freddie Freeman uno per cápita por Atlanta, mientras que los dominicanos Robinson Canó y Alex Rodríguez, Eric Chávez y Derek Jeter lo hicieron por Nueva York.
Otro partido donde sobraron los fuegos artificiales fue el de los Marineros de Seattle y los Diamondbacks de Arizona, ganado por los segundos 14-10.
Sin embargo, también hubo joyas monticulares en la noche del miércoles.
El novato japonés Yu Darvish llegó a nueve triunfos al dejar en dos carreras y cinco hits a los Padres de San Diego, a los que les propinó ocho ponches en ocho innings. Ganaron los Rangers 4-2.
Para Strasburg (9-1) fue su sexta apertura victoriosa de forma consecutiva.
Parecía que los Yankees se encaminaban a su undécimo triunfo en fila, pues cayeron temprano sobre las ofertas del veterano Tim Hudson, a quien le ligaron sencillo de Mark Teixeira y dobletes consecutivos de Raúl Ibáñez y Nick Swisher para fabricarle dos carreras en el segundo capítulo.
Pero Hudson recuperó el rumbo y sus compañeros descontaron una en el tercero y se fueron arriba 3-2 en el cuarto frente al japonés Hiroki Kuroda.
Nueva York igualó en el cierre de ese mismo episodio al aprovechar error defensivo del antesalista Chipper Jones que le abrió las puertas del plato a Ibáñez.
Así se mantuvo el empate hasta el sexto, cuando Atlanta fabricó su cuarta y definitiva carrera, impulsada por infield hit de Jason Heyward que remolcó desde tercera a Brian McCann.
Santana trabajó seis episodios, en los que aceptó cuatro imparables y regaló dos pasaportes, en tanto propinó cinco ponches a los Orioles, que un día antes había ligado apenas un sencillo ante el nudillista R.A. Dickey.
Baltimore, que ha sido una de las gratas sorpresas de la presente campaña, perdió una gran oportunidad de descontar en la tabla, en la que aparecen a dos juegos y medio de los Yankees, líderes de la división Este de la Liga Americana.
Y por esas cosas increíbles que tiene el béisbol, un lanzador fue expulsado de un juego sin siquiera haber tirado una pelota hacia el plato.
El árbitro principal, Tim Tschida, consideró que el guante de Peralta tenía demasiado alquitrán de pino, por lo que lo expulsó antes de que lanzara la primera pelota oficialmente, aunque el pitcher aseguró no haber puesto la sustancia en el guante de manera intencional para mejorar el agarre de la pelota.
Galvis, quien tuvo la oportunidad de jugar como titular ante la lesión de Chase Utley, arrojó positivo en un control antidopaje.
La sustancia encontrada en el organismo del novato de 22 años fue Clostebol, aunque su reacción fue la típica de todos los infractores: no sabe cómo entró en su cuerpo.
En poco más de 11 temporadas en las Mayores, Ichiro ya llegó a los 2,500 hits, a un promedio de 208 por campaña.
El japonés llegó a la cifra redonda en el primer inning, aunque luego añadió otros tres cohetes y se fue de 5-4, para llegar a los 2,503.
Suzuki jugó nueve años en la liga japonesa antes de venir a Estados Unidos.
En su país disparó 1,278 imparables, los que sumados a los conseguidos en las Grandes Ligas, hacen un gran total de 3,781, la tercera mayor cantidad para cualquier pelotero profesional en el mundo, detrás de Pete Rose (4,256) y Ty Cobb (4,191).